Chapitre treize

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Narrador omnisciente

El joven embarazado fue arrastrado de la mano por su pareja hasta el bosque, no se atrevía a voltear hacia atrás puesto que, ahí yacía el cuerpo de quien fue su único amigo, se sentía culpable e impotente, pues no había nada que pudiera hacer.

Antes de que el pequeño perjudicado se diera cuenta, ya se encontraban a pocos metros de aquel lugar al que por meses llamó hogar.

Pov. Kenlin

Me dejé arrastrar por Luke hasta nuestro hogar, en estos momentos me fije en el lugar en el cual residí por meses, era una cueva húmeda y sucia, nunca me percate de eso hasta ahora, mi mente comenzó a funcionar después de mucho tiempo, el enamoramiento perdió su efecto, la ilusión de un amor ideal al fin se desvaneció de mis ojos y caí bruscamente en la realidad, estaba con una bestia, una asquerosa y repugnante bestia.

Ese maldito se aprovechó de mi mente e inocencia para hacer de mi lo que le placía, me sentí traicionado y principalmente engañado, por lo que con decisión gire mi rostro hacia mi "esposo" para enfrentarlo de una vez por todas pero... flaqueé de nuevo, sus ojos, su cabello; volví a caer n sus encantos, poco duró el efecto ya que, tan rápido como llegó se fue al sentir como era lanzado de forma agresiva hacia el suelo húmedo y sucio de la cueva, al subir mi mirada hacia mi agresor me sentí en peligro y las ganas de llorar fueron inevitables por lo que totalmente sumiso frente a él.

-Tú pequeña basura, cómo te atreviste a traicionarme de esa manera, te dí todo lo que tenía y tu simplemente fuiste meterte con... con... tú amante, al fin lo entiendo, siempre lo amaste a él –me sentí cobarde pues sólo me limité a llorar mientras acariciaba mi abultado vientre.- Pero ahora él está muerto, lo que significa que tú puedes ser sólo mío, así que levántate y ve a cocinarme algo –Levanté mi mirada por unos segundos, me dolió demasiado escucharlo, cómo se atrevía a decir eso tan a la ligera, no lo soporté más, así que me levanté y por un momento observé su sonrisa victoriosa.-

-No lo haré, tú mataste a Noah y lo dices de una forma tan fría que pareciera que ni siquiera, sentiste algo al hacerlo, estoy harto de estar aquí, me tienes viviendo en una asquerosa cueva, ¿acaso esperas que tu hijo nazca y crezca en esta pocilga?, además me tratas como si fuera un insecto, fui demasiado tonto como para no darme cuenta antes, estaba cegado con la idea de un romance perfecto en el que reinaba el amor, pero no es así, el único que tenía algo de amor para aportar a esta relación era yo, tu sólo te dedicaste a humillarme y verme como una incubadora para tener a tus cachorros, pero ya no más ya no lo soporto me iré – Lo último lo dije sin pensarlo, pero fue suficiente para que la expresión de ira acumulada del licántropo se suavizara y de inmediato tratara de acercarse a tomar mis manos, pero ésta vez sería firma y me aleje manteniendo mi mirada severa, no volvería a caer en su truco, por lo que comencé a caminar hacia la salida de la cueva, sentí mi libertad, se sintió como algo inefable, le estaba dando la espalda a mi vida con Luke, poco fue lo que duró el sentimiento de liberación pues, antes de darme cuenta sentí un horrible dolor en el cuello y después mi vista se tornó negra, cayendo de esta manera en un profundo sueño del que no sabía si despertaría en algún momento.

Pov. Luke

Las opciones eran reducidas, tenía que actuar rápido, por lo que hice lo primero que vino a mi mente y golpeé con fuerza su nuca dejándolo inconsciente, antes de que cayera al suelo, tomé a mi caperucito entre mis brazos y besé su frente con delicadeza.

