Capítulo 40 - Harry

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Melanie, Lisa y yo hemos pasado la tarde juntos. Hemos hablado de todo un poco: del instituto, del trabajo de Mel, del futuro. Por primera vez en mucho tiempo he logrado estar con Melanie sin sentirme mal. No la he olvidado del todo, pero ya no siento lo mismo que antes. Sigue siendo una chica genial, pero ya no es para mí. Suelto un improperio. ¡Tiene gracia...!

Meto la llave de la cerradura y le doy dos vueltas, pero la puerta no se abre. Suelto una maldición y estiro del picaporte, intentando desatascar la puerta. El verano pasado ocurrió algo parecido un par de veces...parece ser que la madera se dilata con el calor y se atasca en el marco de la puerta. Suelto un sonoro suspiro y lo intento de nuevo. Intento mantener la calma, pero enseguida pierdo los nervios. Todo esto es demasiado.

- ¡Que alguien abra esta mierda!- grito a la vez que sacudo la puerta. ¿Por qué ahora que he superado lo de Melanie tiene que cruzarse Lisa en mi camino? Ahora que estaba empezando a controlar mis emociones...

La puerta se abre de golpe, y del impacto caigo hacia atrás y doy de bruces contra el suelo. Lanzo un grito de frustración y me quedo en el suelo. Tiene TODA la gracia.

- Harry, ¿a qué vienen esos gritos?- Sally viene corriendo desde el fondo del pasillo y se arrodilla a mi lado.- ¿Qué te pasa, has bebido?

- No.- digo yo, más tranquilo.- Es solo que el mundo me odia.

- ¿Qué dices?- me pregunta ella, que no entiende nada de lo que le estoy hablando.

- Lisa.- digo yo, como un loco.- Lisa me pasa.

- ¿Ahora te gusta?- me responde alzando la voz. Yo me siento en el césped, cabreado. Sí, estoy cabreado. Me llevo las manos a la cara, intentando encontrar una respuesta diferente a la que me está ametrallando la cabeza.

- Sí.

- ¡Joder!- responde ella.- Qué lío. Precisamente ella que está loca perdida.

- Lo sé.- suelto una carcajada, sarcástico.- Es tan irónico...me he dado cuenta en el mismo instante.

- ¿De qué?- pregunta Sally, aunque la expresión de su rostro delata que ya intuye la respuesta.

- De que he superado a Melanie...y de que me gusta Lisa. Justo ahora, que está con ese imbécil.

En cuanto lo digo me doy cuenta de que hubiera sido mejor haberme callado. Suelto una maldición y desvío la mirada, como si así pudiera evitar la pregunta que va a hacerme Sally.

- ¿Ese imbécil?

- No puedo decírtelo.- me apresuro a decir, aunque sé que ya es tarde.

- No soy estúpida, querido.- responde ella con ironía.- Solo hay un imbécil para ti...

- No se lo cuentes a nadie, por favor.- le pido, con tono de súplica.

- Encima la defiendes.- silba ella, más sorprendida que enfadada.- Debes estar muy colgado.

Asiento en silencio. En otra ocasión lo negaría, incluso ante mí mismo. Pero a ella no puedo mentirle, nunca ha sido una opción.

- ¿Qué puedo hacer?- le pregunto.- Aunque entiendo que quieras mantenerte al margen...por lo que hemos visto esta mañana, Ben siente algo por ti.

- No, no lo siente.- dice ella, tajante.- O, al menos, vamos a actuar como si así fuera. No quiero meterme en ese berenjenal.

Asiento en silencio, confiando en su buen juicio.

- ¿Entonces...?- repito.

- No creo que puedas hacer nada, Harry.- responde ella después de un rato.- Ya conocemos a Lisa, es imposible hacer que le entre nada en la mollera. Pero no es tonta, acabará por darse cuenta ella misma, y cuando eso ocurra necesitará a alguien que la apoye.

Cómo enamorar a un idiota [Saga Idiota #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora