Hear and follow your heart, babe.
A menudo este sentimiento nace en mi pecho, al principio pasa desapercibido pero llega hasta un punto en el que no puede ser ignorado, molestia, se amontona en mi pecho y viaja con rapidez a mis ojos, electrificando mis sentidos en el proceso, los escalofríos causan lágrimas que jamás debieron caer, el sentimiento se acuna en mi caja torácica y poco a poco se extiende por todo mi cuerpo, como si de algún tipo de cáncer se tratara. El aire deja de acariciar mis pulmones y lucho por él, más lagrimas caen sin parar y sin importar cuantas veces las limpie siempre vuelven a crear húmedos caminos a lo largo de mis mejillas, mi nariz se tapa debido al fuerte llanto e inhalo una firme bocanada de aire, mis pensamientos derrotistas son como un jodido mantra o algún tipo de comercial pegajoso sin gracia, están tan grabado en mi cabeza como si de mi canción favorita se tratase, mi autoestima decae y cae de sopetón por ello, apenas si logro asimilarlo, sé que estoy solo, abrazando mis rodillas y deseando con todas mi fuerzas sentir algo de cariño, pero solo encuentro unos ojos desinteresado que ni se atreven a mirarme. Desearía ser microscópico y perderme en las motas de polvo pero sé que sin importar cuan pequeño me vuelva o que tan bien me esconda mis problemas seguirán siendo grandes, no importa cuanto grite, todos lo oyen con claridad, pero nadie atiende a mis llamados, en sus frentes bien grabado dice: EGOÍSTA.
Mi corazón no sabe que sucede, solo llora, las cicatrices que el tiempo había sanado con apremio vuelven a abrirse y sangran, me doy cuenta que el tiempo no bastó para sanarlas ¿Qué debo hacer entonces? Mis pensamientos toman rutas turbias que les dirigen al precipicio de la depresión y allí juegan con mi mente, mi corazón se desgarra y lo único que deseo es arrancármelo y prenderle fuego, así ningún sentimiento permanecerá. Pienso en una despedida, una lágrima y más que caerán por el rostro de los que amo, podría haber sido más honesto pero no quiero pensar en ello, la parte suelta de mi corazón esta hablándome, dice que esta no es la solución pero no quiero escuchar eso, dice que hay otros caminos pero no quiero escuchar eso, lo sé, todo eso lo sé, ¿Es que acaso no lo sabe? Fui el único que amo en realidad y me empeño en recordarlo con pesar, solíamos congeniar a la perfección, solíamos amarnos, pero ahora nos destrozamos sin piedad, entonces vuelvo aquí y sé que ella es mi lágrima, mi miedo.
Sé que las lágrimas son un lujo, pero cuando se trata de ella no puedo evitar derramar unas cuantas, vi el final, te vi a ti siendo quien eras realmente, me viste siendo quien había escondido de ti todo el tiempo, sabíamos que esto pasaría pero aún así aguardamos a que todo reventara, a que todo se rompiera de una vez y por todas, el momento en el que hablaste fue doloroso, el momento donde la atención se desvió al vaso medio vacío que finalmente se rompía por la frecuencia de los gritos, el momento donde todo se tornó peligroso, no debí llorar, no debía sentirme así de mal, por eso es que gracias a ti sufro de un mal incurable, eres el comienzo y el fin de mi todo, el encuentro y despedida, seguirás haciendo estragos en mi mente, pensando lo que fui para ti y lo que fuiste para mi, estoy siendo castigado por las veces que huí de la verdad, de todo en realidad.
Me perdiste, te perdí, pero sigo viéndote, sigo orbitando al rededor de ti.
Dolor.
Eso fue lo que me diste, tu regalo de despedida fue un beso invernal eterno, que se llevó cada parte feliz que había en mi, me lo haz quitado todo y sigo aquí, aún así dudaste de que fui el único que te amo, sigo siéndolo, pero eres la persona más fea que conozco.
Y sigo amándote.
Mátame, préndele fuego a mi corazón y arrojalo cual bomba lacrimógena, aunque no importa si explota frente a ti, no llorarás, eres tóxica, al igual que la maldita bomba y la realidad. Me enamoré de algo tan horrible y a la vez me hermoso que me causo esta ansiedad, no lo vale y tu tampoco pero este mal es fuerte y esta arrasando conmigo, llevándose mi identidad, llevándose mis pensamientos, llevándome al abismo, así como lo hiciste conmigo desde un principio.
Admiro lo escuro que es y degusto es sabor a muerte que emana, agrio, como tú. Primero dejo caer mi mascara gustoso, cuento lentamente cuanto tarda en caer pero pasan tres minutos y nunca escucho el impacto, espero un poco más pero jamás pasa, jamás oigo un ruido, no oigo nada, a lo lejos puedo oír pasos, no... No son pasos, es un sonido más hilarante, que envía una oleada de punzadas de dolor a mi cabeza, salté sin dudar al vacío pero al igual que la máscara nunca caigo. El sonido toma forma el la oscuridad de mi mente, es una maquina sonando, luego ya nada es oscuro y me ciega de pronto, oigo voces, tantas que es casi imposible para mi saber que es lo que dicen.
"Ha tenido suerte, él pudo morir." Dice un voz, escucho con claridad a la mujer sollozar y abrazar mi cuerpo.
"Lo siento." Dice, mientras solloza fuertemente y se aferra a mi.
Sonrío, el beso invernal no me mató pero pronto volveré al abismo, porque ella es mi abismo personal, porque deje de seguir a mi corazón cuando ella me lo quitó y no lo quiero de regreso, no lo necesito.
No cuando lo único que quiero es sumergirme en el abismo.
El abismo que ella es y creo.
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Winter kiss
Short StoryLlamo beso invernal a esa sensación glacial que congela tu corazón haciéndolo incapaz de razonar o simpatizar, lo único que tu mente procesa en aquellos momentos: Tristeza