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Una mujer pelirroja se acercó a las puertas de la gran mansión Agreste con una sonrisa.

-Me pregunto como estarán los chicos.

Tocó el timbre y al instante las puertas se abrieron para mostrar a tres hombres con ojeras, despeinados y con rasguños por todo el cuerpo.

-¡¿Qué les pasó?! ¡¿Tan mal se portan los niños?!

Adrien se acercó a la mujer algo rengo.

-No te preocupes Sabrina, estamos bien.

-¡A otro perro con ése hueso! Chloe me pidió que los viniera a ver cuando tuvise algo de tiempo y hoy es mi día libre, así que permiso que iré a ver a esos bribones.

Sabrina pasó adentró y los chicos se miraron entré si.

-Ninguna palabra de que jugamos videojuegos toda la noche y nos peleabamos para jugar, que mejor crea que los niños fueron los causantes de nuestro aspecto.

Los dos asintieron a lo que dijo Adrien pero cierta criatura negra pasó volando y los oyó.

-¡Zanahoria, digo, Sabrina te tengo un chisme jugoso por una rebanada de queso!

-¡NOOOO!

Y la vieja chismosa de Plagg le contó TODO las que se mandaron los chicos en ésos días.
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Una hora después.

Los tres "hombres" estaban en la futura casa de Adrien y Marinette con delantales, escobas, baldes y muchas cosas de limpieza mientras Sabrina los miraba con enojó.

-Los tres limpiaran está casa como castigó.

Nino levantó una mano.

-Pero tenemos sueño.

La mujer les mostró un celular donde figuraba el número de Alya y los tres palidecieron.

-P-pero somos responsables y maduros así que limpiaremos todo.

Los tres adultos se pusieron a limpiar mientras Louis se burlaba de ellos y Sabrina sonrió con malicia.

-Niños, ustedes también van a limpiar.

Y todos le dieron un zape al chico por meter la pata.

-¿Por qué tengo que hacer esto? Ni siquiera sé como me metí en éste problema.

Se quejaba Nathaniel mientras trapeaba el piso.

-Es por que somos amigo unidos por nuestras tres tiranas mujeres, no existe fuerza de amistad más grande que ésa.

Habló el moreno mientras limpiaba los muebles con una sonrisa.

-Pero si todo esto es culpa de Adrien. Me sorprende que aún no rompió nada.

Y como si del destinó se tratase se oyó el ruido a vidrio quebrarse. Miraron donde estaba Adrien y este tenía una raqueta de tenis con la que rompió una ventana.

-Esto... vi una mosca y la quise aplastar, y sin querer confundí el mata moscas con una raqueta de tenis.

Sonrió nervioso y sus amigos se acercaron a él con sed de sangre y con un par de tijeras.

-Vamos chicos, fue un pequeño error... ¿qué hacen?... no toquen mi cabello... ¡No por favor!... ¡Auxilio!

Luego de dos horas Sabrina fue a ver a los chicos y quedo con la boca abierta al ver el living destrozado. Con las puertas salidas, la mesa patas para arriba, la tv partida a la mitad, los sofas de blancos pasaron a ser negro, una pared casi caída y los chicos riendo en un rincón mientras jugaban con sus celulares.

Sabrina agarró una escoba y se acercó lenta y siniestramente a los distraídos hombres que se reían de un video.
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Mientras que con las chicas.

Marinette miraba un álbum de fotos con tristeza hasta que llegaron Alya y Chloe cantando a todo pulmón mientras se abrazaban.

-¡Vivelo, vive la vida loca, vive la vida loca!

La azabache negó y ellas la miraron despreocupadas mientras se sentaban a su lado.

-Tranquila chica, recuerda que Emma los cuida.

-Emma me envió un mensaje diciendo que no se haría cargo de los adultos.

-¡¿Y por qué no nos dijiste antes?!

Alya se puso a correr como loca mientras hacía su maleta.

-Tranquila, Sabrina me dijo que hoy los iría a ver. Descancemos hasta mañana.

Chloe se acostó despreocupada mientras que Marinette y Alya se miraban preocupadas y dijeron la misma cosa.

-Pobre Sabrina, la que le espera.

Ellas si que conocían a sus maridos.
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Luego de cinco horas de arduo trabajo los tres hombres se acercaron a Sabrina con orgullo y con la espalda aún dolida por los escobasos.

-Listo nena, hemos terminado.

-Dile a Chloe que estoy pensando en el divorcio.

-Yo no sé que decir pero no me quiero quedar excluido.

Los tres miraron a Adrien incrédulos pero lo ignoraron.

La chica pasó al living y suspiró.

-Cinco horas para limpiar una de 20 habitación.

Los tres palidecieron y la pelirroja sonrió.

-Que bueno que los niños y yo limpiamos todas las otras hace como dos horas.

Y ahora los tres sintieron alivió por éso.

-Bueno, yo me voy llendo ya que a pesar de que Max si sabé cuidar a sus hijos, no lo quiero forzar mucho por que tiene que ir a trabajar temprano. Bay y no se olviden de cocinar algo para los niños.

La chica se fue mientras Nino y Nathaniel asentian.

-¿Qué puedo cocinar?

Adrien habló pensativo pero sus amigos lo agarraron de los brazos, lo metieron en una habitación y pusieron llave para que no salga.

-¡Chicos, esto no es gracioso! ¡Esta es la habitación de Emma, si se entera me asesina! ¡Déjenme salir de aquí!

Mientras Adrien suplicaba libertad los otros dos se fueron a cocinar sin ése sujeto que simpre los metía en problemas.

Admitían que Adrien cocinaba muy bien pero por hacerse el presumido siempre terminaba quemando todo si Marinette no estaba para controlarlo.
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Mientras que con los niños.

Todos estaban sentandos alrededor de una mesa con cansancio menos Emma que leía un libró entretenida.

-Creí que con nuestras madres de vacaciones tendríamos libertad pero gracias a nuestros padres tenemos que trabajar tanto que hasta me da ganas de ir a la escuela.

-Por esta vez concuerdo contigo.

Los hermanos Agreste chocaron sus puños algo débiles mientras Kevin se acercaba un poco a la rubia.

-Oye Emma ¿tú sabes como le hicieron nuestros padres para juntarse con nuestras madres?

La niña cerró su libro y miró a su amigo.

-Por primera vez no sé que decir.

-Oye Lahiffe, alejate de mi hermanita.

Habló amenazante el peliazul mientras su hermana sentía vergüenza y Hugo se dio cuenta de algo importante.

-¡Rayos! ¡Nos olvidamos de decirle al abuelo que nos ibamos!

Y así Sabrina fue al rescate, los niños quieren que sus madres vuelvan por que ya no aguantan a sus padres y al parecer nadie se acordó de decirle a Gabriel que se iban.

NiñerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora