Ghost of you. - OneShot Destiel.

Capítulo único.

Castiel había atravesado el portal de un momento a otro, acercándose a Lucifer. Dean quiso interponerse, pero Sam se lo prohibió al mismo tiempo en que jalaba de su brazo con fuerza, haciéndole retroceder. Intentó deshacerse del agarre de su hermano menor, pero falló en el intento cuando todo a su alrededor cambió en cosa de segundos; cayó al piso junto el más alto, dándole a entender que ya no estaba en el mundo apocalíptico.

Ambos hermanos ignoraban lo que estaba sucediendo en la vieja cabaña a sus espaldas ya que, para ese entonces, era más importante preocuparse por su mejor amigo ángel. A como pudieron se pusieron de pie, mirando atentamente la brillante grieta que tenían enfrente, pensando lo peor.

Bastaron unos segundos para que Castiel apareciera por donde mismo habían sido expulsados; se le veía agotado. Dean abrió sus ojos de par en par, sintiendo como su interior se llenaba de esperanza y alivio a la vez, Sam por su parte sonrió tan pronto le vio, sintiéndose tranquilo al ver que estaba bien, pero todo se congeló de un momento a otro para todos los presentes.

Un segundo destello se vio tras la espalda del Ángel a la vez que una daga atravesaba su pecho por la parte trasera, haciendo que sus ojos, su boca y la misma zona herida se iluminaran, lanzando aquel brillo que a veces llegaba a cegarlos. Dean y Sam miraron la escena atónitos.

- ¡NO! - gritó Dean, sintiendo cómo todo se derrumbaba a su alrededor.

Cas se desplomó en el piso ya sin vida, dejando ver a Lucifer sonriendo triunfante al haber conseguido su objetivo.

Los hermanos Winchester se quedaron plasmados en su lugar mirando el cuerpo inerte de su mejor amigo; Sam desvió la mirada hacia Lucifer luego de unos segundos para verle fijamente, abrumado. Dean sintió su cuerpo congelarse.

Quiso correr a su lado, pero sus piernas se sentían frágiles en ese momento y no se lo permitían. Sólo atinó a mirar al desgraciado que tenía parado en frente, hablando como si nada hubiese pasado. Intentó oírlo, pero sus sentidos se bloquearon ante lo que había sucedido anteriormente y le ignoró por completo, sin poder procesar nada de lo que estaba viendo.

Todo pasaba sumamente rápido a su alrededor, se sentía mareado y asustado, enojado y frustrado, pero no era capaz de siquiera moverse para hacer algo al respecto.

Notó que su madre había llegado al lado de ellos de un momento a otro, pero ni eso había logrado que él reaccionase por al cien por ciento ante la situación. Salió de su tranque -que parecía eterno- y notó que su madre se encontraba golpeando a Lucifer en el rostro mientras éste se burlaba.

Intercambió una rápida mirada con su hermano menor y ninguno supo qué hacer en ese minuto, apenas lograron reaccionar cuando vieron cómo Lucifer jalaba a la mujer del brazo cuando éste caía de espaldas, cruzando nuevamente el portal al otro mundo y desapareciendo cuando la grieta se desvaneció.

- ¡No, no, no! - dijeron al unísono, acercándose al punto donde antes había estado el portal.

De nada sirvió, pues ya todo había sucedido y su madre, nuevamente, había desaparecido de la faz de la tierra. Ambos hermanos se quedaron mirando a la nada sin saber qué hacer para ese entonces. Eran tantas las emociones que apenas podían pensar con claridad, en especial Dean que tenía un revoltijo tanto en su estómago como en su cabeza.

Todo se congeló a su alrededor otra vez cuando volvió a ver el cuerpo sin vida de Castiel a sus pies, sintiendo una gran punzada en su pecho. Ni siquiera notó cuando Sam se había marchado de su lado, dejándolo sólo.

Su cabeza daba vueltas, su respiración se entrecortaba y su corazón se rompía en pedazos al ver el pálido rostro de su mejor amigo, de su ángel en el frío suelo de tierra.