ATIR

Capítulo II

¿Y dónde estaba el supuesto héroe que salvaría el reino de Arriet, el primogénito de El Grande? Hijo de Aquel que sacrificó su vida en el Otro Mundo, quedándose atrapado en Arriet, para que su hijo volviera algún día a salvar al reino y a su padre. Allí solo quedaba una joven asustada, torpe y confusa.
El dragón tomó la palabra:

-Buenos días, Atir. Hasta ahora sólo has sido espectadora de los hechos, pero ya ha llegado el momento de actuar.

-Pero... yo... no entiendo nada. ¿Dónde estoy? ¿ Qué está pasando? ¿ Qué es todo... esto?

-¿Ves? Te lo dije - dijó el joven al dragón con aires de superioridad, aunque la curiosidad de sus ojos hacia  Atir delataba que no sentía lo que decía.

-Pensaba que su padre se lo habría dicho antes de "morir". Nunca creí que lo mantuviera tan en secreto, incluso con su propia hija- se excusó el animal.

Atir les miró con cara de incredulidad. Acto seguido, los dos extraños dejaron de discutir.

-Disculpe  nuestro comportamiento, señorita Atir. Le pedimos - miró de reojo al joven, que le dirigió un gesto de repugnancia fingida- le pido mil perdones.

-Eso, habla por tí. Yo no pienso disculparme ante una jovenzuela que no tiene ni idea de lo que es luchar. - Atir bajó la cabeza, dolida, y el joven se arrepintió de sus palabras, aunque mo las rectificó.

El animal miró al chico enfadado y éste, resoplando, se bajó de sus lomos y fue hacia la muchacha.

-Oye, lo siento. Sé que estás confundida y es normal, nunca has estado aquí. Pero tenemos un problema muy grande y no tenemos tiempo de explicarte cómo funciona... todo. -Hizo una pausa para respirar ,y la miró a los ojos  con una expresión más amigable- Me llamo Dray.

-Bien, pues deberíamos ir al Castillo cuanto antes... Yo soy Nogar el Dragón.

Y los tres se pusieron en marcha.

****

-Una pregunta, Dray, ¿dónde se supone que estamos?

-Mmm, es complicado, se podría decri que en el paraíso. Y se llama Arriet.

- Pero el paraíso es donde está Dios... -Atir supiró y continuó, con un hilo de voz - y donde está mi padre.

-¿Tu padre? Él... no está muerto. Nunca lo estuvo. Está con la Sombra. Se sacrificó por tí. ¿No lo sabías?

Atir se quedó muda.

-No puede ser... mi padre murió. Se intoxicó con un radiador defectuoso que explotó. Le vi muerto en el pasillo de mi casa.

- En realidad no estaba muerto, sino dormido... - la joven le miró con sorpresa - es complicado. Mientras en el Otro Mundo, es decir, en el tuyo, tu padre dormía, aquí en Arriet convatía contra la Sombra. Y puede que el sonambulismo hiciera que rompiera sin querer ese radiador. Puede que por eso...

-¿Por eso qué? - exclamó Atir exasperada.

-Puede que por eso se debilitará de repente, cuando la Sombra amenazó con matar a su hijo primogénito.

-¿¡ Qué!? ¿Me estás diciendo que una "sombra" iba a matarme?

-Sí, exacto. Y por eso, tu padre renunció a su vida en el Otro Mundo para salvar tu vida. Y es por eso que tú estás aquí ahora, para matar a la Sombra y salvar a tu padre.