Espacio

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-Debemos hablar.

Pidge dio un respingo cuando se dio cuenta que él no dejaría ir el tema tan fácilmente, aquel hecho de años que aún hacía eco en su vida futura no se iría tan fácil como pensaba. Algo le decía que está conversación no debía pasar, en primer lugar, cualquier sentimiento que pudiera albergar por Keith Kogane fue completamente superado. En segundo lugar, ella era una mujer casada que tenía un esposo que la esperaba en casa después de que evaluara estos nuevos sistemas de defensa en Olkarion. Y en tercer lugar...ella tenía una familia allí en casa. Dejó escapar un suspiró tembloroso, tratando de no parecer débil ante la presencia del paladín. Durante dieciocho años, pensó que lo sentimientos que tuvo en algún momento Keith desaparecían y que serían completamente olvidados al lado de un hombre que amaba. Lance la quería, después de pasar tiempo juntos y formar su propia familia, él la quería y amaba como una vez uno pudo hacerlo con Allura. El recuerdo del hombre que la miraba con infinita devoción le aquejaba con culpa por haber aceptado la misión de buen grado.

-¿Estás segura de esto?-el hombre la miró preocupado. Sus ojos azules detonando preocupación porqué la situación era siempre factible en su relación. Una piedra en el camino que no los dejaba empacar. Pidge entonces, dejó de empacar y le sonrió-. El va a estar allí, después de todo.

-Prometí ayudar a Rayner todo lo que pudiese para el estado óptimo de su planeta-sonrió con dulzura, pasando sus manos por sus omóplatos, pasando sus pulgares por encima de ese rostro que amaba con movimientos circulares en un intento por disipar sus inseguridades.

-¿Prometes que no pasará nada?-pidió y él sonaba tan afligido.

Como si necesitara escucharlo por parte de ella para esta completamente seguro que no habría nada, que solo era una misión de rutina.

-Te lo prometo.

Oh lo dejas ir esperas que vuelva a ti o nunca sabría lo que sucedería después, Pidge entonces se dio cuenta porque Lance estaba tan atemorizada que la presencia de Keith siguiera haciendo eco en sus vidas.

-No, no tendremos esta conversación, no ahora-silencio antes que pudiera continuar-. Keith esto es un trabajado importante para mi, si pudieras...

-¿Entonces cuando? ¿Cuando hablaremos sobre sobre lo qué pasó? ¿Cuando siquiera me mirarás a la casa y dejarás de tratarme como a un extraño? ¡Han pasado años, Pidge! ¡Años!-enfatizó, su voz subiendo de tono por cada palabra, enfadado, frustrado consigo mismo-. Es cómo sino te conociera...

Se veía tan afectado por el tiempo perdido.

Derrotado.

-Ambos tomamos nuestras propias decisiones-refutó.

-¿Hace cuanto?-exigió saber, su mano tomando con muñeca con fuerza y el tono duro de su voz dejaba saber que no recibiría un no por respuesta.

-Eso ya no es importante-protestó-. ¡Han pasado años desde la ultima vez que te vi, te supere, deberías hacer lo mismo!-explotó-. ¡Ya no somos adolescentes, Keith! ¿No lo ves? ¡No puedes....!

-¿No puedo, qué...?-de repente, estaba demasiado cerca, su respiración cosquillas en la frente.

-¡No puedes aterrizar así en mi vida y esperar que no haya pasado nada!-se desahogo-. Ya es tarde, ¿entiendes?. No puedo ser la chica de dieciséis años que esperaba que regresaras a casa-su voz se escuchó rota, como si la persona que fue aún estuviera herida por ello-. Haz tu vida, encuentra alguien, forma tu propia familia...-su voz sonó ahogada, como si aquel pensamiento le doliese en el fondo-. Yo ya no puedo esperarte, ni siquiera deberíamos tener esta conversación. Lance...

El nombre incluso es demasiado doloroso de pronunciar.

Comienza a preguntarse cuando las cosas comenzaron a ser difíciles.

-Intente buscarte después que todo terminó.

Los viejos tiempos sonaban demasiado agradables como para volver a ellos, el paladín rojo a un lado y el azul al otro. Uno dedicándole una sonrisa amable y el otro sosteniendo su mano tan fuerte que le decía que no podría corresponder esa sonrisa.

El rostro de Pidge se distorsionó.

-Qué.

-Hunk me lo dijo. Me dijo lo que sentías por mi y todo tuvo más sentido después de eso. Como un día de lluvia y todo después todo se aclara. Yo...estaba feliz-su agarre sobre sus muñecas se aflojaron-. Te quiero Pidge, lo sigo haciendo y inclusive más adelante. Te amo.

¿Es muy tarde no es así?

Ella no pudo encontrar su propia voz ante aquella declaración que, muy en el fondo, había deseado oír desde que realizó los sentimientos que sentía hacia él. Tenía la misma mirada cuando se casó aquel día,  ella lo recordaba cuando su sonrisa se borró en aquella ceremonia sencilla en la playa de varadero, solo por un instante y pensó en el profundo daño que le hacía, el daño que se hacían. Un sentimiento de culpa se apoderó de sí misma cuando él inclinó sobre ella, sintiendo su respiración hasta que se armó de valor para acortar la distancia, besándola con suavidad, como si fuese un objeto delicado y luego con fuerza, logrando derrumbar todas las defensas que por años construyó con el solo objetivo que sus sentimientos no saliesen a flote.

Y realmente se dio cuenta del tiempo perdido, las oportunidades desperdiciadas, tantas ocasiones para poder haber sido felices, lo miserable que era él y ella por jugar un juego donde nunca habrían ganadores.

Pensó en los ojos azules, mirándole con amor, una mano morena que retiraba un mechón de su cabello para ponerlo en su lugar.

¿Prometes que no pasará nada?

La risa lejana de los niños, martilleándole la cabeza, diciéndole que eso no podía pasar.

Te lo prometo.

Para entonces, ella comenzó a dejar escapar sollozos ahogados, pensando en la horrible persona que era por querer algo más que toda esas personas que la consideraban una especie de faro contra la lluvia.

-Yo...no puedo-susurró con la voz agrietada, en un intento por encontrar la cordura y el poco sentido común que le restaba-. Realmente no puedo...

Keith dolorosamente asintió, comprendiendo que los viejos tiempos nunca regresarían.

Esto no debería suceder.

-Lo siento.

En otra vida, quizás, ellos serían felices.
























N/A: Pensé que la situación fuese más íntima, pero dada mi incapacidad para escribir situaciones así, pensé no sería lo más adecuado y que los personajes saldrían demasiado de sus personalidades. Claro, es un AU, pero, trato de apegarme lo mejor que puedo a los caracteres canónicos de cada uno. El final no me gustó, sinceramente,pienso que hubiera podido quedar mejor.

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