PRÓLOGO

6 0 0
                                    

¿Te ha pasado alguna vez que quieres con todas tus fuerzas decir algo pero no puedes?

¿Lo intentas y lo intentas pero ese nudo en tu garganta simplemente no te deja?

Pues les cuento mis amigos, a mí me ha pasado, y mucho. Esa opresión en el pecho, la boca del estómago retorcida y un nudo que nos aprieta la garganta, a veces de tal forma, que no nos salen las palabras, es mi diario vivir. Decir lo que pensamos a veces no es tan fácil, pero con la escritura he aprendido poco a poco a hacerlo, y el resultado es fenomenal. 

La libertad que se siente, ese dominio sobre ti mismo al sacar todo aquello que te perturba, y más si eres como yo, que en un minuto tengo muchos pensamientos, rápidos y en secuencia, uno tras otro, hacerlos tangibles, sobre texto, a lápiz, a pincel o a computadora, es una acción tan liberadora como la que sintió Ícaro en su viaje al sol, te sientes como el ave fénix, con cada verso, renaces de entre tus cenizas.

Aquí les dejo el reflejo desordenado de mi mente angustiada, de mi corazón silencioso y de mi piel que arde en llamas.

MENTES INQUIETASWhere stories live. Discover now