Raoul ha empezado a creer que el placer es la mera ausencia de dolor.
Agoney busca sentirse vivo otra vez.
Y entonces el rubio va tan concentrado en el ritmo que pasa de sus auriculares al oído que no se da cuenta del cuerpo que avanza hacia él. Y s...
I sold my soul to a three-piece And he told me I was holy He's got me down on both knees But it's the devil that's tryna
Hold me down, hold me down Sneaking out the back door, make no sound Knock me out, knock me out Saying that I want more, this is what I live for
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Cuando lleva al chico a su casa sabe cuales son sus intenciones, aún así, intenta entablar una conversación sin mucho éxito.
Se arrepiente de todo cuando siente sus manos debajo de la camiseta.
"Tengo que poder hacerlo" se dice a sí mismo. Pero lo cierto es que no le apetece seguir besándolo. Intenta apartarlo un par de veces.
"No" susurra.
Pero no se da por vencido.
"No voy a acostarme contigo" dice más alto, y esta vez Rafa, que así se llama su acompañante, se aparta extrañado.
-¿Pasa algo?
-No soy capaz, lo siento muchísimo.- Sus ojos se aguan cuando se da cuenta de que ha llevado a aquel tío a su casa sin pudor y ahora lo estaba echando.
-No, por favor, no llores, no pasa nada. Ay, madre.- El chico lo abraza acariciando su espalda.- De verdad que no importa...¿para qué tengo la mano, hombre?- se ríe intentando que Agoney ría también, y casi lo consigue, pero el chico se le abraza más y llora con más fuerza.
-Si es que sabía que no iba a poder, es injusto para ti.
En cualquier otra ocasión, Rafa se habría cabreado, se habría ido de allí dando voces e insultando al sujeto, pero hay algo distinto en aquel chico.
Digamos que son sus ojos, o la sonrisita de niño a pesar de toda esa sensualidad que desprende, puede que sea su acento o su timbre de voz. Puede que sea que ve el arrepentimiento en cada gesto y se le parte el alma.
Pueden ser muchas cosas, pero sabe que no va a presionarlo.
-¿Quieres que me vaya?¿Quieres que hablemos?- Pregunta apartándose de él para no incomodarlo.
-No es por ti, de verdad, es mi cabeza.
-Voy a irme, ¿vale? Pero- coge un papel y un boli y apunta algo en la libreta- te dejo mi móvil por si quieres hablar o...lo que sea, Agoney, no te voy a negar que has estado a punto de ser la persona más guapa con la que me he acostado.
El canario ríe sorbiendo su nariz y le muestra cómo apunta su número en el teléfono, donde no puede perderlo.
Rafa desaparece por la puerta y se desviste con pereza. Cuando se tumba en la cama se maldice mil veces. No puede ser que no vaya a poder acostarse con nadie nunca jamás. Sería súper triste.