3

93 4 0
                                    

AUSTIN

¿Cuánto a pasado?

¿2 semanas? ¿4? ¿1, 2 meses? Creo que mi mente sólo asocia 2 semanas, las 2 desgraciadas semanas más largas de mi vida. Pero vamos, sé perfectamente que cuando no estoy con ella, los días, las horas, los minutos, los desgraciados segundos pasan tan lentamente. Tanto que ni siquiera lo notas por el desespero, sólo te das cuenta de lo mal, desesperado, enamorado y enfermo que estás que tratas de aliviarte arrecostandote e intentar soñarle, o, empiezas a recordar todo los momentos vividos, hasta quedarte dormido, porque sabes perfectamente que dormir es la manera más rápida, sencilla y menos dolorosa de calmarte y olvidarte por un momento de tu frustración y/o mal de amores, o como en mi caso, mis errores. O también cómo estoy haciendo yo ahora, buscar el primer bar que se te cruce, pedir el trago más fuerte que tengan y tal vez emborracharte hasta decir ya, porque hacerlo es la forma menos masoquista que puedes hacer para olvidarte del mundo por un momento.

(2 semanas atrás)

-¿Por qué, dime por qué? -Dijo sollozando. -Y no, no quiero cualquier estúpida excusa, quiero que me des una buena explicación, una que me haga poder dormir en paz. -Levantó su dedo acusador. -O te juro que jamás te lo perdonaré en esta vida. -Dijo tratando de controlar los fuertes sollozos y lágrimas.

-Nicole, escúchame. No voy a decirte que nada es lo que parece, pero permiteme tratar de calmarte porque a pesar de la mierda que hice aún me sobra un poco de vergüenza y respeto hacia ti, como siempre a sido. -Dije acercándome hacia ella para abrazarla y tranquilizarla.

-¡Ni se te ocurra tocarme Austin Jonathan Gaston Espinosa! -Dijo aún más alterada con los ojos apretadamente cerrados y respirando agitadamente de la ira. -!No quiero que me toques! -Dijo entre dientes. -lo único que quiero es que me des una explicación. -No podía, no podía si quiera recordar por qué demonios lo hice, ni siquiera cuando. Solamente la miré a los ojos, para "Tal vez" apreciarlos por última vez y expresarle todo mi amor a través de este juego de miradas.

-No. -Dije luego para mirar el suelo. -No puedo. -Cerré los ojos con fuerza para evitar soltar alguna lágrima y poder proseguir con lo que sería el final, quizás. Fueron los mejores años de mi vida. -No puedo recordar, no sé ni como llegué aquí, no sé por qué estoy aquí. No recuerdo nada. -Dije rápido antes de dejar escapar un quejido y cerrar más los ojos para no llorar. Mientras yo seguía con los ojos cerrados, sentía su mirada hacia mí, y no cualquier mirada, sino esa mirada que hace que quieras morirte y no despertar más nunca.

-Nunca. -La escuché, mientras iba abriendo los ojos lentamente para luego mirarla, tenia la vista perdida, prosiguió. -Voy a perdonartelo. -Dijo ahora mirándome tan entristecida, fría y perdidamente, tomó aire y soltó un ultimo sollozo. -Jamás. -Dijo casi audible, mirándome miserablemente soltando lo que sería la última lágrima que, tal vez fuera la que viera en mi vida. -Gracias por la mejor noche de cumpleaños de la vida, Austin. -Me sentía sucio, miserable y me sentí realmente atónito y enfermo al ver como se volteaba y caminaba directo a su vehículo gris, para montarse, arrancar y ver como se me hacia más pequeña y lejana la vista hacia este. Solo pensé;

-La perdí para siempre.

Y sin importarme, rápidas y saladas lágrimas recorrían por todas mis mejillas sin vergüenza alguna. Ya era lo suficientemente miserable como para importarme si alguien en ese Hotel me mirase. Sólo voltee hacia el pequeño cubículo de vigilancia en donde se encontraba un hombre de tercera edad mirándome en desaprobación, tomó una caja con pañuelos de papel para señalarme y acercarme. Yo obedecí y me le acerqué para luego adentrarme en ese espacioso cubículo, me senté, y dejé la desconfianza a un lado y empecé a contarle al ansiano, llamado Luke Hoot, toda mi historia, la historia de mi vida, la historia con mi vida, mi historia con ella, quien ahora se fue, mi vida se fue.

Lost / PerdidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora