Llevo 24 horas en el Centro Correccional Metropolitano, y hasta hace cinco minutos, pude hablar con el jefe de la policía, ¡¡¡estoy qué me lleva el demonio!!!
—... y cómo le dije ya, esa mujer llegó al restaurante en donde estaba con mi familia y amigos, afirmando que yo asesiné a la tal Olivia White, ¿¡¿es qué acaso hay suficientes pruebas para inculparme, señor?!? —cuestioné echando fuego.
—No, usted solamente es una sospechosa. Por favor cálmese, entiendo que la oficial Coleman no utilizó las palabras correctas, por eso su molestia, pero le pido un poco de paciencia con ella, es que tengo entendido que la señorita White era una de sus amigas —comentó el tipo.
—¡¡¡Me vale un carajo si era la reina!!! Esa estúpida está obsesionada conmigo, ¡me tiene harta, no la soporto!
La puerta sonó, y en cuanto el imbécil este permitió la entrada, Sky Coleman entró, poniendo cara de idiota. ¡¡¡Maldita perra!!! Voy a cortarle el cuello en mil malditos pedazos, en cuánto salga de aquí.
Se sentó en una silla con nosotros, y el hombre le dijo enseriado:
—Señorita Coleman, ¿qué demonios ocurre con usted? Lo que hizo fue abusar de la autoridad.Ella lo miró, y contestó después de varios segundos de silencio:
—Señor Tryneer, ¿puedo hablar con la señora Montekbull? A solas...
—No hay razones suficientes para mantenerla aquí, puede salir bajo fianza —me aseguró el hombre —. En cuánto a usted, Coleman, dependerá de la señora el hablar o no, con usted.
—Quíteme esto, Sky —le pedí, extendiéndole mis brazos. Ella sonrió con ironía y me quitó las estúpidas esposas, devolviéndole la libertad a mis manos.
Ganas no me faltaron de agarrarla del pelo y arrastrarla por toda la oficina, pero... no puedo... al menos no ahora.—Le devolverán sus pertenencias en un momento, señora Montekbull. Sky, acompáñela —le ordenó a Coleman y ella aceptó de mala gana. Salimos de la oficina y ella me dijo burlona:
—Ya estarás feliz... te saliste con la tuya, estás libre.
—Pues no puede mantenerme aquí sin pruebas suficientes. Y más le vale qué la prensa no se haya enterado de esto, porque le juro que...
—¿Qué? ¿Qué harás? —me interrumpió —¿Acaso piensas qué no sé de qué se trata todo esto? Por favor, mujer, no soy tan ciega cómo ellos.
—No la entiendo, ¿a qué se refiere?
—Olivia White, Noah Baylee, el regreso de Lucy Carlin... justo después de que aparecieras en la vida de Alessia. ¿No es mucha coincidencia?
—Vaya al grano, Coleman.
—Eres ella... aunque tu cabello luzca diferente y ahora seas una mujer de clase, bastante adinerada y educada... eres ella. Tus ojos, sus ojos... puedo recordarlos perfectamente —afirmó segurísima y me eché a reír.
—¿Tú crees qué soy Lucy Carlin? Compruébalo. Tus palabras son sólo eso... palabras. Comprueba lo que afirmas y hablamos...
—Lo haré, de eso puedes estar segura.
—Deberías de preocuparte de tus asuntos, Coleman. De tu hermana enferma... por ejemplo, y a mí, dejarme en paz de una maldita vez —rabié.
—¿Cómo sabes tú de ella? —cuestionó muy prepotente.
—¿Qué creíste? ¿Qué sólo tú podías meter las narices en donde no te llaman? Puedes verme desde ya cómo tu peor enemiga, te metiste con la persona equivocada, y ahora vas a aprender que eso se paga.
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Operación Katrina© || TERMINADA
AléatoireLucy murió y nació Katrina Montekbull. La mujer de hielo, aquella que vive únicamente para cobrar venganza. A muy corta edad rompieron su corazón y robaron su inocencia de la manera más cruel, ahora deben de pagar una a una cada lágrima. Crearon un...