Capítulo 18 | Cuando sepas de mí

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*narra poché*
Por mi parte, puedo decir que he aprendido a amar cada una de las virtudes y los defectos que te vuelven tú, porque no cambiaría absolutamente ninguno de ellos. Te quiero tal y como eres y soy feliz porque tú sientes lo mismo por ti. Son momentos mágicos como este, en los que me doy cuenta de que uno se puede enamorar cuando menos se lo espera y de quien menos se imagina.
No puedo dejarte ir.
simplemente no te dejaré.

*poché tomó su celular, y entre lágrimas le escribió a Daniela*

Daniela mientras tanto se encontraba de camino al aeropuerto, al llegar, dejó su auto aparcado allí, por si un día regresaba a Bogotá, mientras tanto, su padre lo cuidaría.
Entró, paso el control de seguridad, y se sentó a esperar para embarcar, en 1 hora.

Justo entonces, le llegó un mensaje.

Poché [22:30] :
Cuando sepas de mí, tú disimula. No les cuentes que me conociste, ni que estuvimos juntos, no les expliques lo que yo fui para ti, ni lo que habríamos sido de no ser por los dos. Primero, porque jamás te creerían. Pensarán que exageras, que se te fue la mano con la medicación, que nada ni nadie pudo haber sido tan verdad ni tan cierto. Te tomarán por loca, se reirán de tu pena y te empujarán a seguir, que es la forma que tienen los demás de hacernos olvidar.

Qué sabrán ellos de tu alegría. Yo, que la he tenido entre mis manos y que la pude tutear como quien tutea a la felicidad, quizás. Pero ellos... nah.

A lo que iba.

Nadie puede imaginar lo que sentirás cuando sepas de mí. Nadie puede ni debe, hazme caso. Sentirás el dolor de esa ecuación que creímos resuelta, por ser incapaz de despejarla hasta el final. Sentirás el incordio de esa pregunta que jamás supo cerrar su signo de interrogación. Sentirás un qué hubiera pasado si. Y sobre todo, sentirás que algo entre nosotros continuó creciendo incluso cuando nos separamos. Un algo tan grande como el vacío que dejamos al volver a ser dos. Un algo tan pequeño como el espacio que un sí le acaba siempre cediendo a un no.

Pero tú aguanta. Resiste. Hazte el favor. Háznoslo a las dos. Que no se te note. Que nadie descubra esos ojos tuyos subrayados con agua y sal.

Porque si algún día sabes de mí, eso significará muchas cosas. La primera, que por mucho que lo intenté, no me pude ir tan lejos de ti como yo creía. La segunda, que por mucho que lo deseaste, tú tampoco pudiste quedarte tan cerca de donde alguna vez fuimos feliz. Sí, feliz. La tercera, que tu mundo y el mío siguen con pronóstico estable dentro de la gravedad. Y la cuarta, por hacer la lista finita, que cualquier resta es en realidad una suma disfrazada de cero, una vuelta a cualquier sitio menos al lugar del que se partió.

Nada de todo esto debería turbar ni alterar tu existencia el día que sepas de mí. Nada de todo esto debería dejarte mal. Piensa que tú y yo pudimos con todo. Piensa que todo se pudo y todo se tuvo, hasta el final.

A partir de ahora, tú tranquila, que yo estaré bien. Me conformo con que algún día sepas de mí, me conformo con que alguien vuelva a morderte de alegría, me basta con saber que algún día mi nombre volverá a rozar tus oídos y a entornar tus labios. Esos que ahora abres ante cualquiera que cuente cosas sobre mí.

Por eso, cuando sepas de mí, no seas tonta y disimula.

Haz ver que me olvidas.

Y me acabarás olvidando.

De verdad.
Te amo. Poché

Con las ganas [CACHÉ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora