Prologo

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Simplemente un intento, una búsqueda de conectores que le den sentido a aquello que ocurrió. Luego de años monótonos, meses con un asfixiante aire, en alguna parte de lo que restaba de una ciudad, un pequeño se sienta frente a una cálida chimenea.  El menor, de cabellera café y de inquietos pies, quito ambos guantes de sus delicadas manos y observaba curiosamente el salón en el que se encontraba, era por primera vez que el estaba presente en este sitio y también había sido la primera ocasión en la que había entrado en esta casa, la cual se caracterizaba por ser una gran propiedad apartada, pero no ajena a la ciudad que en algún tiempo pasado convivió día a día con el ego de miles de personas.  

De su pequeña boca salia un leve vapor cada vez que exhalaba, por la simple razón de que el territorio en estas épocas era calamitosamente frió. 

Siempre se destaco la tierra por ser así, tan repentina, con cambios abrumadores. La noche era total, ninguna estrella hacia su aparición y sorprendentemente pareciera que ni la luna querría ver a este lado del planeta. 

Pues era en medio de esa condición que se encontraba el pequeño, atento a cada diminuto ruido que ocurría en derredor. Y ansioso, mientras merodeaba los estantes y mesones aledaños.

Poco después de un tiempo mirando y tocando algunos de los artefactos, objetos varios y antiguos en el lugar, una puerta en la esquina derecha de la amplia habitación se abrió. De esta inmediatamente entro un hombre mayor, por su cabello y aspecto consumido, podría inferirse que rodeaba los 87 años. Era realmente viejo, pero para nada su forma de caminar y su desplante se vieron afectados por la maduración que le habían entregado los años. En poco tiempo se acerco al pequeño, se agacho a su altura y extendió su mano al curioso. 

Abuelo - exclamo el chico, agregando a la emoción lo siguiente. No sabia que tenia tantas cosas raras, yo las miraba, una por una y son feas pero quiero saber de ellas. - A esta actitud ansiosa, el abuelo bajo la cabeza un momento y soltó una leve risa, muy serena, demostrando total confianza y un cariño sincero por su nieto.  

Pero dime mi pequeño, cual es el que mas te gusta de todos?, al terminar la pregunta miro cada una de las que eran sus pertenencias, y todas se encontraban sobre la mesa se madera. Una mesa que a simple vista, se lograba ver igual de antigua que cada artefacto sobre esta. 

Yo quiero saber de todas tata, pero la del centro quiero abrirla. El muchacho apunto un sencillo y mediano cofre, cerrado sin llave, que se encontraba bastante corroído. La madera de este mismo había estado mucho tiempo guardada y ya el material no estaba en buen estado. 

Mirando la misma caja el mayor se acerco con su compañía hasta la mesa, llegando a tenerlos dispuestos a la mano, con esto, tomo delicadamente una especie de esfera, la cual tocando un pequeño circulo que sobresalía de la figura, era posible separarla, dejando expuesto un collar. 

Si bien mi niño, has decidido cual objeto quieres que te muestre mas detalladamente, tengo que presentarte este collar -. El menor lo miro y se acerco diferenciando una especie de águila hecha en plata, con una pequeña malaquita en su centro, la cual adoptaba la forma de un romboide.  El chico, sin entender lo que significaba esta joya miro extrañado a su familiar. 

Es muy lindo no crees... - añadió el mayor soltando un suspiro. Esto tiene que ver con lo que veras en ese cofre, y la historia que te contare respecto al mismo -. El menor dejo salir una amplia sonrisa de ansiedad y tomo el collar con cuidado entre sus manos, para luego dejarlo al lado derecho de la caja. 

Abuelo, sigo sin entender... - dijo aun extrañado mientras se volteaba y tomaba la mano del anciano. Aun no te e contado nada o si? - le sonrió irónicamente y abrió el cofre, con cuidado, por lo desgastado del material.

Dentro de este se encontraban una pila de cartas, las cuales habían sido meticulosamente agrupadas y guardadas, también un pequeño frasco con una imagen que el menor no lograba entender. Y finalmente unas imágenes, mas en concreto, fotografias de una chica.

Se parece a mi madre - chillo el niño tiernamente mientras miraba con ilusión los objetos encontrados. Pues si se parece a tu madre, pero no lo es - menciono a su vez el anciano, con una satisfacción en su rostro. Luego acaricio la cabeza de el muchacho y se quedo un segundo mirando el rostro de la joven presente en las fotografías. Era ella, poseedora de una mirada amable que irradiaba una tranquilidad distinta, genuina.

Ella, mi pequeño es parte de la historia que te contare ahora... - tomo las fotos y las dio vuelta dejándolas en la mesa de madera.  Apenas termino de decirle eso al nieto, se sentó en una silla cercana frente al fuego y acomodo otra similar para su compañía. Después de realizada esa acción contemplo al fuego consumir la madera y a su ves dejo su mente divagar en un sin fin de recuerdos que intentaba ordenar. Pasado un pequeño lapso de tiempo y con el niño en frente suya esperando respuestas, el abuelo abrió su boca, empezando a trazar una linea ficticia con la cual iniciar la transición de su historia.

Querido nieto - sonrió una ultima vez y cerro sus ojos comenzando su narración -. Hace algún tiempo, un joven de considerable estatura y con ideales muy equivocados, arribo a una gran ciudad. Su nombre, ya  olvidado por los habitantes del lugar, en el que algún momento fue honrado, era totalmente desconocido en ese momento y distaba muchísimo de la grandeza que llegaría a tener con el pasar del tiempo. El nombre de este muchacho era Luhn...

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⏰ Last updated: Jul 15, 2018 ⏰

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El derrocamiento del Ego ~ MemoriaWhere stories live. Discover now