Capítulo I

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Dos hombres fueron encontrados muertos en el centro; una casa se hizo cenizas en el norte, y el precio de la leche había aumentado.

Virginia dejó el diario sobre la mesa y bebió otro sorbo de café –sin leche-.

"Dos muertos, un incendio, aumentó la leche..." miró de nuevo la primera plana e hizo una mueca.

"Dos muertos...no, dos asesinatos" suspiró, poniendo la cabeza entre las manos "asesinos, vandalismo, hambre, pobreza..."

"¡Qué viva el nuevo siglo!" canturreó con sorna Guadalupe, entrando en la cocina "¿No te encanta recibir a diario tan alegres noticias?"

Virginia se sobó las cienes y arrugó el periódico, estaba demasiado cansada para pensar.

"No más. Estoy cansada de estas estupideces."

Guadalupe la miró perpleja.

"¿Y José? Creí que comprabas el periódico para él"

"No, no con estos encabezados" dijo, arrojando el papel a la basura "no se va a morir si no lee el periódico esta semana, a ver si las cosas se calman un poco."

"Tampoco se va a morir si le cuentas la verdad, un poquito de realidad no le hace daño a nadie. ¿Acaso no crees que les cuentan estas cosas en la escuela?"

"Por supuesto que no. Si alguna tranquilidad puedo tener, es la de saber que estas noticias no llegan a esa escuela"

Guadalupe negó con la cabeza y tomó asiento juento a ella

 " Ya no es un bebé, Vicky, ya está en edad de conocer la realidad de su país.¿Cómo esperas que llegue a ser un hombre de provecho si no? ¿Eh?" la mujer se irguió adoptando de nuevo un tono burlón "¿Cómo esperas, si no, que contribuya al progreso de esta gran nación?"

Ambas mujeres rieron, intentando hacer el mínimo ruido.

"Ay Lupe, José no está en condiciones de contribuir a ningún progreso que no sea el suyo propio. Eso ya lo sabes." Virginia se puso de pie, levantando el viejo reboso que descansaba en el respaldo de la silla.

Guadalupe la miró con desaprobación y suspiró, forzando una sonrisa.

"Vete ya a la cama, entonces. De nada le vas a servir al chiquillo si te enfermas también tú."

Virginia esbozó una media sonrisa y se puso de puntillas para besar a la mujer en la mejilla. Tomó una de las lámparas que iluminaban la cocina y se dirigió a su habitación en el segundo piso.

Cerró la puerta suavemente, cuidando no despertar a su hermano. Apagó la vela con los dedos y en penumbras se desvistió para meterse a la cama.

Sin embargo, vaya sorpresa, sus esfuerzos de ser silenciosa fueron en vano, pues en cuanto se sentó en la cama la cabeza del niño se levantó como impulsada por un resorte.

"¿Por qué llegaste tan tarde?" preguntó con voz somnolienta.

"Shh, acuéstate" respondió la joven, acariciando la cabeza de su hermano. "Había mucho trabajo, es todo".

"¿Me trajiste el periódico?"

"¡Qué bruta!" exclamó ella, dándose una palmada en la frente "lo olvidé, perdóname."

"Está bien" susurró el niño, acurrucándose junto a ella. "No me gusta que llegues tarde".

"Llegar más tarde significa traer más dinero" susurró ella tras un minuto de silencio.

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⏰ Last updated: Jul 20, 2018 ⏰

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