Días de Silencio - Ziam

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Zayn Malik

A lo largo de estos últimos cuatro años yo lo había visto probarse estilo tras estilo, nuevos looks y nuevas maneras para tratar de encajar... tantos, que yo comenzaba a preguntarme seriamente qué le había ocurrido a Zayn que una vez conocí, antes de que dejara de ser su amigo y comenzara a estar... asustado.

En cualquier otra circunstancia diría que fui egoísta, pero lo cierto es que, desde aquel día cuando estábamos en el séptimo grado y me di cuenta de que me habían sido descubierto, me he sentido asustado. Y durante los cuatro años que han transcurrido desde aquella tarde en su cuarto, he seguido igual o tal vez con más miedo que antes. Es posible que a mí me hubiera tomado los últimos cuatro años darme cuenta de que la verdadera razón por la que yo no le había dicho ni media palabra al chico que había sido mi mejor amigo desde que comenzamos la escuela era el miedo, pero lo cierto es que ahora yo lo sabía y comenzaba a sentirme cada vez más asqueado de mí mismo, con cada mentira o excusa tonta que creaba para explicar el haber puesto fin a la única relación que tuvo un verdadero significado para mí en todos mis dieciséis años de vida.

Era fácil echarle la culpa de todo a Zayn, pero la verdad era que por más que me decía a mí mismo que la culpa era suya, yo era el que lo había echado todo a perder. Fui yo el que trató de evitarlo a toda costa, el que estaba demasiado ocupado para pasar tiempo con él, ya no digamos para hablarle. Fui yo el que no respondía sus llamadas telefónicas ni le abría la puerta. Comencé a evitar cualquier sitio en el que pudiera encontrarlo y hallé maneras para ocupar mí tiempo que no tuvieran nada que ver con el que antes fuera mi mejor amigo. No era que no quisiera tenerlo cerca, que no disfrutara de cada segundo, de cada minuto que pasaba con él, pero yo tenía miedo. Miedo de lo que eso significaba, miedo de cómo me sentía. Me asustaba pensar en lo que esa situación hacía de mí y ese miedo me impulsaba a hacer lo único que pensé, podía poner un alto a mis sentimientos.

Una segregación completa y total de cualquier cosa que tuviera que ver con Zayn Malik.  Lo saqué de mi vida y eso me hizo alejarme de la única persona que siempre me había aceptado tal como era, sin condiciones ni expectativas. Yo sabía bien que tenía defectos y carencias, pero a Zayn jamás le importó. No le importó que hubiera cosas sobre mí y sobre mi vida que fueran complicadas; siempre me trató como a cualquier otro. Sólo que, en cierta forma, me hizo sentir aún más especial.

Y no es que yo tuviera ningún derecho de preguntarme qué le ocurría a Zayn. Había sido yo el que lo había alejado, el que levantó aquella muralla gigantesca que ni siquiera el mejor de los mejores sería capaz de escalar, y sin embargo... me lo preguntaba. Sí me importaba. Había visto desaparecer al Zayn a quien conocía y amaba, para ser reemplazado lentamente por diferentes máscaras de otras personas.

Después de la primera vez que ocurrió, cuando él todavía estaba decidido a tratar de encontrar una forma de hablarme, aún era el mismo Zayn inteligente y hábil al que había conocido, con su cabello azabache y aquellos inquisitivos ojos ámbar, pero desde entonces hasta este momento en que estaba sentado a la sombra de un enorme árbol del parque, se habían llevado a cabo algunas transformaciones realmente impresionantes.

Era como si cada año él se probara una nueva personalidad y, para el final del año escolar, estuviera agotado; usaba la pausa del verano para recuperarse y reinventarse a sí mismo para luego reaparecer cada otoño en la escuela como alguien nuevo. Y parecía que le estaba funcionando, si lo que buscaba era quedarse solo. A la mayoría le llevaba algunas semanas notar que se trataba del mismo Zayn, y por lo general era sólo su nombre cuando pasaban lista, al inicio de cada clase, lo que lo delataba.

No quiero decir que yo también me reinventé, pero, en cierta forma, eso fue precisamente lo que hice aquella tarde en la que salí de su cuarto. Actué como si nunca hubiera ocurrido. Peor que eso, actué como si él no existiera. Tenía que hacerlo. Si él no existía, entonces yo no podría amarlo, besarlo, y si eso nunca hubiera ocurrido, entonces, tal vez... sólo tal vez, tampoco sería yo gay.

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⏰ Última actualización: Jul 20, 2014 ⏰

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