Capitulo 1.

848 26 0
                                    

Vivir con unos vampiros era lo peor que podía pasarme. O talvez no. Tenía una relación bipolar con ellos, aveces todo era bueno y luego malo... Pero tengo que aprender a soportarlo.

Como siempre era hora de ir a la academia, exactamente a las 6:00PM. Y con los idiotas de mis nuevos amigos... En esta clase estaba con Ayato y Kanato. Soportaba a Kanato pero no a Ayato, ese chico siempre posaba sus ojos sobre mi, media vuelta que me daba cuenta que esos ojos verdosos me miraban, con una ligera sonrisa pero a la vez con su labio entre sus dientes. Dándome esa mirada que entraba en tu alma... Decidí escaparme de esa rutina diaria por un rato asi que fui a encerrarme un momento en el baño.

Me lave el rostro, miré el espejo y suspiré -cosas que solo a mi me tocan pasar...- me dije a mi misma, pero sentí unos brazos pasándose por mi cintura y atrayendome contra ese cuerpo. -¿huh?

-¿Sabes que no puedes huir de mi verdad?- dijo con esa tonalidad que lo caracterizaba. Seductora. Era Ayato...

-¿Estás espiandome?- no quería voltear, porque sabía que solo buscaba mi sangre como siempre...

-Eso no te importa, ahora solo tengo sed... y mucha- me volteó bruscamente, quito mi cabello de mi cuello y bajó un poco la chaqueta para ver unas marcas que me había dejado Raito.- ¿¡Qué!?

-F-fue Raito- apenas podía pronunciar una palabra, el apretaba mi cuello con fuerza

-¿¡Qué te dije acerca de esto!? ¡Tu eres mia y solo mia!- me atrajo más a su cuerpo

-A-Ayato...- me miró a los ojos, sus ojos eran tan hermosos... ¿¡Qué digo!? solo soy algo insignificante para él

-Tu eres mia, le perteneces a Ore-Sama- lamió mi mejilla

-De-Déjame-

-No, hasta que escuché un 'soy toda tuya' para mi- posó su pierna entre mis piernas, me tomó de las muñecas y me apretó muy fuerte

-A-alguien podría llegar-

-Descuida, estos baños son solo para los Sakamaki-

-¿¡Qué!? ¡Entonces estos no son los baños en los que debería estar!-

-Conseguí un permiso especial de Reiji para estar vigilandote, para que nadie más que yo te toque- me susurró en el oído- ahora di que me perteneces y te dejo ir

-Sueltame, porfavor- tanto forcejeo para nada... lo que conseguí fue una mordida en mi oreja y una lamida en en el lóbulo de ahí-

-No- me miró a los ojos y me besó. Te maldigo...-

-Te maldigo-

Mordió mi labio, salió un poco de sangre pero él la lamió- Tus labios son mi debilidad

-Y tu idiotez es causante de mi irritación- oops, se me salió. Me solté de su agarre y me fui, aunque sonará estúpido pero definitivamente mi hobby favorito era irritarlo o dejarlo con un calentón.

Las clases siguieron su curso normal, cuando terminaron fuimos a la mansión rarita esa, me encerré en mi habitación y fui a leer.

-Bitch-Chan- me susurraron en el oído, ahhh... Raito el pervertido...

-Raito-

-Todo el día no te he visto, necesito sentir tu sangre entre mis colmillos- me acercó a mi, me acostó en la cama y empezó a masajear mi muslo por debajo de la pijama (short y camisa larga), sus colmillos aparecieron y me mordió el muslo. Solté un ligero gemido pero el lo calló posando sus dedos entre mis labios- Tu sangre esta caliente, que rápido te poseen los sueños lujuriosos, Bitch-Chan- me besó. Pasó sus manos sobre mi camiseta, justamente en los pechos... ah te odio.

-Déjame, ya-

-No quiero- ahora sus manos bajaban por todo mi abdomen- Solo quiero jugar contigo un rato...

-Raito, quítate- santa mierda. Era Ayato.- ¿No vas a respetar lo que no es tuyo?

Rió- No vas a hacerla tuya, me encargaré yo- desapareció.

-¿Y tu? ¿No vas a defenderte?-

-No puedo golpearlos-

-Golpearlos a ellos si, a tu Ore-Sama no... ¿Sabes qué tan bonita eres cuando estas asi?- ni siquiera me di cuenta que mi camiseta estaba más arriba del abdomen, casi dejando ver mis atributos, la bajé y me sonroje.

-Largate-

-No puedes hecharme, tu obedeces y yo doy órdenes-

-Déjame dormir, estoy cansada-

-Solo por esta vez. La próxima no te escapas del gran calentón con el que me dejastes ahora...- se fue. Me quedé profundamente dormida con una sonrisa pequeña en mi rostro. Había conseguido mi objetivo... dejarlo con un calentón como siempre.

Amantes Diabólicos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora