#21: Besa una princesa con esperanza

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Pero Charlotte la está perdiendo.
Rachel le dijo que no lo haría, pero la está perdiendo.

Han sido semanas, varias de estas desde la última vez que se vieron y Charlotte detesta como se vuelve algo del diario.

Está demasiado ocupada también, después de una graduación agotadora y a días de la boda aún quedan cabos sueltos y detalles que necesitan ser arreglados, son mínimos pero tanto ella como Elisa y por supuesto Adam, son unos perfeccionistas de primera. Y no van a dejar que un pequeño detalle, por más pequeño que este sea, quedé sin arreglo.

Ha estado recibiendo llamadas también, de gente que ya no recordaba y ha estado siendo constantemente acompañada por Adam, quién brilla cual cielo estrellado cada vez que recuerda que están por casarse.

—Vas a ser mi esposa—su sonrisa es tan grande y sus ojos tan cariñosos—Dios, Charlotte. Vas a ser mi esposa—dice rebosante de alegría, como si no pudiera creérselo todavía.

Esa es una cosa reciente de Adam.

—¿Que tan raro es que vas a casarte en unos días? Como, realmente casarte, se dice fácil pero por tu cara puedo ver qué te mantiene bastante ocupada. ¿Que se siente?

Y esas son preguntas usuales de Susie, quién estaría arreglando su cabello o sus uñas con ella, luciendo más relajada de lo que Charlotte creyó que luciría.

A veces trata de recordar los eventos de esa noche, porque cuando vuelve al presente es como si no hubiera prueba alguna de que Susie y Adam alguna vez se enrollaran, Susie siendo tan despreocupada al respecto pero emocionándose cada vez que Charlotte le da detalles, incluso dándole consejos “útiles” como si ella hubiese estado casada antes. Y Adam estando tan entregado a ella, como si no tuviera ojos para nadie más y agarrando esa entrañable cosa por llamarla "esposita" de vez en cuando.

Charlotte merece tener un respiro, porque su corazón aún se acelera cuando Adam hace ese tipo de cosas, piensa que talvez nunca dejó de quererlo. Pero cuando recuerda a Rachel y como esta ha ignorado sus llamadas, se siente como si volviera a hundirse y ni su hermoso vestido, los postres que ha comido recientemente ni Adam pueden sacarla del hoyo.

Su despedida de soltera es bastante simple, con una recepción simple también celebrada en su propio salón. Solo una pequeña preparación porque la boda es el pequeño gran monstruo engalanado al que debe enfrentarse.

Todos se ven muy ocupados en sus propios grupos para prestarle la suficiente atención y notar que ha visto su celular ya unas veinte veces. Están a un día de la boda y Charlotte sigue sin saber de Rachel.

La llamó antes, pero era siempre el buzón de voz el que respondía por ella,  la mensajeo un par de veces también, pero no recibía más que respuestas cortantes o ninguna en lo absoluto.

—Es de mala educación mirar tu celular cuando tú mejor amiga está justo a tu lado y tiene un chisme que muere por contarte.

Charlotte deja la conversación unilateral que ha mantenido con Rachel y mira a Susie, quién luce como la reina del chisme.

Una sonrisa invade rápidamente su rostro.

—Cuenta.

—Shh, no aquí—Susie mira detrás de ellas, como si alguien estuviera lo suficientemente interesado en sus cuchicheos como para escuchar a escondidas, no podrían hacerlo de todas formas—vamos afuera.

Susie toma su mano con gentileza y Charlotte la observa, siendo siempre guiada por las manos de Susie, terminan afuera.

Le trae una especie de flashback, ella saliendo de su propia casa mientras hay fiesta, o despedida de soltera, lo que sea, hacia el oscuro exterior. Se siente como si nada hubiera cambiado desde entonces, pero el puro pensamiento envía calor a sus extremidades y sabe que ella es muy diferente a lo que era en ese entonces. Sus sentimientos lo son.

Al besar una princesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora