Un joven de cabellos claros yacía recostado en una suave cama de mantas blancas. Poco a poco, recobrando la conciencia, fue abriendo los ojos, miró a los alrededores de aquella habitación, las paredes eran blancas y solitarias. Era una habitación pequeña y sin amueblar a excepción de que solo estaba esa cama en la cual se encontraba. Había solo una ventana con cortinas azules cubriéndola, por ellas traspasaban leves rayos de sol—Afirmando que era de día—. El chico observo el lugar donde se encontraba, notando que era un lugar completamente desconocido para el.
Trató de levantarse de aquella cama, lo cual le fue imposible percatándose de que sus muñecas estaban esposadas al respaldo. Esto le causó un sentimiento de preocupación, pues estaba en un lugar desconocido y aprisionado, eso no pintaba nada bien.
Inmediatamente pensó que se trataba de un secuestro pero... ¿Quién? ¿Habría sido la Port mafia la que le había capturado? Después de todo esa fue la intención de la organización desde la primera vez que se encontraron. Esas preguntas empezaron a rondar por su cabeza pero algo era seguro, y es que no se quedaría ahí a esperar que lo mataran.
Intentó utilizar la habilidad del tigre para romper las esposas, pero algo andaba mal, no podía usar al tigre, empezó a ponerse ansioso al ver que su habilidad no reaccionaba, intentó e intentó, pero le fue inútil. Pensó que tal vez le habían inyectado algún tipo de sustancia o droga que servía para anular habilidades, preocupándose aún más.
De nuevo intentó safarse las esposas, pero la verdad es que sin su poder era demasiado débil gracias a su complexión física. Dejó recargar su cabeza en el respaldo de la cama mientras miraba las esposas que le aprisionaban e impedían salir de allí. En algún momento miró hacia una esquina de la habitación percatándose de que no estaba solo en ese lugar.
Observo unos ojos carmines que parecían brillar aún en la oscuridad de esa habitación.
¿Hace cuánto tiempo estaba esa persona allí?
¿Lo había estado vigilando desde antes que despertara? Esa persona de apariencia siniestra, caminó despacio hasta acercarse a donde se encontraba el joven peligris.
Notó que este era un hombre de cabellos largos y albinos ¿Era el quién le había capturado?. En ese momento trato de hacer memoria, pero nunca había visto ese rostro antes, no sabía que motivos podía tener ese hombre para haberle secuestrado.
Sentía un poco de miedo ante la mirada de aquel albino, pero también le daba coraje el hecho de estar en esa situación. Trató nuevamente de usar su habilidad, una vez más le fue inútil.
—Ni si quiera lo intentes, no funcionará —aquel hombre que se había mantenido todo ese tiempo callado solamente observando las acciones del joven se había dispuesto a hablar. Su voz era tranquila, no demostraba ninguna emoción, eso inquietaba aun más al chico al no poder leer exactamente las intenciones del albino.
—¿Quién eres y qué diablos hago aquí?! —quería saber de una vez que era lo hacia ahí y porqué, y sobre todo, quien era ese misterioso hombre frente a el que le inquietaba tanto.
El albino no respondio, solo se acercó al peligris sentándose en la orilla de la cama. Se inclino a la altura de este haciendo que el joven girara el rostro solo mirándole de reojo por la cercanía. El mayor le acaricio la mejilla con su mano izquierda, lo cual desconcertó al menor.
—Tu piel es tan suave... —susurró en su oído, causándole un escalofrío al menor— Eres una pieza muy valiosa, sabía que no me había equivocado.
—¿De...De qué hablas? —cuestionó nerviosamente sin despegar la mirada del albino frunciendo el ceño mientras este acariciaba el mechón de cabello del menor— ¿Acaso se trata de una venganza contra la agencia?.
—La venganza no es algo que me guste y no es nada que tenga que ver con la agencia armada de detectives —se alejó del chico para mirarle, esta vez más serio.
