CAPÍTULO TREINTA Y CUATRO: Miedo.

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CAPÍTULO TREINTA Y CUATRO: Miedo.

Aro solo podía esperar pacientemente las noticias sobre Seth Black, anhelaba ver como ese niño, ahora joven, podía defenderse y a su pareja en su estado lupino, adoraría verlo en batalla, siendo lo que realmente es, solo asesino de vampiros, su poder incrementaría si tuviera un hombre lobo bajo su control, y si llegara a tener tal privilegio se aseguraría de que no dejara esa condición nunca, no importaba si lo amaestraba, después de todo en ese estado no es racional.

Un hombre lobo haría temer a sus oponentes pero dos le daría un poder que no dudaría en aprovechar.

En un parpadear observó como Alec y Jane ingresaban al gran salón junto con un hombre de su guardia, cabe mencionar que el hombre solo contaba con un brazo, al parecer Seth fue muy despiadado con cada uno de sus hombres, no le importaba mucho su integridad, después de todo solo eran peones. Aro se incorporó de su silla acercándose hacia los hermanos y el hombre quien se miraba un tanto enojado por no estar "completo"; aquel lobo si era de temer.

– ¡Jane! ¡Alec! Me alegra tanto verlos; deseo saber las noticias que han traído. – Marcus y Caius se mostraban atentos a lo que ambos hermanos le dirían a Aro.

–Señor. – saludaron los tres al unísono con una ligera inclinación de cabeza. El hombre dio un paso hacia adelante tendiéndole el único brazo que tenía. Era casi humillante que solo animal le haya hecho ello, pero agradecía que estuviera aun con vida, todos sus demás compañeros fueron masacrados y quemados, él se libró de eso.

Aro le miraba muy ansioso y solo pudo cogerle la mano entre las suyas mientras cerraba los ojos, en ese instante pudo ver claramente todo; Seth había defendido con todo su ser al vampiro quien estaba siendo atacado por otros cinco vampiros, estaban a punto de matarlo sin embargo fue aquel joven el mismo que se lanzó contra ellos para terminar asesinado a todos y arrancándole un brazo al que ahora tenía enfrente; era sorprendente ver que aquel niño era un fiero lobo, un asesino de vampiro por naturaleza y le agradaba cada vez más, si tan solo uno de ellos hubiera mordido al niño, en ese preciso momento se estaría transformando y sería ideal atacar a Emmett, asesinar al clan Cullen y llevarse a aquel pequeño tesoro, estando aun como neófito podría controlarlo con su sed, le daría todo lo que necesitara hasta saciarse y entonces conseguiría al niño para siempre.

Aro soltó su mano y sonrió macabramente mientras trazaba su plan, y deseaba que todo saliera tal como lo estaba imaginando, no deseaba inconvenientes.

– ¿Los Cullen se enteraron de lo sucedido?–

–Al parecer Alice les advirtió, intentaban verse tranquilos pero no lo suficiente para engañarnos. – Alec mencionó sin apartar la mirada de Aro quien le prestaba atención aun con aquella sonrisa en su rostro.

–Carlisle no podrá cuidarlo por mucho tiempo si ellos siguen en Brasil, ¿Alguna noticia sobre Jacob?– La voz de Aro volvió a tomar interés luego de mencionar al lobo mayor.

–No hemos podido saber mucho sobre él, está pasando mucho tiempo con sus amigos, y no podemos acercarnos lo suficiente para poder seguir sus pasos, señor, lamentamos no informarle más sobre él. – Jane inclinó la cabeza en señal de sumisión sin embargo Aro le tomó del mentón haciendo que le mirara a los ojos sonriéndole.

–No tienen que preocuparse, quien ahora me importa más es Seth y me han brindado la información que necesito para poder tener lo que deseo en poco tiempo. –Aro sonrió un poco más amplio soltando a Jane mientras se giraba hacia sus hermanos.

– ¿Hay algo que debamos de saber sobre tus planes, hermano?– La voz cansada de Marcus se escuchó inclinándose hacia adelante para poder escuchar las noticias que tendría Aro, sin duda el vampiro pensaba que el ya mencionado se estaba obsesionando con los dos jóvenes lobos, y sabía que no solo los quería a ellos dos, sino que deseaba también poder tener a Alice y Edward para sí mismo. –Por lo que he podido oír tus planes han resultado tal como lo has deseado, pero no muestras algún tipo de emoción en ello. –

No se llamaría amor sino Doliera 3 [EmmSeth]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora