7"saldremos de esto."

8 1 0
                                    


Tres días.  Ese fue el tiempo que Daniel pudo soportar sin saber algo sobre Aly quien lo había perturbado con su repentino silencio. El pobre joven fue cada día al parque pero no habían rastros de ella, también visitó el café que ambos habían proclamado como su lugar de encuentro pero nadie supo darle respuesta sobre el paradero de la chica.  Revisaba su teléfono celular de manera constante, con la esperanza de escuchar la voz cantarina de Alyssa a través del aparato que parecía burlarse de él.

¿Qué estaba mal? ¿ por qué de repente todo había cambiado de una manera tan radical?
 
Y sin saber que hacer o donde mas buscar regreso a su casa, siendo mas un sentimiento de preocupación y no una persona.

                                  ***

Hazel solo podía mirar a su castaña amiga vuelta un ovillo. Hace años (dos para ser mas exactos) que no veía a Alyssa tan refundida en su miseria.

La habitación que en un día ordinario estaría con las ventanas abiertas y con música de fondo ahora se encontraba casi en total penumbra, tan solo unos escasos  rayos de sol lograban colarse a través de las cortinas, dejando ver la silueta de la castaña tumbada en su pequeña cama. Hazel se acercó a su amiga, sintiendo su dolor como propio.  Sentándose a su lado comenzó a acariciar la cabeza llena de rizos de su amiga.

- Aquí estoy pequeña. Estamos juntas en esto- susurraba la pelinegra a la vez que su amiga sollozaba con violencia.

Hazel sintió su pecho comprimirse, pero no se permitió llorar,  no frente a ella. Alyssa necesitaba fuerzas y ella la ayudaría a recuperarse... lo había hecho antes.

- pensé que no podía empeorar  y yo... yo tenía tantos planes..- su voz se quebró un poco mas al recordar la sonrisa dulce de Dan y los planes que ambos tenian.-  Debo llamarlo, debo hacerlo...

Hazel comprendiendo a quien se refería  su amiga no tuvo mas remedio que buscar su celular y extenderselo no sin antes calmar a la pobre joven que no paraba de balbucear entre sollozos y gemidos de dolor.

                                ***

Daniel lanzaba una pelota al aire para luego atraparla. Era lo único que había logrado distraerlo del mar de pensamientos que llenaban su cabeza y que amenazaban con ahogarlo.

Se levantó de golpe cuando un sonido que supo reconocer como su tono de llamada comenzó a resonar por toda su habitación, rompiendo la poca concentración del preocupado chico. Con solo un pequeño astibo de esperanza quemando en su pecho tomó el teléfono contestando sin mirar la pantalla pero deseando hasta con la célula mas pequeña de su cuerpo que la voz que escuchara a continuación fuera la de la chica.

- Hola...

El tono tembloroso de la voz de Aly lo alertó de que algo no andaba como debía.

- Dime que estas bien. Estoy al borde de la locura por no saber de ti.

Ella sonrió con tristeza al escucharlo, no podía fingir que estaba bien cuando obviamente su mundo se caía a pedazos sobre ella.

- te lo diría, pero esa sería la mas grande de las mentiras.

Él estaba asustado, jamas había notado tanta dejadez en su voz.

Ambos se quedaron en silencio por unos minutos, él sin saber que hacer para quitar el dolor de la chica y ella sin saber como decirle la causa de ese dolor que la estaba devorando de a poco y con crueldad.

-Necesito verte-  sentenció el con premura mientras escuchaba la pesada respiración de la rizada a través del aparato.

- Esperame donde siempre. Te veo en media hora.

Y como si su cama lo quemara se levantó de ella para ir al viejo café.

                  

La Chica En La Banca.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora