Capítulo 7 Confió En Tí

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El aparato se detuvo en el último piso donde estaba la terraza, mí hermana y yo fuimos las primeras en descender de él, miramos disimuladamente para todos lados y escondidos en una esquina se encontraban Evans y Diego, los cuales con un movimiento de cabeza les indiqué no se dejarán ver aún. Caminamos a paso lento hasta la mitad del lugar, donde ya se podía ver la gran mayoría de la ciudad nocturna, sabíamos que debíamos atacar en cualquier momento.

-Ahora sí, vamos hablar de negocios- dijo Anabella.

-Antes de eso quisiera hacerle una pregunta, ¿usted sabe dónde está Betzzaveth?- fui directo al grano.

-¿Disculpe?- la mujer fingió inocencia, camino hasta posarse en uno de los bordos de la terraza- no sé de que me está hablando.

El ambiente se había puesto tensó he incómodo, la mujer nos miraba a ambas de arriba hacia abajo, en una de las columnas de la terraza Diego había grabado runas, en el suelo también lo había hecho así que estaba atrapada. Las runas de retención servían para la invisibilidad, ningún ojo humanos podía vernos en acción si estas runas estaban grabadas, yo fui la primer en atacar, dándole una patada en tobillo haciendo que se desestabilizara y cayera, la siguiente fue mí hermana, tomándola el cuello y levantándola. La guió hasta el borde de abismo haciendo que la mitad de su cuerpo quedará flotando en el aire.

-¿Qué hace con el libro?- preguntó mí hermana.

-¿Vas a lanzarme al vacío? Porque ese no es tu estilo- contesto burlona la bruja.

-Tienes razón- mí hermana la puso de nuevo en la orilla y fingió sacudirle el polvo- pero el de ella sí- me señalo a mí.

Cuando quise tirarla al vacío ella tomo desprevenida a Elif y la lanzo haciendo que soltara un grito. Estaba un poco lejos de ella, así que no alcancé a tomarla para que no cayera, pero Evans que había salido de la nada se lanzo al vacío sin pensarlo un poco, la sostuvo con uno de sus brazos para no dejarla caer y con el otro se sostenía del cartel del bar. Estábamos a tres pisos y si caían morían, me llene de una irá incontrolable en ese momento y la mataría de eso estaba segura.

-Dame tu mano- le ordene a Evans ya que los dos, casi, literalmente pendían de un hilo.

-No, Ana, ve por la bruja yo lo subiré lo prometo- contestó Diego y no muy convencida asentí, debíamos terminar la misión.

Estaba hecho una bola de candela humana y la bruja sufriría mí furia, mientras me acercaba vi como corría hacía el ascensor pero las runas de retención no le permitieron entrar en él, la bruja intento de nuevo pero no lo consiguió. Estaba atrapada, cuando estuvimos frente a frente de nuevo podía tonar lo nerviosa que estaba. El viento soplaba con furia y desenfreno y de podía admirar la luna en el cielo, me sonrió y empezó a correr al otro lado de la terraza, empecé a perseguirla mientras me guiaba a la parte trasera de la terraza.

Sólo quería acabar con esto de una buena vez. Freno en seco y de repente de abalanzó contra mí, esquive el golpe de improviso, me tomo de la garganta y me tiro contra el suelo, cuando se quiso acerca le di un patada haciendo que retrocediera, con mí otra pierna hice que cayera, me puse de pie de inmediato. La bruja me miro desde arriba y empezó al ponerse de pie, no quería ser tramposa y si la derrotaba quería que fuera de pie, ella empezó a recitar unas palabras en griego, conocía el idioma.

-No trates de entrar a mí mente, no lo lograrás- agregue con burla, ella miro y de repente como si hubiera sido arrastrada me estampe contra la pared, haciendo que arqueara mí espalda.

-Tal vez no pueda entrar a tú cabesita, cazadora, pero si puedo someterte- contesto mientras se acercaba- ¿Sabes? Eres arrogante y prepotente, tienes rebeldía en tus venas y eso trae consecuencias- me dio un puñetazo en el estómago y yo seguía adherida a la pared.

Sueños #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora