ɪᴍᴀɢɪɴᴀ.

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𝕰𝖘𝖈𝖔𝖗𝖕𝖎𝖔 × 𝕵𝖚𝖓𝖌𝖐𝖔𝖔𝖐.

La dulce voz de tu compañero de piso hace que te despiertes. De tus labios suena un leve gruñido de molestia, ya que todos los días te despiertas debido al ruido que el chico produce al cantar en la ducha. No es por que no te guste como canta, al contrario, te encanta. Lo que no te entusiasma es que sus horarios son muy estrictos y nada más salir el sol, el pobre chico debe despertarse para irse al lugar en el que trabaja.

—Hey T/n— dice interrumpiendo tus más profundos pensamientos.
—¿Si?¿Qué pasa Jungkook?— preguntas con la voz un poco ronca.
—Siento despertarte con mis cantares pero sabes que debo calentar la voz antes de llegar al trabajo— dice sonando apenado.
—Kookie sabes que no tengo problema alguno con ello— dices intentando animar al maknae.
—Sé que en realidad te molesta pero... ¡Oh dios mío se me hace tarde!— dice para seguido salir corriendo de tu cuarto y abandonar el edificio.

Termino de ordenar un poco el apartamento y me tiro a mi cama. Saco mi móvil y reviso las redes sociales, encontrándome con varias sorpresas. Resulta que desde hace unos meses me dedico a subir covers a YouTube e Instagram de canciones conocidas, y últimamente me ha apetecido escribir mis propias canciones para probar que tal. Al principio pensé que no saldría del todo bien, ya que era la primera vez que escribía las letras de mis canciones, pero parece que a la gente le encanta. Todas mis redes sociales estaban a revosar de comentarios positivos y apoyo.

Tras haber contestado a todos aquellos comentarios dejo el teléfono en la mesita de noche y me tumbo boca abajo en mi cómoda cama. Me voy quedando dormida hasta que oigo como la puerta de mi cuarto se abre lentamente. Unos casi inaudibles pasos se acercan a mi cama para de pronto detenerse. Noto como el lado derecho de mi cama se hunde y giro con curiosidad mi rostros para ver de quien se trata.

—¿Jungkook? ¿Qué haces tú aquí?
—Pues estaba practicando uno de los bailes y me he lesionado el tobillo— dice el chico de pelo castaño.
—¿Estás bien? Te habrán puesto algo, ¿no?— pregunto notoriamente preocupada.

El chico se limita a sonreír de forma tranquilizante y a permanecer sentado mientras agarra la zona dolorida. Me siento al igual que él y acaricio con sumo cuidado su dañado tobillo. En sus ojos veo un sentimiento de sufrimiento que me pone nerviosa.

—No se han dignado ni a ponerte una venda— susurro con cierta molestia.
—No hace falta, es solo una torcedura...— le interrumpo.
—Ven conmigo— digo agarrando le de la mano y guiando lo a la cocina.
—Hey, ¿que vas a hacer?
—Pues vendarte el tobillo— digo obvia.
—No es...— vuelvo a interrupirle.
—Tu solo calla.

Un pequeño silencio inunda la habitación del chico. Su mirada en la mía y viceversa. Esos ojos color café que miles de veces han conseguido himnotizarme, volverme loca y hacerme dudar de mi misma.

—¿En que piensas?
—¿Y-Yo?— tengo que reconocer que esa pregunta me ha pillado por sorpresa.
—Pues teniendo en cuenta que estamos solos, sí tú— suelta una risa burlona.
—Pues no sé, pienso un poco en todo— digo intentando quitarle importancia al asunto.
—¿Qué se supone que es ese todo?— pregunta curioso.
—Tú— susurro y tapo mi boca al instante de percatarme de lo que acabo de decir.

Tras esa confesión algo inimaginable a ocurrido. Me siento volando en las nubes, junto a él. Sus manos recorren mi cuerpo como si se supiesen el camino a la perfección. Me estremezco bajo su suave y delicado tacto, y él lo hace cada vez que suelto suspiros sobre su piel. Mi boca mordiendo y chupando su cuello y sus manos tirando de mi pantalón con cierta desesperación.

Lentamente introduce su miembro en mi interior haciendome gritar de dolor. “Duele demasiado”.

—¿Estás bien T/n?— pregunta soltando un suspiro y apretando mis caderas.
—Sigue— digo mordiendo mi labio inferior con fuerza.

Veo el miedo reflejado en sus sinceros ojos, y muevo mis caderas para darle a entender que si no sigue él, lo haré yo. Sus embestidas son lentas y desesperantes y sin pensármelo dos veces lo tumbo en la cama y me siento encima haciéndolo entrar de nuevo. Lamo mi labio inferior mientras doy pequeños saltos sobre su miembro. “Duele pero merece la pena”. El simple echo de imaginarme nuestros cuerpos sudoroso y lujuriosos me excita de una forma insana. El cuarto lleno de gemidos y gruñidos y del ruido que producen nuestros cuerpos al chocar para unirse una vez más.

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Bueno aquí tienes tu tan esperado imagina lagalletadejimin. Espero de todo corazón que te guste. Debido a que veo que os gusta que haga imaginas, dejaré que me hagáis todos los pedidos que queráis. Comentad y votad.

➲ Monrou Hiru.

ᶻᵒᵈᶤᵃᶜᵒ ᴮᵀˢ  ༻𝔓𝔞𝔲𝔰𝔞𝔡𝔬༺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora