Capítulo Uno: Ya no hay una oportunidad

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"Cuando las estrellas caen y el suelo se rompe, te estás hundiendo porque es demasiado tarde. No me digas que se terminó..."

Apenas supo la noticia prácticamente corrió hacia la torre Stark, sin importarle si alguien lo veía.

"Me voy, Steve."

-No puedes irte...-dijo con la voz apenas audible, sentía que las lágrimas se acumulaban en sus ojos y que su garganta se secaba, sentía un nudo y un dolor en el pecho.

-Si, si puedo hacerlo y lo voy a hacer- dijo intentando sonar firme, cosa que no funcionó. El castaño no estaba en mejores condiciones que el rubio que tenía frente a él, estaba echo un desastre: Ojos rojos, mejillas sonrojadas y empapadas en lágrimas. -¿Sabes? ni siquiera se que haces aquí, vete de mi Torre.

Dolía, dolía demasiado...

-Tony, por favor... no... no, por favor...-comenzó a suplicar apunto de romper en llanto -Por favor no me dejes...- intentó acercarse a Stark pero este retrocedió al instante.

-Me dañaste Rogers, me rompiste de todas las maneras posibles y ya no puedo más, no quiero volver a verte... - bajo la miraba y apretó sus puños -Mi corazón ya no lo soportaría...

Y es que era verdad, su corazón ya no soportaría más. Steve lo había dañado demasiado y ya no quería más, no quería escucharlo, cualquier cosa que ahora dijera ya no valdría la pena. Su corazón estaba tan destrozado y tampoco estaba dispuesto a perdonar, no, jamás lo perdonaría.

-Debiste seguir siendo indiferente a mi Rogers, habrías hecho las cosas mucho más fáciles-alzo su mirada para volver a desviarla y cerro sus ojos intentando que el nuevo nudo en su garganta se disipará.

-Yo te amo, Tony...- susurró como último recurso el rubio. Tony volvió su mirada a Steve, lo miro dolido.

Tony quería creer eso, de verdad, pero en ese momento no podía hacerlo, después de todo lo que Steve hizo no podía.

-No, no lo haces y nunca lo hiciste.

Y con esas palabras el castaño tomó sus maletas y dio la vuelta, comenzó a caminar hacia la salida, pero antes de salir giro su cabeza y murmuró "¿Sabes? Es una lástima porque yo si lo hice" y se fue, cerrando aquella puerta de la habitación que alguna vez fue de ellos y cerrando también las puertas de su corazón, dejando atrás a un Steve arrepentido y con el corazón destrozado. El rubio que se encontraba ahí arrodillado con las manos sobre su cabeza ya no podía hacer nada, lo había perdido y sabía que todo había sido solamente culpa suya. No importaba lo que hiciera ahora, si lloraba, gritaba, pataleaba, nada de lo que hiciera lo haría volver. Ya no había una oportunidad para él. Ya no había una oportunidad para ellos...

Una Oportunidad •Stony• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora