TaeHyung odia los amaneceres.
El chico cierra los ojos sintiendo el asqueroso frío recorrer su cuerpo notando como los su piel se eriza bajo los congelados labios de la noche de otoño dejando los besos en su cálida piel.
El chico no tiene fuerza ni tampoco muchas ganas de levantarse a cerrar la ventana y ojalá alguien lo hiciera por él pero a estas horas tan solo estaba acompañado por el pesado ruido de las calles de Seúl que con cada día se volvía menos notable.
El joven suelta un suspiro volviendo a coger el móvil en las manos para ver si por alguna razón este no pitó con un nuevo mensaje, pero no, las conversaciones de Kakao estaban vacías. TaeHyung cierra la app apagando la WiFi para conectarse con los datos comprobando si era esa la razón de que no había ni un solo mensaje. Espera unos minutos. Y nada… los chats permanecían intactos con las últimas conversaciones.
El nombre de HoSeok estaba fijado en la primera linea de la aplicación bien conocida pero ni una nueva palabra en este. El chico entra en la conversación soltando un leve suspiro sabiendo él mismo lo patético que se ve ahora mísmo, pero mientras nadie lo veía, podía permitirse esa dependencia.
El mayor no habia aparecido en la aplicación durante más de tres horas lo que quería decir que seguramente estaba con la novia.
Aquella era una joven hermosa, de cabello oscuro largo, cuerpito fino y ojos miel alegres, su caracter era feliz, extrovertido y bueno. Realmente buena tal como pocas hay hoy en día. La perfección para su hyung.
HoSeok definitivamente se merecía lo mejor; alguién quien lo amaría, se reiría con él y lo acompañaría en todas las locuras del mundo.
Tae vuelve a soltar un suspiro superándose y levantándose del sofá para cerrar la ventana. Demasiado aire para un piso tan chico. Sus pies descalzos tocan el suelo frío haciéndole despertar un poco. El chico camina hacia la pequeña cocina para hacerse un té intentando calentar el cuerpo con el líquido buscando dormirse. El vapor que suelta la tetera hace que la perfecta piel leche del joven se caliente haciendo que esta se erize. El chico recorre la cocina con la tasa de té en las manos volviendo al sofa encendiendo la tele con un dorama que jamas había visto y le quita el sonido, todo le molesta ahora mismo, tan solo quiere escuchar el silencio de la casa.
Las luces están apagadas cuando él entra al pequeño apartamento que compartía con su dongsaeng. Al escuchar lo callado que está todo decide no hacer ruido quedando descalzo en la puerta y caminando tranquilo por el pequeño pasillo oscuro que conoce de memoria.
El televisor se encuentra encendido dándo reflejos al joven dormido en el sillon junto con una pequeña tasa vacía en las manos. En el rostro del mayor aparece una suave sonrisa. La sudadera que viste el chico era de él, pero a TaeHyung le quedaba mejor dejando que las mangas cuelguen un poco de sus manos viendo como este traía la capucha puesta.Seguramente tenía frío y no quiso ir a la cama. HoSeok se acerca al joven arrodillandose a su lado quedando en pocos centímetros del chico y acaricia su mejilla.
- TaeHyungie… - Susurra el joven y apaga la tele dejando la pantalla con el reloj encendido que señalaba las tres y media de la noche. Tae lloriquea pero abre los ojos mirando enfrente e instantes despues, al reconocer quién está enfrente suya se acomoda en el sofá poniendose rígido. El mayo estira la mano quitándole la tasa de las manos.
- ¿Por qué no me llamaste? - Su voz suena adormilada con algo de molestia en esta ya que tuvo que pasar horas esperando por aunque sea un mensaje.- Lo siento cariño… pensé que estabas durmiendo. - la excusa suena estúpida, más siendo ellos, HoSeok conocía perfectamente que TaeHyung jamas se acostaría sin él o al menos un corto aviso de que está bien. Sabía que el chico esperaría lo que fuese necesario por su llegada pero por alguna razón no había avisado otra vez.
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Sunrises
Fanfiction- TaeHyung... - Su voz es suave, tan dulce y bien conocida, tranquila, que hace sonar el nombre del menor como nadie lo hace a Tae le duele. Le duele cada gesto y cada mirada pero por algo vuelve a permitir que el joven de pelo oscuro se le acerque.