C A P Í T U L O 6

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Ambar estaba volviendo a la mansión, después de lo que había pasado no tenía ganas de quedarse ahí, pensando que tenía Emma que ella no tuviera.

Es obvio Ambar, Emma es linda, al parecer humilde, y, lo más importante...Ella si tiene la confianza de Simon; Pensó

Entonces sus pensamientos tomaron otro rumbo; ¿Simon la había perdonado?, ¿Volvia a tener su confianza?.
Esto de «cambiar» le estaba resultando más difícil de lo que imaginaba.

—¡Hija, llegaste!.— Silvanna la resivio alegremente, estrechandola contra sus brazos; a lo que Ambar sintió una cálida vibra acogedora.

—Si, de hecho...Necesito hablar con vos.— Se mordió los labios, nerviosa, y Silvanna levanto las dos cejas.

Ambar le conto todo con lujo de detalles; cuando al principio se acerco a Simon como parte de su plan y termino completamente enamorada, su primer beso, cuando lo decepciono, cuando él le dijo que no volvería a confiar en ella..
Silvanna escucho todo atentamente, tratando de pensar en su mejor consejo.

—¿Y?, ¿Qué pensas?.— Ambar apoyo los codos sobre sus rodillas, y la barbilla en sus nudillos.

—Bueno, hija, primero que todo; siento muchísimo no haber estado contigo cuando más lo habías necesitado, y ahora...Nada de eso estaba bien, vos no hacías lo correcto...

—¿Y quien me dijo a mi si estaba bien o mal?— Interrumpió Ambar. —¡YO QUE IBA A SABER!, era la forma en la que me habian enseñado a ser.
Mama, no es nada fácil, yo de referente tenía a Sharon, nunca me dio amor, ni me comprendió, ni me escucho, ni me aconsejo...¡NI SIQUIERA LE PREOCUPABA!, yo solo quería cariño, que ella estuviera orgullosa de mi...¡¿TAN DIFICIL ES ENTENDER?, ¿TAN DIFÍCIL ES PERDONARME?!.— A este punto Ambar ya tenia los ojos aguados, al igual que Silvanna.

—Hija...— Habló Silvanna, pero Ambar volvió a interrumpirla.

—No te culpo de nada, ¿Bien?, ahora...Solo quiero recostarme un rato...— Se tallo los ojos con el dorso de su mano, se había sincerado con su madre y por una parte se sentía bien, se sentía liberada...

—¿Segura que no quieres hablar de algún otro tema?.—

Ambar recordó a Emma, pero negó con la cabeza, no le apetecía hablar de ella en estos momentos.

—Hija, te conozco, se que ocultas algo...

—¡Bien!— Interrumpió Ambar y Silvanna sonrió, parece que a Ambar se le estaba haciendo costumbre interrumpir a la gente.—Bueno...Hay una nueva chica en el roller, creo que le gusta Simon y se llama...— Y en ese momento sonó el timbre, Ambar bufo, al parecer el destino jugaba a su favor (o eso pensaba en ese momento).

—Hija...Tengo una sorpresa para ti...Seguro te encantará.— Silvanna sonrió y fue hacia la puerta.

Ambar rodó los ojos y volvio a sentarse en el sofá.

Al cabo de un rato, Silvanna volvio, y la pequeña figura de una persona se veía detras de ella.
A Ambar se le iluminaron los ojos, si su madre le había preparado un encuentro sorpresa con Simon la amaría toda la vida.

—Bueno hija...Hace poco pues...¿Sabes?, sin rodeos...— Ambar tenia la quijada en el suelo, no podía creer lo que veía.

—Vanna, gracias por...Esto pero Ambar y yo ya tuvimos la dicha de conocernos.
De igual manera, dejame presentarme como se debe— Avanzó hasta donde Ambar, la cuál, aun seguía en shock. —Hola Ambar, me llamo Emma Cooper, vengo de Inglaterra, soy tu prima y...Me quedare unas semanas aquí contigo.— Emma sonrio y Ambar se dejo caer de pompas en la escalera; estaba segura de que luego le dolería su cabus. Aun no se la creía...
Además sentía nauseas al recordar el ridículo apodo con el que Emma llamaba a su madre.

—Pero...Tu...Yo...No...— Tartamudeo, no se la creía, y Emma pues...Ella solo sonreía como el gato de Alicia en el País de las Maravillas.

—Además, hay otra buena noticia...— Silvanna junto sus dos manos, sonriendo. —Le e organizado una fiesta sorpresa que ya no es tan sorpresa...¡Vendran todos tus amigos y la Roller Band tocara!.

—Jodida mierda, estoy perdida.— Susurro Ambar.
Genial, Emma era su prima, ¿Qué se supone que debía hacer?...Claro, tenia que pensar.
—Mama, voy a salir un rato.— Agarro su chaqueta y sin esperar más, salio de la mansión.

Comenzó a caminar sin rumbo, solo sus pies sabían a donde la llevarían, ella...Estaba confundida, solo necesitaba aclarar sus pensamientos.
Hasta que sus pies dieron con el lugar equivocado, ese parque...
Aquel parque donde se habían besado por primera vez.

Y entonces se puso a llorar, llorar porque quería volver a ese tiempo, ese tiempo en donde todo estaba bien, ese tiempo en donde ella era...Feliz.

—Disculpa, no quiero sonar entrometido pero...¿Qué haces llorando mirando a la nada?. — Ese acento español ella lo conocía perfectamente que se quedo petrificada, no podía ser cierto...
Dejo de mirar las flores amarillas para mirarlo a él y solo en ese momento, en el momento en el que se perdio en esa hermosa mirada cafe, se dio cuenta de que si era, su todo, su sustento cuando ella sentía que ya no podía más, su salvador...

—Abraham...Abraham Mateo.— Susurro Ambar con voz temblorosa, Abraham sonrió mostrando su blanca y perfecta dentadura que hizo que Ambar se derritiera, no podía estar pasando esto, no podía tener tanta suerte.

—¿No vas a abrazarme?.— Él río y Ambar quedo embobada, sollozo y lo abrazo.
Era un abrazo cálido, reconfortante y lindo, de esos que no quieres que acaben nunca.
Ambar cerro sus ojos, queriendo congelar el tiempo, y así; guardar aquel momento para siempre.

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Lo siento, tenia que poner a mi bebé Abraham en la historia, ahre.
Es que neta lo amo muchísimo. 🙈😻🙈🙈🙈🙈🙈🙈😻🙈
¿Qué piensan que pasara?. 7u7

¿Qué habría sido si?...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora