Los inicios

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"Estas seguro que son de fiar?" Vryn preguntó, apareciendo a su lado. "Hay demasiada luz, no puedo llegar hasta ellos."
Higura bajó el arco y volteó hacia ella.
"No tenemos otra opción," respondió él.
Conocía a Vryn desde hacía ya muchos años. Mucho antes de que todo colapsara. A pesar de haber sido criado en los más altos circulos en la sociedad elfica, el estilo de vida de la alta sociedad no era lo suyo. Cuando decidió irse de la ciudad sin nada más que su ropa, jamás espero que lo primero que le pasara fue ser secuestrado por una banda de ladrones y asesinos. Afortunadamente para él, y dado que no tenia posesiones, decidieron permitir que se quedara con ellos. Higura ya tenia conocimiento de arquería, y alguien que pudiera actuar de lejos les facilitaría muchas veces su trabajo. Ahí conoció a Vryn. Ella era una vampira que se unió a la banda de ladrones casi desde su concepción. Vryn nunca le dijo a ninguno de la banda por qué había decidido unirse, pero suponían que ella no tenía otro lugar donde estar. La verdad era que ella simplemente disfrutaba de lo que hacía. Manipulaba las mentes de sus objetivos para que lucharan por ella, los hacía creer que era su amiga, y cuando ya todo estaba listo solo daba el golpe mortal.
"Pero creeran que somos ladrones si nos acercamos así," dijo ella, y seguidamente se teletransportó hasta la sombra del arbol mas cercana a la entrada de la cueva.
Vryn podía moverse entre las sombras, algo que lograba gracias a una capa hecha especialmente para ella por un monje a quien ella misma manipuló para hacerla, y a quien mató para que no hubiera otra igual. Higura, sin embargo, aun estaba intentando aprender esta habilidad por magia. Durante varios años se imstruyó en Magia, especialmente para cumplir con sus misiones, pero aun así tenía mucho camino por delante.
A los pocos segundos apareció al lado de Higura nuevamente.
"Estarían en lo correcto," Higura dijo riendo.
"No es gracioso," dijo ella, golpeandolo en el brazo, haciendo que su pelo negro se meciera sobre sus hombros. "Pueden matarnos y no quiero morir aquí, no así."
"Vryn," dijo él suavemente. "No vamos a morir. Aparte, necesitamos alimento, no?"
"Ya se, ya se," dijo ella dando vuelta y alejandose entre los árboles. Él la siguió. "Pero no podemos llegar y pedir alimento así sin más," continuó. "Tienes algun plan?"
"Ofrezcamosles nuestros servicios."
"De robar y matar?" Vryn se volvió y lo miró fijamente con el ceño fruncido. "Eso de que nos va a ayudar excepto haciendo que nos maten más rápido?"
Higura le devolvió la mirada un instante antes de reir.
"Podemos protegerlos." Se volteó hacia la entrada de la cueva nuevamente y apuntó con su arco. "Solo tienen un guardia, y se ve como un niño. Deben estar muy mal para no tener a ningun gerrero."
"Ugh, odio tanta luz," Vryn dijo, antes de desaparecer.
Higura bajo de nuevo el arco y caminó hacia la entrada de la cueva.
"A donde crees que vas?" la vampira preguntó en um susurro, apareciendo a su lado.
"Crees que puedas meterte en su mente?"
"No me subestimes," dijo ella. "Pero estoy exhausta. Ademas, sabes que cuando hago eso no termina muy bien, en especial si pretendemos vivir ahí."
Higura se detuvo. Ella era con la única con quien contaba. De su clan de asesinos era quien probó ser su única amiga, la unica de entre los otros diecisiete que no lo traicionó, quien le salvó la vida. Al principio él creyó que había matado a todos los demás para reclamar la recompensa ella sola, pero con el tiempo se dio cuenta que ese dinero no le importaba a ella, y cuando se liberó Tiamat comprobó que ella seguía a su lado por algo más que una recompensa por su cabeza.
"Lo haremos a mi manera entonces," el elfo dijo, saliendo del bosque, quedando a plena vista en el vestigio de sendero que quedaba.
"Que crees que estas haciendo?" Vryn exclamó en un susurro, haciendole señas para que volviera a la cobertura de los arboles. Podría haberlo obligado a hacerlo, pero ella le había jurado que jamas manipularía su mente, y su palabra no se quebraba.
"Quien anda ahi?" el joven en la entrada preguntó, apuntando una lanza hacia Hugura.
Este levantó ambas manos, su arco en una, y caminó lentamente hacia la entrada.
"Somos viajeros, tranquilo," dijo. "Mi amiga y yo..." Se volteó hacia el bosque y le hizo una señal con la mano a Vryn.
"Que haces?" ella exclamó en voz baja. "Vuelve acá!"
"Ella es un poco tímida," Higura continuó hacia el chico, y luego se volteó nuevamente hacia la vampira y le dijo en voz baja: "Que haces tú? Sal de ahi ya, ven acá!" De nuevo se volteó hacia la entrada de la cueva donde habían aparecido tres hombres más, todos con lanzas. "Venimos de muy lejos, tenemos hambre y estamos muy cansados. Nos preguntabamos si podíamos obtener ayuda."
Vryn salió finalmente tras los árboles y se puso al lado de Higura.
"Son solamente ustedes dos?" preguntó el chico.
"Que tienen para ofrecernos a cambio?" uno de los hombres preguntó, caminando hacia ellos.
"Algo anda mal," Vryn dijo de repente, tocando el brazo del elfo y mirando hacia atrás.
Inmediatamente Higura sacó su flecha y preparó su arco. Dentro de la cueva las personas mas cercanas a la entrada, quienes estaban viendo, comenzaron a gritar y a correr hacia adentro. Los hombres se pusieron en guardia, pero Higura los ignoró y se volteó hacia el bosque.
"Donde?" preguntó.
Como respuesta, un grito de dolor los alcanzó desde la derecha. El elfo apuntó su arco hacia donde provenía el sonido y disparó. Casi al instante todo se quedó callado.
"Qué ha pasado?" preguntó una mujer desde la cueva.
Pero no había terminado de preguntar cuando una flecha se clavó a los pies del chico que hacía de guardia.
"Maldición, Higura, son muchos."
Siguiendo sus palabras, el zumbido de una flecha la hizo tirarse al suelo.
"Vryn, corre!" Higura gritó, agachandose para ayudarla a levantarse.
La vampira comenzó a correr, seguida por el elfo. Las flechas sonaban  silvando en sus oidos al pasar a su lado, hasta que llegaron a un par de metros lejos de los hombres que hacían de guardia.
"No entraran a esta cueva estando nosotros vivos!" Grito uno, levantando su lanza hacia ellos.
"No somos nosotros los que atacan," Higura dijo, dandoles al espalda.
Pero el hombre no hizo caso y corrió hacia ellos, clavando su arma en el pecho de Vryn.
Higura observó perplejo la escena, hasta que Vryn se desvaneció y apareció a un metro al lado de donde estaba, completamente ilesa.
"Ya basta!" dijo ella. " Todo mundo detengase!" su voz sono como un estruendo, haciendo que varias aves emprendieran vuelo de las copas de los árboles. "Salgan de sus escondites!"
Ramas quebrandose y hojas moviendose dieron paso a varias figuras saliendo de entre los árboles, todos encapuchados. Eran veintitrés en total, caminando lentamente, algunos tratando de resistirse.
Higura no dudo ni un instante y disparó su flecha certeramente a cada uno de ellos. Cuando la ultima flecha iba en el aire, el susurro de Vryn lo hizo voltear de inmediato.
"Higura..."
La vampira cayó al suelo y por fin el elfo escucho movimiento nuevamente dentro de la cueva, seguido de gritos de horror.
"Vryn!" exclamó él, agachandose junto a ella y levantando su cabeza, buscando alguna herida. "Ayuda!" dijo, volteándose hacia los guardias que miraban boquiabiertos al grupo de ladrones que yacía muerto frente a ellos.

