Caminaban con rumbo a casa, ninguno de los dos decía nada y evitaban mirarse mutuamente, sin embargo el más bajo se veía ansioso de alguna manera, y preocupado, pues... ¿Qué tenía que ver aquel sueño con su padre? ¿O con sus hijos? Eso no había quedado del todo claro. La angustia lo carcomía, decidido apuró el paso hasta casi echarse a correr, el más alto lo miró extrañado pero siguió sus pasos.
Llegaron a casa, Shouta se acercó a la sala y tomó el teléfono que se encontraba a un lado, marcó un número y espero impaciente a que alguien le contestara, el teléfono sonó y sonó, pero cuando al fin parecía que le responderían la llamada entró a buzón de voz. El pequeño soltó un grito desesperado y volvió a intentar llamar, ésta vez tuvo suerte y la llamada fue contestada.
—¿hola?
—¡padre!
—Shouta ¿qué pasa? Te oyes angustiado
—p-pero papá... ¿Tú estás bien?
—¿qué? ¡Por supuesto que sí! ¿Ha pasado algo acaso?
—e-es que yo... He tenido una pesadilla y...
—...entiendo, pero no te preocupes por mí, estoy bien.
—yo... Lamento lo de antes... Cuando...
—está bien, ya te había dicho antes que estaba bien....
—...
—...mañana estaré de regreso
—pero...
—he terminado mi trabajo por ahora, así que estaré de vuelta.
—bien...
La conversación acabó pronto y Shouta se quedó más tranquilo, Yukina apareció a su lado momentos después con un par de tazas de café, le extendió una al azabache, el cual aceptó la bebida y tomó un sorbo, después de hablar con su padre quedó más tranquilo y parecía somnoliento, sentado en el sillón con las piernas cruzadas comenzó a dormitar, en cualquier otra situación se habría visto gracioso, pero para ese momento y para Yukina era muy doloroso verle así, lo levantó con cuidado y lo llevó hasta su cama donde lo cubrió y vigiló su sueño por un rato.
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Era de noche, ¿por cuánto tiempo había dormido? Hacía tanto que no dormía más de un par de horas... Miró a su alrededor descubriendo que estaba sólo, era su habitación... Y la de Yukina, pero el castaño no estaba a la vista, la luz del baño estaba apagada por lo que no debía estar ahí. En ese momento... La cama parecía ser enorme, claro que él era pequeño pero, sin el castaño a su lado se sentía sólo, desprotegido y, de alguna forma abandonado.La sensación no era grata, era molesta, desagradable, además tenía frío, aquellas cobijas no eran suficientes. Se levantó de la cama dispuesto a tomar una bebida caliente esperando que aquello le sirviera de algo, se dirigió a la cocina, miró el reloj, eran las dos de la mañana, ya no tenía sueño, no por ahora, todo estaba oscuro, aquellas penumbras le causaban escalofríos; dejó lo que estaba haciendo y deambuló por la casa, llegó al cuarto de los bebés, fue inevitable... Los añoraba, había esperado tanto para tenerlos entre sus brazos... Y a pesar de haber nacido ya, no los tenía a su lado. ¿Qué estaría haciendo Ken con ellos? ¿Realmente los alejaría de él por siempre?
Sacudió la cabeza, era mejor no pensar lo peor, tomó un pequeño peluche que había comprado hace tiempo pensando en aquellos dos pequeñines, salió de la habitación, estar ahí no le hacia ningún bien, sólo se deprimiría, y él debía ser positivo, pensar en que todo se arreglaría, que tendría a sus hijos de vuelta pronto, que todo por lo que estaba pasando un día sería un triste recuerdo y solo eso, así que debía estar listo para cuando su hijo e hija volvieran.
Siguió caminando en silencio y pasó por el cuarto de huéspedes, sin saber porqué abrió la puerta, Yukina estaba ahí, estaba dormido en la cama, Shouta se acercó con cuidado a contemplar aquel rostro que tanto le gustaba, el castaño era la persona a la que amaba, acarició un poco sus cabellos cuidando de no despertarle, no sabía porque pero, en ese momento... Sintió unas enormes ganas de llorar, se abrazo al peluche que llevaba bajo el brazo, se quedó de pie, el castaño se removió un poco pero no despertó y Shouta reprimió un sollozo que amenazaba con salir de sus labios, se secó aquellas lágrimas y volteó hacia la puerta. Eran las dos de la mañana y no quería regresar a su habitación, no quería estar sólo, no quería estar lejos de su castaño, ya no.
Se metió en la cama al lado de Yukina, abrazado a su pecho, el más joven despertó, miró con sorpresa al pequeño azabache, con el peluche entre sus brazos y los ojos cerrados, con un poco de temblor en el cuerpo, pues Shouta tenía miedo al rechazo de su pareja, pues aún recordaba la forma en que brutalmente le había hablado por la tarde, sin embargo fue abrazado por el chico, haciendo más fuerte el agarre, con intenciones de no soltarlo y no dejarlo ir nunca. Por fin Shouta soltó el peluche y abrazó con fuerza al joven castaño.
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Festejando el cumpleaños de Kisa
FanfictionEl cumpleaños de Kisa se acerca y como buen novio Yukina quiere celebrar con el dicho día, pero... Kisa no esta de acuerdo, porque? Aunado a esto aparece una persona que conoce al editor desde hace mucho. Una bella noticia les espera, recuerdos tris...