—Entonces no entiendo porque estoy aquí... porqué no puedo usar mi habilidad —trataba de mantenerle la mirada al albino aunque esta le pusiera un poco nervioso— ¿Qué es lo que buscas?!
—Ah... Nakajima Atsushi, tengo algunos planes en el futuro para ti, pero es mejor si no los sabes ahora. Y si te preocupan tus compañeros, descuida, no atentaré contra ellos... Al menos yo no —esas últimas palabras a pesar de haberlas dicho en un susurro, Atsushi pudo escucharlas, haciendo que se preocupara por sus amigos, ¿Querría decir que estarían en peligro por alguien más? Si era así, quería saber de quien se trataba, temía de que fuese alguien peligroso. Solo esperaba que todos ellos estuvieran bien.
Atsushi se sobresaltó, pegando un pequeño brinco por el repentino movimiento del mayor, este se había subido completamente a la cama sentándose sobre las piernas del menor. Quedando frente a frente y con una distancia muy escasa, le tomó del mentón.
El joven trataba de alejar su rostro del albino, pero el respaldo de la cama se lo impedía, debía admitir que no tenía a donde huir de esa cercanía. Tenía miedo de lo que sea que ese hombre pudiera hacer con el, pues al tenerle de esa manera y sin poder hacer uso de su habilidad, debía admitir que en ese momento estaba a su disposición.
El albino empezó a acercarse más y más observándole a los ojos y de vez a sus labios, cuando estuvo lo bastante cerca del chico, comenzó a rozar sus labios con los del menor, deleitandose con su tacto y rose de su delicada piel. En cambio Atsushi se había quedado en shock por aquella acción, girando su rostro hacia un lado. Sentía que su rostro estaba totalmente rojo, nunca había tenido ese tipo de cercanía con alguna otra persona, y que ahora este hombre, un extraño, le tocara con tanta confianza le ponía los pelos de punta.
—Por favor... sueltame —murmuraba en manera de suplica, pero el mayor solo hizo caso omiso.
—Dejarte ir no esta en mi planes —acariciaba el cabello del menor mientras que su otra mano se paseaba delicadamente por debajo de la camisa del chico, acariciándole el torso para pasar a acariciar su espalda, lo cual provocó que el peligris arqueara levemente su espalda al sentir el tacto de esas manos tan frías por debajo de el.
—Por...Por favor, solo dejame ir —suplicaba mientras se rehusaba a aceptar los besos que el albino le intentaba dar. Hasta que el mayor le tomo del mentón, apretando sus mejillas.
—Que lindo, aunque luches no iras a ninguna parte.
—Entonces... voy a matarte
Shibusawa solo sonrío con malicia.
—No lo creo... Yo podría matarte en este momento —sus ojos dieron una apariencia llena de lujuria.
Se acerco al cuello del menor dejando besos sobre el. Cuando el menor intentó patearle removiendo sus piernas el albino solo le mordió el cuello sometiéndolo, dejando la marca de sus dientes sobre esa piel tan blanquecina que le había fascinado desde el primer momento en que lo vio.
—Agh... A...Ayuda! alguien... —trataba de gritar pero sus palabras eran ahogadas por los besos y mordidas del mayor.
—Shhh... Nadie vendrá a salvarte, deberías rendirte ahora
—Solo dime qué demonios quieres de mi!
El albino dejo de besarlo y le observo un momento a los ojos con una mirada que le hizo estremecerse.
—Todo...
El pobre joven no se imaginaba lo que le esperaba en ese lugar a manos de ese hombre. En ese lugar, en esa situación, solo era un tigre a manos de un dragón.
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Bueno espero les haya gustado y gracias por haberse tomado el tiempo de leer una de las tantas y raras ideas que se me vienen a la cabeza.
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You are Mine [ShibuAtsu]
FanfictionPobre chico. No sabía lo que le esperaba en las garras de ese hombre. ==== ==== ==== ==== One-shot Fandom: Bungou Stray Dogs Ship: Shibusawa x Atsushi| Shibuatsu(? -Los personajes no me pertenecen si no a los creadores del manga/anime. Ahora si...