***

La joven que se encontraba cuidando a Vryn se levantó rapidamente y llamó al elfo.
"Tu amiga abrió los ojos."
Higura corrió a la habitación con un frasco con líquido rojo en la mano.
"Será mejor que nos dejes a solas un momento," le dijo.
La joven asintió y se retiró en silencio.
La habitación estaba oscura, iluminada unicamente por la luz de una vela. Vryn estaba sentada en la cama, frotandose la sien derecha. La situación le recordó el momento en que se libró de Thran, el vampiro que la había creado. Al inicio, ser vampira le parecía buena idea, inmortalidad, poderes... pero no sabía que gracias a ello iba a estar bajo la influencia de Thran para siempre. Según averiguó, él podía liberarla si así lo deseaba, pero él era un Lord que se jactaba de sus multiples posesiones, y Vryn había llegado a ser parte de ellas. Por eso se instruyó en la magia de la manipulación, para liberarse, pero solo obtuvo su libertad una vez que logró matarlo usando sus poderes y su arma que tardó varias décadas creando. Pero la muerte de su creador le mostró una realidad que ignoraba. La inmortalidad era solo un mito.
"Estuviste cerca," dijo él, dándole el frasco.
La vampira lo tomó con desesperación y bebió su contenido sin detenerse hasta terminarlo.
"Doce días sin comer, Higura. Doce!"
"Eso te bastará?" preguntó él, señalando el frasco.
Vryn se limpió una gota que bajaba de la comisura de sus labios y se encogio de hombros.
"Para un par de días quizás. De quién era?"
"De uno de los ladrones."
"Y qué dijeron de quedarnos aquí?"
"Estan sorprendidos por lo que hicimos-"
"No fue gran cosa."
"No para nosotros, pero para ellos... La liberación de Tiamat fue hace muy poco. Aún no se establecen bien. Ni qué decir sobre sus defensas..."
"Pero qué dijeron?" presionó ella.
"Nos quieren dentro."
"Pero...?"
"Supongo que ya lo sabes."
"No he leido mentes aún, me vengo despertando" dijo Vryn, rodando los ojos.
Higura rió.
"Denscansa un rato más. Cuando estés lista sales y me buscas."
"A donde vas?"
"Están preparándonos una casa," respondió él con una sonrisa de malicia, y salió del cuarto.
"Escoge una grande," escuchó la voz de Vryn en su cabeza.
"No hay mucho de donde escoger," pensó él.
Las personas a su alrededor lo miraban extrañadas o con curiosidad. La noticia de lo que habían hecho se había esparcido rápidamente en el pequeño pueblo que apenas comenzaba a formarse en la cueva.
"Higura!" lo llamó una mujer tras él.
Al voltearse, vio a la líder del pueblo, una humana llamada Sinn, corriendo hacia él. La había conocido hacía unas horas, después de que mataran a los ladrones, y había sido ella precisamente quien les había ofrecido un hogar.
Él se detuvo a esperarla.
"Ya tenemos una casa para tí y tu amiga," le dijo. "Cerca de la entrada para beneficio de todos."
Higura ya lo veía venir, pero aún así sonrio y le dio las gracias. Después de todo habían logrado justo lo que querían.

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⏰ Última actualización: Jul 18, 2018 ⏰

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