Luego de nuestro pequeño encuentro exhibicionista en la puerta del baño el ambiente volvió a quedar tenso entre los dos.
-¿Quieres que te enseñe la ciudad?- me preguntó jugando con la funda de su celular.
-Eso me parece bien.
Era sábado por la mañana y nos encontrábamos tirados en el sillón mirando a la nada. Súper divertido.
-Ah cierto- Philippe recordó algo.- Esta noche salgo de fiesta.
-No se ve todos los días a un universitario de fiesta.
-Ay vamos, no es para tanto. Es mi último día antes de que terminen las vacaciones.
-Está bien campeón, disfruta tus vacaciones- me levanté del sillón y le quité importancia con una mano dirigiéndome a mi cuarto.- Yo esta noche me quedaré a dormir como una niña buena- dije con sarcasmo.
-Solo te quedas porque no conoces a nadie.
Y tenía razón.
En la mayor parte del recorrido estuvimos callados, todo el tiempo que estuvimos sin vernos se hizo presente y no supimos que tema de conversación sacar a la luz, de repente no nos conocíamos, éramos dos extraños.
-¿Qué tal tu padre?
-Sigue siendo un niño.
-¿Y tu gato?
-¿Cuál gato?
-Ese que se llamaba...- pensó unos segundos- ¿Kiro?
-Falleció hace años.
-Ouch. ¿Y ya adoptaste otro?
Insertar Facepalm.
~
-Y aquí estudiaras de ahora en adelante.
Miré al edificio en frente mío. No era la gran cosa, pero era algo, después de todo iba a estudiar no a vivir un cuento de hadas, aunque esperaba que no hubieran agujeros en las ventanas y que al menos hubiera luz. Lo sé soy exagerada.
-Si muy bonito, ahora llévame a tomar un helado- le pedí emocionada dando pequeños saltitos en el lugar, el calor me estaba matando.
Él desinfló su pecho largando todo el aire por la boca.
-No tienes remedio. Encima harás que yo lo pague ¿cierto?
-¿Desde cuando me conoces tanto?
Es que me sorprendió que recordara eso, la última vez que lo obligué a pagar mi helado fue cuando tenía ocho años tal vez.
-Adivino ¿Vainilla?
Encima recordaba mi sabor de helado favorito.
-Mascarpone, los gustos cambian Philippe.
-Las personas también.
Cuando compramos los helados la chica que atendía nos miró con ternura. Philippe pidió el helado por mi y antes de entregarlo la chica le puso un baño de chocolate.
-Eh no, no, yo no pedí el baño...- dijo Philippe ya que había que pagar por él.
-Cortesía para los enamorados- y le puso dos cucharas.
Me quedé quieta sin saber qué decir, pero Philippe lo recibió con una sonrisa dibujada en su rostro.
¿Qué clase de señal extraña vio esa mujer para creer que éramos novios?
Antes de salir del local pregunté:
-¿No pedirás uno para ti?
-¿Para qué crees que son esas dos cucharas?
-Ah no, ¿no creerás que vas a comer de mi helado, o si?
Intenté apartarlo pero fue más rápido, tomó una de las dos cucharas y antes de que pudiera reaccionar me robó una gran cantidad de helado que de inmediato se llevó a la boca.
-¡Oye!- le pegué en el brazo.
-¡Auch!- comenzó a frotarse en el área del golpe- ¿Desde cuando golpeas tan fuerte?
-Desde que decidiste robarme helado.
-Lección número uno: nunca robarle helado a Alex- se dijo a si mismo y reí.
-Imbécil.
Ya en el departamento Philippe fue a bañarse.
Yo comencé a buscar tiendas de mascotas en Internet que estuvieran en la ciudad. Quería una cacatúa. Iba a tener mi cacatúa.
-Alex, me voy- avisó Philippe.
-¿Y mi comida?
-¿Qué?
-¿Crees que puedes irte sin dejarme algo de alimento?
-¿Algo de alimento?- se agarró el puente de la nariz- Alex ¿acaso eres un perro? Dije que me voy.
-¡No!- salté agarrándolo del cuello y sin querer lo rasguñé. Bueno, tal vez fue queriendo.
-Empiezo a pensar que más bien eres un gato. Ten- buscó en su billetera y me dio dinero.- Comprate un sándwich o una pizza, no lo sé. Y consiguete un trabajo, no vivirás de mi bolsillo.
-Okey, adiós Philippe, no embaraces a nadie- le tiré un beso y fui a mi habitación.
Mi plan había funcionado. En un tarro pegué un cartel que decía: "Ahorros para la cacatúa".
En realidad si tenía dinero, mis padres me lo mandarian todos los meses, pero si era posible yo quería usarlo exclusivamente para los estudios, y obviamente colaboraria con la comida en casa, Philippe exageraba.
Exagerar era normal en ambos, al menos eso no había cambiado.
Me quedé despierta mirando televisión hasta que mis ojos cedieron por el sueño y me quedé dormida sin siquiera enterarme. Aún así a la mañana siguiente me levanté en mi cama, pero conservando la ropa de la noche anterior.
Fui hasta la cocina a servirme un vaso de agua, pero lo que vi casi hace que me caiga de nalgas.
Una chica rubia que me sacaba como dos cabezas estaba allí comiendo, como si estuviera en su dulce hogar.
-Oh Alex, has despertado- Philippe apareció por detrás.-Te presento a Michelle, mi novia.
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Our Love Story (PRIMOS +18)
RomanceEsos ojos verdes y esa cabellera rubia eran mi pesadilla, y al mismo tiempo mi salvación. ¿Está bien lo que estamos haciendo? ESTA HISTORIA CONTIENE INCESTO. SI NO TE GUSTA EL GÉNERO NO TE MOLESTES EN LEERLA ;)