"Gracias"

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—Hola.

—¡Ahh!

—¿Cómo te asustas con la voz de tu propia madre?

Se acerca riendo al lado de su asustadizo hijo, que sostenía su pecho como si estuviera a punto de tener un infarto, mientras que señalaba con sus ojos la chaqueta que llevaba en su hombro haciendo que el chico la tomara al igual que una de las dos tazas de té que tenía en las manos.

—En serio casi muero, no te rías. —Toma la taza de té que le ofrecía mientras él mismo le daba una galleta de las que aun le quedaban.

—Mi pequeño dramático, a veces pienso que debiste ser actor antes que pintor, pero luego entro a tu habitación y me doy cuenta de que haces lo correcto —dice con voz suave, mientras acaricia la mejilla de su pequeño, sintiendo su corazón hundirse cuando ve los ojos con lagrimas de este.

Tras eso, ambos se quedaron en un cómodo y reconfortante silencio, le parecía curioso que su madre no le preguntara lo que hacía allí, era muy raro que él subiera, ya que no le gustaba el esfuerzo de mover un par de cajas que estaban frente a la escalera para llegar arriba.

—¿Cómo crees que se sentiría la vista desde la punta?— dice su madre, mientras apunta a la famosa estructura de hierro que se podía ver a la distancia.

—Debe ser maravillosa, pero también daría algo de miedo.

—Claro, miedo al caer verdad, mientras más alto llegas, es más maravillosa la vista, pero da más miedo caer, y que te parece subir, ¿te daría el mismo miedo?

—Creo que me da más miedo que la idea de estar en la cima, pero sería emocionante.

—Supongo que eso es igual que la ilusión en el amor...

La mira confundido, cuando entiende a que se refiere, siente su cara caliente y toma todo el contenido de la taza de una, no ayudando mucho a refrescarse por lo caliente de esta quemándose la lengua en el acto. 

—Siento que las personas que se atreverían a subir son valientes, saben que podrían caer antes de disfrutar de la hermosa vista, y da miedo, pero, la adrenalina, la expectación de lo que pasará vale la pena.

—Yo... yo me caí y ni siquiera estaba cerca de la cima.

—Cariño, te digo esto porque no quiero que tengas miedo de volver a subir algún día, porque se que algún día tendrás la mejor vista de todas, y estarás feliz de haber caído antes porque descubriste que se venía algo que en verdad cautivaría tus hermosos ojos. 

Quería llorar otra vez, las palabras de su madre le asustaban pero aun así le hacían tener la esperanza de algún día podría sentirse así de nuevo, porque a pesar del desenlace que tuvo aquella historia, valoró el sentimiento mientras duró.

—Pero, ¿Qué tiene que ver todo eso con la Torre Eiffel?

Su madre rio mientras le daba un pequeño beso en la cabeza, quitándole la taza que había tomado antes para después dirigirse a la puerta que daba con las escaleras.

—Realmente en nada, cariño, no te metas tan tarde, ya va a empezar a hacer frío, y por cierto, llama a Julekka y a Rose, sonaban preocupadas en el teléfono —mencionó, para a continuación bajar las escaleras y adentrarse a la interior de su casa.

Ahora entendía el porque su madre había sacado el tema, le hizo caso y llamó a sus amigas. La llamada se basó en ellas insultando a Chloe en cualquier idioma que conocían, diciendo que fue muy genial el como se tomó las cosas Marinette y que era hora de que superara aquel amor platónico, cuando termino la llamada se sentía mejor no sabía si se sentía mejor por las palabras de confort, o peor por la cosa llena de realidad que le habían dicho: tenía que superar aquel platónico amor.

¿Lo vas a tomar? - AdrinathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora