Mientras mas madura la uva, mas dulce es el vino

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"¡VAYANSE!" gritaba Loki a la puerta, arrojando un almohadón a través de la habitación antes de arrojarse a la cama, gimiendo de dolor. Dolía moverse, dolía respirar, y su paciencia con los pretendientes indeseados se había roto hace algunos días. Incluso después de retirarse a sus habitaciones, tuvo que soportar a esos imbéciles embobados golpeando en su puerta, atraídos por los rumores de la nueva forma curiosa de "lengua de plata", queriendo probar y mirar. No estaría con ninguno de ellos, no tenía ningún deseo de ser utilizado como la nueva puta exótica en un burdel, y había dejado eso en claro a los tres últimos que habían ido, al amenazarlos con convertirlos en abono fresco para el jardín de su madre a menos que se fueran de ahí rápido.

Dolía en todas partes, el dolor emanaba de sus caderas a través de todo su cuerpo. Había comenzado hace un mes, como una extraña punzada mientras caminaba, nada más, antes de que el horror realmente comenzara. Frigga y Odin hicieron todo lo posible para explicarle suavemente cuando se dieron cuenta, pero ¿Qué seria suave para un Jotunn? Pensaban Loki con disgusto. Había pensado que era diferente de los Gigantes de hielo en todos los sentidos, y secretamente disfrutó el hecho de que nadie podría adivinar que él era cualquier cosa menos un Asgardiano, pero por desgracia, la bárbara biología de Jotnar lo habia dejado con un cuerpo diferente a cualquier otro en Asgard, y, durante el último mes, habia estado sufriendo a través de un calor infernal.

Los dolores que sentía provenían de su cuerpo preparándose para tener hijos, eso era lo que le había dicho Frigga en voz baja, posando su mano sobre de la suya para tratar de suavizar la sorpresa con su toque amable. Sus caderas se estaban ensanchando, lo suficiente como para que ninguna prenda le entrara y lo hacía sentir como si alguien le hubiera golpeado con un martillo en el abdomen. Y si eso no era todo, el dolor entre sus piernas era lo suficientemente fuerte como para borrar los otros dolores; su coño estaba lo suficientemente resbaladizo como para ahogar un ejército, y lo suficientemente hambriento como para devorar montañas.

Frigga había prometido que el calor pasaría dentro de un mes más. Todavía se rehusaba a acostarse con alguien para saciar su terrible excitación, así que se obligaba a soportar el dolor durmiendo. Podría ser útil tener un amante, pero con el dolor que sentía cada vez que cambiaba de posición, lo dudaba mucho. Además, no había nadie en Asgard en quien pudiera confiar para verlo en un estado tan miserable y despreciable. 

Había uno... pero ese inútil estúpido se había ido a cazar a Alfheim con su manada de desafortunados lacayos desde antes de que comenzara ese ardor, y prefería pasar un año en esa horrible condición antes de enviar una misiva rogándole a su hermano que regresara a ayudarlo.

Así que por ahora estaría atrapado en sus aposentos, apenas capaz de moverse de la cama y con náuseas por el dolor y excitación sin alivio, con las caderas hinchadas al doble de su ancho natural. Había dejado de usar su ropa normal, y estaba vestido solo con una camisa verde oscuro, con mantas que le llegaban a la cintura para cubrir sus piernas desnudas. Se sentía miserable, su único consuelo era la idea de tomar venganza contra Jotunheim cuando finalmente estuviera bien. La mejor idea que había tenido hasta ahora era convertir a cada Gigante de hielo en un Caracol, y bailar en las llanuras de hielo, pateando a todos los malditos.

La puerta se abrió de golpe, y Loki gruño con rabia, agarrando otra almohada para tirarla, pero se detuvo cuando una cabeza familiar pero inesperada apareció en la puerta.

"¿Loki?", Pregunto Thor,  mostrando el ceño fruncido con desconcierto en su estúpido rostro encantador. "Me dijeron que estás enfermo, hermano".

"Adelante", le respondió a Thor con impaciencia. Su hermano obedeció, cerrando la puerta detrás de él y caminando hacia la cama con pasos lentos y curiosos. Se veía fresco, con el cabello dorado todavía oscuro, miel en algunos lugares, y su olor a lavanda y romero que floto a través de la habitación, ayudando a enmascarar el fuerte olor almizclado que se había acumulado en la convalecencia de Loki. Él miraba... y miraba... y Loki frunció el ceño, mirando el fino bordado en el borde de las mangas de su camisa; remolinos dorados sobre lino verde oscuro. Thor se veía como siempre lo hacía, como un trozo de músculo sorprendentemente útil.

Mientras mas madura la uva, mas dulce es el vinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora