Solo

14.3K 1.4K 1.2K
                                    

Se había levantado muy temprano en la mañana para hablar con la persona que, creía podría ayudarlo. El adolescente lo había llamado con la excusa de que era una misión super importante que debía llevar a cabo lo más pronto posible.

Peter estaba sentado a los pies de la cama de la habitación de Tony, mirando dormir al pequeño en la misma. Esperaba pacientemente la llegada del "aliado" que iba a ayudarlo con su problema.

No tuvo que esperar mucho, ya que por un inmenso portal entró un hombre de hermosos ojos azules y barba graciosa, vestido de forma fascinante a ojos de Peter. El recién llegado observó ambas presencias, posando primero su mirada en el niño araña, y luego en... eh... el niño-más-niño que la araña.

Peter se paró con cuidado al verlo llegar. 

 —Doctor Strange, es un gusto volver a verlo. Agradezco que haya venido —Habló el castaño con una sonrisa, que fue respondida con un leve asentimiento de parte del hechicero.

 —Creo que ya puedo intuir cuál es el inconveniente —Susurró el adulto, mirando fijamente el pequeño y desesperante cuerpo que reconocería en cualquier parte.

 —Bueno, eso nos ahorra explicaciones —Rascó su nuca nerviosamente—¿Podríamos hablar en la sala? Realmente no quiero que despierte—Pidió en un tono bajo, recibiendo otro asentimiento como única respuesta. 

Ambos superhéroes se encontraban en el lujosa recibidor, el arácnido sentado mientras que el contrario prefirió permanecer de pie.

  —Para hacerlo corto, Tony... es decir, el Señor Stark—Corrigió al ver que el hechicero alzaba una ceja cuando lo oyó llamarlo por su nombre—inhaló un compuesto químico que lo hizo retroceder treinta y cinco años en el tiempo. Se transformó en un niño y perdió la memoria de todo lo vivido en esos años. Es como si jamás hubiese crecido—Explicó lo que sabía, observando el inexpresivo rostro del azabache.

  —Sabía que este mal presentimiento que estaba sintiendo tenía que ver contigo, mocoso—Se apretó el puente de la nariz, irritado—Cuando lo vi dormido en la habitación, lo supe. Y con lo que acabas de decirme, lo confirmé; no puedo hacer nada para ayudarte—Informó con voz fría, causando confusión en el adolescente.

—¿Qué? ¿Cómo que no puede? ¡Usted es... usted!—Exclamó con torpeza, levantándose del sillón—¿Está diciéndome que tiene la maldita gema del tiempo en su cinturón y no puede regresarme a mi Tony?—Se acercó alterado, pero se calmó con la severa mirada que esos ojos azules le dedicaban.

  —Mira, enano...—Empezó con lentitud, el mocoso estaba nervioso y de nada serviría ponerse agresivo—De poder regresarlo a su edad, puedo hacerlo—Levantó la mano, callando al menor que ya estaba abriendo la boca—Pero el hacerlo no implica que pueda regresar su memoria—Al ver los ojos confundidos del arácnido, prosiguió—Escúchame bien, porque no lo repetiré: Puedo hacerlo crecer, pero si lo hago, crecerá con los recuerdos que adquirió estando como un infante, viviendo aquí. No podrá recuperar su memoria. Es como si en este momento tú despertaras con cuarenta años, no recordarías nada, sólo lo que viviste hasta tus diecisiete—Cuando Peter captó lo que Strange trataba de decirle, su mirada se volvió de puro pánico.

  —¡¿Qué voy a hacer?!—Tomó su cabellera con desespero—¡Maldición! No puedo hacer esto solo... no puedo —Sentía su mirada humedecerse por la impotencia. Él era sólo un niño, seguía siendo un niño, un maldito niño inmaduro que no era capaz ni de cuidarse a sí mismo, jamás sería capaz de cuidar de Tony...

Stephen sólo lo observaba en silencio. No le gustaba ver al mocoso de esa forma, a pesar de lo fastidioso y problemático que era, la araña se hacía querer, todo el que pasara tiempo a su lado lo sabía.

Maldito niño [Starker]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora