Mi nombre es Aarón, soy un chico que está cumpliendo 19 años exactamente hoy, tengo un par de años ya en la universidad y sin presumir soy muy bueno con los estudios así que tampoco es la gran cosa para mí. No tengo muchos amigos y es por la misma razón que estoy comiendo solo en un restaurante de comida rápida en un centro comercial de mi ciudad en este momento; una porción de pizza y un refresco festejan conmigo este día.
Lo sé, parece algo triste, pero realmente no lo es. Tengo una condición médica bastante extraña lo cual me hace una persona con una muy mala salud, debido a que soy una persona muy débil no es algo extraño para mi estar gran parte del tiempo dentro de un hospital, así que mirándolo de esa manera realmente la estoy pasando bien, al menos hoy por hoy no tengo un catéter en mis venas como en mi cumpleaños anterior. No creo en fomentar las relaciones de amistad, mucho menos en las relaciones amorosas. No me malinterpreten con eso último, solo que realmente creo que una persona con una salud tan accidentada como la mía, no debería de andar por ahí fomentando amistad con todas las personas que se encuentre, mucho menos permitir que alguien se enamore de uno. Después de todo es muy probable que muera pronto y no creo justo que las personas sufran solo por complacer un deseo egoísta como el de estar rodeado de alguien que me quiera, de alguien que siente, de alguien que sufrirán el día que yo muera solo por dejarlo entrar a mi vida y no estar solo.
Volviendo al tema de comer solo en este centro comercial, pues tampoco sé si es triste, la verdad siempre acostumbro a hacer lo mismo cada vez que puedo ¿Que más podría hacer después de todo? si la casa donde vivo nunca hay nadie, mi madre siempre pasa viajando por su trabajo y aunque ella nunca lo dice, se que se ausenta de casa para trabajar tanto como pueda por mí, después de todo mis gastos médicos no son baratos, el no tener como pagarlos es una condena inmediata que me llevara al final de mis días. Realmente si hay algo por lo que me siento mal es por quitarle los mejores años de su vida de esa manera a mi madre, pero aun así ¿Qué puedo hacer? Decirle: "déjame morir". Que padre en su sano juicio haría algo así, aunque se lo pidiera. De mi padre no tengo nada que decir, ni siquiera lo conozco, lo único que sé es que cuando mi madre le confeso que estaba embarazada el sujeto se largó. Y por alguna extraña razón no lo odio por hacer eso, más bien le agradezco porque al menos es una persona menos a la que hare sufrir cuando mi corazón de su ultimo latido.
¡Maldita sea! paso de nuevo. (Mientras miraba su mano derecha llena de sangre)
Qué problema este, cada vez que estornudo siempre estoy a la perspectiva si toseré sangre o si podre tener un estornudo como el de cualquier otro, no sé por qué, pero siempre que pasa esto me quedo unos segundos contemplando mi mano ensangrentada. Hace mucho que me percate que la gente nunca se entera cuando me pasa esto, cada quien supongo se sumerge en sus pensamientos y por lo mismo se me ha hecho costumbre ver esta situación, en fin. Dejo que se me pase la importancia de esto y me levanto de donde estoy comiendo para buscar un baño, mi comida queda ahí y no me preocupo por si la encontrare a mi regreso, sé que ahí estará ya que la gente tampoco es que este a la caza de esperar que yo me levante para llevársela y quien podría hacerlo sería el personal de limpieza, pero creo que ellos saben que regresare porque jamás tiran a la basura mis alimentos abandonados en alguna mesa.
Una vez dentro del baño abro el grifo del lavamanos y dejo que el agua haga lo suyo, solo veo como mi sangre se va con la corriente del desagüe y una vez no queda seña de esta procedo a enjuagar mi rostro, el chorro del grifo se cierra en ese momento y descanso mis brazos tensos en la plataforma de aquel lavamanos, es en ese momento observo que hay un espejo frente a mí. Ahí veo el reflejo de esa persona con la piel pálida, de ojos cansados y de cuerpo tan delgado que hace imposible ocultar su estado de salud, no voy a negarlo, odio ese reflejo de mí. Causa lastima y odio las miradas de pena sobre mí con la que los demás me ven, pero en especial odio ver ese reflejo de las venas tan dañadas de mi ante codo por los catéteres constantes que me tienen que aplicar, así que, en ese momento bajo un poco la manga arremangada de mi camisa para ocultar mis venas, lo último que quiero es otra razón para sentirme observado y es por eso mismo que amo esa sensación de ser alguien que pasa desapercibido.
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DESVARIACIONES DE UN DESAHUCIADO
RomanceDesvariaciones de un desahuciado es una historia en la que encontramos la perspectiva del autor sobre una relación sin futuro entre un chico enfermo y sin posibilidad de cura y una chica la mar de positiva que aun sabiendo el destino de su amado ja...