Dos años. Exactamente dos años desde que estoy aquí en Manchester. Estoy cursando el último año de la escuela West. Tengo dos amigas, Alba, tiene ojos café y el cabello violeta oscuro, obviamente teñido.
La escuela West es privada, pero por alguna extraña razón, no hay problema por como vayan los alumnos. Mientras tengan el uniforme, no hay problema. Eso me agrada.
Mi otra amiga es Samantha, "Sam" como le decimos todos. Ella tiene ojos marrones y cabello rubio con puntas rojas.
A medida que estuve aquí, vi que muchos se hacían cosas en el cabello, tatuajes o lo que sea, y me gustó, así que yo no me quedé atrás. Tengo las puntas rosa chillón.
¿Mejores amigas? No. ¿Hermanas? Sin dudarlo Alba y Sam. Recuerdo hace dos años que, como el mundo me amaba, llegaba tarde a mi primer día de escuela. Corrí como nunca en la vida, y aún más al comenzar a recordar lo que pasaba en mi otra escuela si llegaba tarde. Entré rápidamente en el edificio y me choqué con alguien logrando que caigan sus cuadernos.
-¡Un chico!-. Pensé. Pero no. No tengo la suerte de todas las protagonistas de todos los libros que se pueden imaginar. Era una chica. Una chica que parecía una modelo. Una popular. Tiré al suelo a una popular. Ese fue un mal comienzo. Luego de una cachetada mental, la ayudé a pararse repitiendo la palabra "perdón" un millón de veces. Cuando recobró su compostura le devolví sus cuadernos y ella rio y me dijo:
-No me pidas perdón, esto le pasa a cualquiera. ¿Eres nueva?-. Preguntó sin borrar la sonrisa de su rostro. Eso era raro. Esperaba un insulto y, más adelante, miradas asesinas de cualquier parte para luego convertirse nuevamente en Bullying.
-S-si... Soy Emily Watson-. Se abalanzó y me dio un abrazo.
-¡Yay! Una nueva amiga. Mi nombre es Samantha Kyle, pero llámame Sam, como todos lo hacen-. Dijo separándose.
Luego de eso supe que Sam vivía abrazando a ser que se le pasara por el frente. Nunca le pregunté por qué siempre abrazaba a todo el mundo, y no tengo por qué hacerlo. Es libre de hacer lo que quiera. Es la que saca sonrisas. Sería como el Sol del grupo.
Tres días después de conocerla, me presentó a una amiga suya: Alba Hayman. El ser más tímido del planeta. Pero, más adelante, fue sintiéndose más cómoda con mi presencia y se convirtió en una persona menos introvertida.
Con toda mi clase me relaciono muy bien, recuerdo que cuando entraba a la otra escuela era todo gris, tétrico, horrible. Ahora amo ir y ver una escuela normal, amigos y conocidos. Tal vez no le caigo bien a alguien o él a mí no, pero solo nos ignoramos y ya. Eso es lo mejor. No negaré, que como en toda escuela, a veces hay peleas o algún intercambio de ideas que termina en discusión, pero no es algo que dure días, es algo del momento.
Ángela trabaja de cocinera en un restaurante muy prestigioso y fino. Se llama Magalia. Ahora comemos normal, no cómo antes. Tenemos horarios y los cumplimos. Eso los fines de semana. En la semana los cumplo sola ya que mamá trabaja hasta tarde. Antes iba a visitar a mamá de vez en cuando. Debería pasarme algún día.
Con mamá me estoy llevando de maravilla. A veces peleamos, pero ella más allá de gritarme no va. Eso también es algo muy bueno y me hace vivir más tranquila.
Estoy mejor que antes. Me veo al espejo y no veo una chica con ojeras muy marcadas. No veo ojos rojos e hinchados. No veo un cabello maltratado. Veo una sonrisa. Veo mis muñecas que ya no tienen cortes... sólo cicatrices. El día que Sam y Alba vieron mis cicatrices se quedaron petrificadas, ¿Y cómo no? No sé si todo Manchester, pero a la parte que fui, no existe la depresión. Todo es colores. Pienso que muchos deben poner una sonrisa cuando dentro están muriendo... o esa es mi intuición.
Seré sincera, el pasado aún me derrumba, me hace sentir para la mierda, me hace llorar. Pero pienso en como todo mejoró. Como soy capaz de decir ahora soy feliz con la mayor sinceridad del mundo.
Noah...
Lo extraño. Antes de irme de mi otra ciudad encontré una cruz que él usaba, en su habitación. Ahora yo la tengo. Me hace sentir bien, protegida, como que de alguna manera él está conmigo. Está colgada en mi habitación.
No sé qué podría pasar cómo para que vuelva a cortarme. Creo que nada.
Así que estoy feliz, tranquila y, por fin, aliviada. Después de siete años de tensión y estrés, creo que por fin estoy en el camino correcto en mi vida.
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Gritos Silenciosos (2° Temporada)
Teen FictionDos años. Exactamente dos años. La vida de Emily ha cambiado para bien, por fin tiene un respiro. ¿Pero qué pasaría si volviera él para alejarla del sostén de su vida? ¿Quién la ayudaría a olvidar todo por un rato? ¿Quién y qué? Tú mismo lo dijis...