Capítulo 5: Gula

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-Y dime Jin, ¿Por qué me has invitado a comer?

-Ha sido ver tu sonrisa, y enamorarme.

-No estaba sonriendo en ningún momento - dije algo tímida y desviando la mirada. ¿Qué le pasaba a este chico? ¿A caso no sentía vergüenza?

-Sí, sí has sonreído, mientras mirabas por la ventana. Esta zona es conocida por el ambiente romántico y la cantidad de parejas y familias que pasean. ¿Esto te ha hecho recordar a tu novio? - dijo apoyando la cara en su mano sobre la mesa y con una mirada intrigada.

Definitivamente no sentía vergüenza alguna. Ya sabía por donde iban las cosas, y si él no se cortaba ni un pelo, yo no iba a ser menos.

-¿Quién sabe? Puede que sí, o puede que no - dije sonriendo a la vez que levantaba los hombros - Y tu, ¿alguna afortunada?

-¿Crees que si tuviera novia, estaría invitando a una chica a comer y diciéndole en pocas palabras que me encanta su sonrisa? - dijo acercándose un poco por encima de la mesa.

-Nunca se sabe, hay gente que estando a dieta, mira el menú por tentación y acaba pecando. - dije algo seca.

¿¡_____ qué estás haciendo?! ¡Parecía que realmente en vez de querer una cita con Jin, quería espantarle y hacerle salir corriendo! ¿Por qué había soltado eso? ¿Y si se lo tomaba mal sin querer? ¡Iba a arruinarlo todo!

-Lo siento si te ha molestado, no ib-

De repente, fui interrumpida por una enorme carcajada. Sorprendida, miraba como Jin se secaba las lágrimas mientras intentaba estabilizar su respiración. Una vez calmado, pero aún un poco colorado, se dirigió hacia mí.

-Es la mejor metáfora que he escuchado nunca. ¡Me ha encantado!

-¿Seguro no te ha molestado? - dije algo insegura.

-Para nada, para nada - dijo moviendo la mano - Pero veo que no toleras las infidelidades.

-Lo siento, es algo con lo que no puedo - dije firmemente.

-Tranquila, no soy de esos. Efectivamente, no tengo novia - dijo con una bonita sonrisa.

-Por suerte, yo tampoco.

-¿Por suerte? ¿No quieres tener pareja? - dijo algo sorprendido.

-"Por suerte" ya que así no peco - dije con una sonrisa pícara.

***

Después de nuestra comida, me ofreció acompañarle a diferentes restaurantes y bares de la ciudad para catar platos y aperitivos. Se notaba que era un profesional, todos los locales que visitábamos tenían pinta de ser de alta gama.

Cuando el sol empezó a irse y estaba atardeciendo, Jin me llevó como último lugar a una crepería. Mientras él hacía el pedido, me dirigí a coger mesa para ambos.

-Aquí está la tuya, tal y como me la has pedido - dijo poniendo la crepe en la mesa.

-Me lo he pasado muy bien esta tarde Jin, no sabía que había tan buenos lugares para comer en esta ciudad. - dije sonriéndole.

-Los restaurantes estarán contentos con mi valoración. Sin duda la comida sabe mejor con una buena compañía. - dijo mirándome a los ojos.

Durante nuestra conversación, empecé a notar un malestar en el cuerpo. No me gustaba ni un poco como me estaba empezando a doler el estómago. Sabía que me había pasado comiendo, pero nunca antes me había sentado tan mal el exceso de comida.

-Discúlpame Jin, voy un momento al baño. - y sin dejar que me respondiera, salí corriendo.

En tan solo unos segundos, me encontraba encerrada en el baño, con la taza del váter levantada, el pelo recogido y yo expulsando todo por la boca. Por dios, ¿Cuánto había comido? Que vergüenza por favor, solo deseaba que acabara ya toda esa escena.

Al cabo de unos minutos salí del baño y me miré en el espejo. Mi cara daba pena, estaba fatal. Me encontraba fatal. Como pude, intenté arreglarme las pintas que tenía, y lo único que podía hacer en aquel momento era rezar para que Jin no se diera cuenta.

Cuando por fin me dispuse a salir del baño, Jin me estaba esperando fuera, con cara de preocupación. Fui tonta al pensar que no se daría cuenta después de salir corriendo de aquella forma.

-_____ no te encuentras bien, te llevo a casa. - dijo cogiéndome del brazo gentilmente.

***

Una vez en mi casa, me tumbé en el sofá mientras que él se fue a la cocina. Por dentro suplicaba que no me hiciera nada de "comida para sanar", ya que si veía algo más, huiría de nuevo al baño.

Jin se acercó y me puso una manta encima, a continuación me trajo una taza de té y una botella de agua con la medicina. Al pensar que era el típico remedio casero de abuela, no pude evitar soltar una risita.

Se sentó a mi lado, y mientras me tomaba la medicina, me apartó el pelo detrás de la oreja. A pesar de que sus manos eran cálidas y gentiles, temblaban y se le veía inseguro.

-Jin, no es tu culpa... - dije antes de dar un sorbo al té.

-No _____, sí que lo es. No me he dado cuenta de que te estaba haciendo comer demasiado. He estropeado nuestra cita justo al final, he sido un egoísta. - dijo sin mirarme.

-Eh - dije dejando el té y acercándome a él - de verdad no te preocupes, esto no arruina para nada nuestra cita. Esto no me va a hacer que cambie lo bien que me lo he pasado.

Al acabar de decirle eso, me miró. Sus ojos reflejaban tristeza, todavía se sentía culpable. Pero también había un brillo de alegría, seguramente causado por mis palabras. Las palabras que necesitaba escuchar en aquel momento.

Seokjin empezó a acercarse y a inclinarse hacia mí. Realmente yo quería sentir sus labios tocar los míos. Quería que nuestras bocas se encontraran. Pero sabía que ni debía ni podía.

-No puedo Jin, lo siento... - dije retrocediendo un poco - no quiero que nuestro primer beso tenga este sabor tan asqueroso. - le sonreí un poco triste por la realidad.

-Comprendo. - también me sonrió. Me cogió la mano y me la besó afectivamente - en la siguiente cita, te aseguro que tendrá sabor a chocolate. - dijo con una sonrisa galán.

23.00h *ruido de un despertador*

7 pecados capitales (bts & tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora