—Vamos Nayeonnie— Dahyun desde hace varios minutos se encontraba jalando la manga de su mayor. Las siete chicas se encontraban reunidas en una pequeña cafetería.—Siempre dices que no, ya no sales con nosotras.
—Tampoco es como que necesitemos de tu presencia— Momo se acercó al pálido cuello de su novia y dejó un pequeño beso, pero Dahyun la apartó bruscamente.—Bueno, no nos gusta ir de fiesta sin ti, en serio.
—Ya no es como antes—Mina hizo un pequeño puchero.
—Ustedes mejor que nadie saben que no puedo dejar a mi madre sola, no tengo a nadie más que la cuide— habló Nayeon, ignorando las suplicantes miradas de sus amigas.
—Por favor Nayeonnie— Sana se estiró para tomar su mano.—Sólo será ésta noche.
—No lo sé...— la mayor dirigió su mirada a otro lado, la tentación por querer aceptar le estaba ganando.
—Queremos ir a ese nuevo bar, muchos dicen que es demasiado genial por la música y bebidas que hay ahí— Chaeyoung apretaba sus propias mejillas, y después susurró.—Además, dicen que todas las chicas encuentran el amor de su vida ahí— el resto del grupo la miró con ironía.—Bueno, pero al menos encuentran pareja.
—No, no pueden estar negociando conmigo, yo no iré porque tengo que cuidar a mi madre— Nayeon se levantó de su asiento, pero la mano de Jeongyeon en su antebrazo la obligó a volver a sentarse.
—Tenemos que ir, y juntas— habló seriamente Jeongyeon, pero luego cambió su expresión por una como la del Gato con botas.—Por favor~
—Bueno y...¿cómo se llama ese fascinante lugar?— Nayeon agitó sus manos, fingiendo curiosidad.
—El Casino del Diablo— respondió Mina, tratando de ocultar su emoción, pero no lo logró, pues sonrió al igual que todas.
Nayeon cerró sus ojos, soltó un suspiro, y asintió.—Está bien, iré.
Las seis chicas comenzaron a aplaudir y soltar chillidos de felicidad, pero Nayeon empezó a callarlas.—Pero con tal de que regresemos temprano.
—Ya que abuela, nos iremos a la media noche— Momo rodó los ojos, terminando su sándwich.—¿Te vas a comer eso?— le preguntó a Sana, pero ésta tenía la mirada en una mesera.
—No, no, ahorita regreso, pidan la cuenta si quieren— Sana se levantó, caminando con pasos torpes a aquella mesera, quien estaba limpiando una mesa desocupada. Aclaró su garganta y sacudió su ropa.—Hola.
—Hola, ¿qué se le ofrece?— se volteó, sonriendo, lo que hizo que Sana temblara un poco. Dejó el trapo y atomizador en la mesa.
—Yo, soy Mina, Sanatozaki Mina,¿si era así? no, no es cierto, soy Minatozaki Mina, y argh, ¿qué me pasa?— cubrió su cara con sus manos, que empezaban a sudar.
La mesera rió.—Sé quien eres, eres Sana, te he visto muchas veces por aquí. Soy Jihyo.
Sana soltó un suspiro de alivio, pero agrandó sus ojos al escuchar que ya la conocía.—¿Ya me habías visto?
—Claro, no es muy usual ver a chicas bonitas como tú— Sana sentía que las cosas se hacían más sencillas para tener una oportunidad con Jihyo.
—Entonces, como ya me conoces, ¿te gustaría ir conmigo este viernes al nuevo bar junto a mis amigas?
Después de que Sana consiguiera su cita, el grupo de amigas se separó, cada quien se fue por su lado. Nayeon, dispuesta a regresar a cuidar a su madre, fue detenida por Chaeyoung.
—Nayeon-unnie, ¿te gustaría acompañarme a comprar ropa para el viernes?— sus mejillas se sonrojaron.—No tengo ropa para la ocasión.
—Claro que sí, Chaeng— revolvió su cabello, y caminaron juntas hacia la plaza más cercana.
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El Casino del Diablo.
FanfictionLinda parecía esa noche, así que Nayeon se escapó dejando a su madre enferma en casa para poder ir al popular lugar, El Casino del Diablo.