-Lo siento tanto, pero tendré toda una vida para que me perdones y si no lo haces en ésta lo harás en otra –Le susurré al oído con delicadeza mientras lo cargaba al estilo nupcial y caminaba fuera de la cueva, mi pareja tenía razón, necesitábamos una casa, sólida y que no se llenara de suciedad con cada temporada de lluvias.-

Necesitaba un lugar para vivir, las idas eran nulas, hasta que se me ocurrió la idea de tomar la cabaña de la vecina con la que Kenlin me celaba llegó a mi mente, por lo que de inmediato comencé a caminar a nuestro nuevo hogar.

La parte sencilla fue dejar a mi caperucito en unos arbustos cerca de la cabaña, al igual que lo fue entrar a la casa y matar aquella pobre chica, la parte difícil fue enterrar el cuerpo, termine cuando el crepúsculo tomo posesión del ambiente, volví por mi amado esposo y entramos a la cabaña, era cálida y hermosa, suspiré con alegría y me encaminé a ubicar las habitaciones, la más grande sería la nuestra y la que estaba después sería del bebé.

Recosté a mi pequeño embarazado en la cama y besé con dulzura sus labios, para después salir de la habitación, me sentí un poco mal al cerrar la puerta con una de las llaves que quite del cadáver de la vecina, él no podría dejarme, yo no se lo permitiría, arriesgaría todo por él.

Narrador omnisciente

El licántropo entro con delicadeza en la pequeña sala y se sentó en uno de los sofás, estaba demasiado feliz ya que tendría a su familia con el sin importar la situación.

Los días pasaron y como era de esperarse caperucito despertó, encerrado en una habitación como si fuera un prisionero, el chico lloraba cada noche hasta quedarse dormido, pero aquel licántropo lo abrazaba creyendo que era por el embarazo sin imaginarse que la verdadera razón era el horrible encierro al que el pequeño pueblerino estaba sometido.

Un día que marcó la diferencia en esa horrible rutina, fue el nacimiento del pequeño fruto de un amor enfermizo, un pequeño bebé de cabello azabache y ojos miel.

Pov. Kenlin

Sostenía a mi pequeño bebé con delicadeza y antes de que siquiera pudiera decir alguna palabra, comencé a llorar a mares, me sentía mal en todos los sentidos, pues había parido a un niño producto de un amor de un solo individuo.

-Amor mío no llores, sé que el nacimiento de nuestro retoño te causó demasiada emoción pero debes sonreír –dijo aquel que se hacía llamar mi esposo, para después tomar a mi bebé en brazos y salir de la habitación para después volver.- Estoy muy feliz de al fin tener a nuestro hijo, pero tú y yo tenemos una cuenta pendiente la cual es necesario que sea saldada –Antes de que pudiera asimilar sus palabras sentí como tomaba con demasiada fuerza mi brazo para después sacarme con rudeza de la cama- Te amo y lo sabes pero aún no puedo olvidar tu traición con el herrero por lo que he estado esperando hasta el nacimiento de nuestro hijo para desahogarme – fueron sus últimas palabras antes de tirarme al suelo con brusquedad y subir sobre mí para después comenzar a estrellar sus puños en mi rostro, dolía demasiado, comencé a suplicar, siendo callado por golpes, cuando se cansó de golpear mi rostro se levantó y comenzó a patearme en el estómago , tórax y piernas, lo próximo fue tomar mi cabello con odio y estrellar mi cabeza en el suelo, sentía sangre y lágrimas brotar de mi cuerpo, sentía ardor y dolor, no podía más. Cuando todo terminó el simplemente me susurró un "lo siento" para después cargarme y recostarme en la cama de nuevo, las siguientes sensaciones fueron un pequeño ardor en mis heridas, él me curaba con tanta delicadeza que por un momento pensé que alguien más me había golpeado, la sensación de ser un esclavo se instaló en mi pecho, yo no tenía ni voz ni voto en esta relación pero no podía dejar a Luke ni a mi bebé , mi vida cambiaría de nuevo, para volverse en un sofocante agujero del que poco a poco perdería mi humanidad.

Le Petit Chaperon rouge (Gay) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora