Les Debo Mi Amor (Hayffie)

Capítulo 23

Fui secuestrado por tu madre, drogado, atado, golpeado, sacado fuera del país y encerrado en una cárcel con personas desconocidas con un idioma totalmente extraño, además de no ser nada agradables.

Eso sonaba tan fácil en su mente, tan sencillo como confesarle lo que le había pasado en los últimos siete años en ese resumido párrafo. Sin embargo, no pudo, no lo hizo. Realmente quería decirle pero... ¿esa era la forma de ganar su confianza? ¿siendo la víctima para ganar puntos?

- Yo...

Estaba agradecido que Effie lo obligó a vestirse antes de seguir con esa conversacion. Se hubiera sentido más incomodo estando desnudo y más cuando ella lo observa atenta y muy ansiosa de saber que le había sucedido en esos años. Haymitch supuso que ella había deseado saber esto desde antes de aparecer pero... él no podía pronunciar otra palabra que no fuera "yo". Se quedó atascado, necesitaba más tiempo para que le creyera. Sabia que cualquier paso en falso le afectaría a su familia y especialmente a él. Necesitaba averiguar los planes de Grace y esperar que ella tuviera un paso en falso para condenarla. Si él le decía la verdad, estaba seguro que ella iría a reclamarle o simplemente levantar sospechas. Sabia que por más que Grace Trinket la tratará como una vieja tonta, esa mujer no lo era y no cabía duda en que ella le inyectaría su veneno y Effie caería en su trampa de confusiones e inseguridades como lo había hecho en esos días.

Y no culpaba a Effie por confiar más en su madre que a él. Le había fallado tanto y esto es lo que ganó.

Sin embargo, Haymitch no se iba a rendir, haría que ella le volviera su fe en él pero no haciéndose una victima.

- Mirame. Crée cuando te digo que quiero contarte todo -miró como Effie apartaba su mirada, negando con la cabeza con una sonrisa incrédula- No, no me ignores, maldita sea. Te lo estoy diciendo enserio. Solo necesito tiempo.

Ella siguió negando con su cabeza, decepcionada. Y él se estaba comenzando a desesperar.

Effie tardó para mover su mirada hacia él- Muy bien -dijo, sonriendo para disimular las lágrimas que deseaban escapar- Serias tan amable de irte al cuarto de huéspedes. Necesito dormir. Mañana tengo un día muy...

- Effie, no tienes que hacer esto. Solo...

- No hay nada que decir, Haymitch. Por favor, vete...

- Mira... -trató de tocarla pero ella se aparto de inmediato.

- Sal, Haymitch. No lo diré dos veces. Estas acabando con mi paciencia.

- Deja este juego estúpido, Effie. Somos adultos, sólo dame...

- Juego estúpido... -se burló de él- Muy bien Haymitch. Si necesitas tiempos, yo también te solicito mi espacio. Me harias el favor de irte a la habitación que te asigne y mañana veré si tengo tiempo de hablar contigo.

- Preciosa, no. No hagas esto... -logró atraparla con sus brazos, pero no impidió que ella no tratara de zafarse.

- No quiero escucharte, Haymitch. No me tomas enserio, jamás lo hiciste -forcejeo aún más, su cara empezaba a tornarse de un tono rosa- Si no me sueltas, voy a gritar. Te lo juro.

- Effie, tu sabes cuanto eres para mi. Y si se te olvidó, te lo volveré a demostrarte.

- No, ya me has mostrado lo suficiente y ahora sé lo que soy para ti. Así que suéltame, no estoy jugando -la rubia estaba totalmente roja realmente, tan roja que parecía una bomba apuntó de estallar. Le recordó como el día que la sacó del Capitolio cuando la rebelión se desató, llevándola a un lugar desconocido para ella y difícil soportar esa nueva vida. Nunca le gustó ese tipo de enojo, el tipo que ni siquiera podías tocarla pero quiso arriesgarse. La besó. Había fusionado muy bien en esa ocasion.