30. Eternidad

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Vee.💭

¡Bravo! Monos con platillos aplauden en mi cabeza.

Sólo a nosotros se nos ocurre besarse en una de las aulas del campamento.

Bravo; repito.

—A mi oficina, ya —La voz de la dulce Candy se vuelve gélida y autoritaria.

Ah, y cuándo dice oficina se refiere a su cabaña.

Ella sale de allí con ira, Axl me da una mirada y sale después de mí con una mirada de culpabilidad.

—¿Cómo puedes estar tan tranquila? —Cuestiona— Nos van a echar —Musita.

Rodeo los ojos.

—Qué no hombre, qué no.

Entramos por la puerta de la famosa oficina, y veo a Chase junto Candy que ya le habrá contado lo ocurrido.
Axl se sienta en el asiento en frente de la mesa dónde están los jefes y lo imito.

—Sabía qué estoy podía pasar con gente tan joven, esto está mal chicos, prohibido...—Dice Candy pero la corto.

—Oh vamos, somos adultos no chiquillos inexpertos —Me quejo— Me parece exagerado qué este prohibido, aunque...—Hago una pausa y sonrío— ¡Es una buena idea para qué me echéis del campamento!

Los tres presentes me miran cómo si estuviera loca.

—Vee, esto se trata de qué estáis aquí para trabajar —Interviene Chase.

—Pero yo no tengo la culpa de qué nos gustemos —Me quejo con indignación.

—Ya lo sé pero...

—Podéis causar problemas —Le interrumpe su futura esposa.

Pongo los ojos en blanco.

—Me sigue pareciendo una tontería —Resoplo.

—Vee... —Masculla Axl con advertencia, le doy una breve mirada y luego miro directamente a los jefes.

—Candy cariño, te recuerdo qué gracias a mí tienes ese precioso anillo puesto en tu dedo. Chase quería elegir uno muy feo —Le explico con suficiencia, ella abre la boca sorprendida y luego la cierra mientras mira a Chase. Éste se encoge de hombros.

—Las reglas son las reglas —Me reclama con autoridad y me pongo de pie bruscamente, haciendo qué me miré sorprendida.

—Las reglas se rompen. ¿Hemos hecho algo malo en nuestro trabajo? ¿Los niños no están aprendiendo, no se lo es tan pasando bien, no los aconsejamos, no les ayudamos? —Interrogo frustada apoyando mis manos en la mesa. Candy sacude la cabeza— Entonces no veo el problema, si nos queréis echar por está estupidez allá vosotros con vuestra conciencia —Escupo venenosamente y salgo de la oficina con brutalidad.

Me he ganado el despido a pulso, pero no voy a dejar a Axl, me niego.

🌸🌸🌸🌸


—¡Estás loca! ¿Cómo se te ocurre retar a los jefes.

—Oh, vamos —Resoplo con irritación mientras juego con un mechón de mi pelo— Son amigos no jefes —Contradigo.

Keke frunce el ceño, mientras está de pie mirándome fijamente y sus manos descansan en su cintura.

—Bueno, eres mayorcita. Tú sabrás qué hacer —Dicho eso, sale de la cabaña.

Suelto un sonoro y fuerte suspiro a la vez qué cierro los ojos con fuerza.
Unos minutos después salgo de mi cabaña con los ánimos decaidos pero mantengo la frente en alto. Venus Lenox nunca se deja vencer.

God is a woman «Axl Rose» ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora