El Calígrafo Sangriento

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Cuando decidí unirme a los monjes de los Templos Vigilantes Dorados sentía que todo era muy lejano. Desde pequeño mis padres me decían cosas sobre la Luna Sangrienta para lograr que me portara bien, cosas del estilo "Si no te comes las verduras, el Demonio de la Espada se robará tus juguetes", o "El Demonio Vigilante te observa siempre, y te castigará si haces algo malo". Nunca había experimentado este espantoso fenómeno. Y sin embargo aquí estoy, sosteniendo mi Ballesta lo más firme posible, claro, dentro de lo que cabe, pues no he podido dejar de temblar. Repaso lo que aprendido para calmarme ;Poco se sabe de la Luna Sangrienta, una especie de época que no se cierne de modo regular. Han habido varias en la historia de Runaterra, y todas se caracterizan por una cosa en especial: Ser un verdadero baño de sangre. Al parecer, una serie de demonios, con ojos brillantes y rojos aparecen para llevarse una cantidad considerable de almas y destruir lugares sagrados, como templos o santuarios. Cada templo ha ido formando su conjunto de sacerdotes guerreros, preparados para los enfrentamientos, pero a veces estos son inútiles ante aquellos demonios de ojos rojos. No tiene realmente mucho que yo me enrolé en la milicia del Templo, por consejo de mi padre, ya que el me enseñó desde pequeño el uso de armas tradicionales. Y cuando acepté no esperaba vivir una Luna Sangrienta, ya que hacía ya tiempo que se registró la última . Nadie, ni los mismos sacerdotes ni la gente del pueblo esperaba que pasara. Pero está pasando y es real. Ya hace una semana la luna se ha ido tornando como sonrojada, al rosado, al rojo, cada vez más y más profundo rojo. Animales y personas han empezado a desaparecer, y a aparecer hechos verdaderas obras de un arte muy pero muy horroroso. Por fortuna no los he llegado a ver, solo he escuchado descripciones por parte de los otros miembros del templo. Hoy la luna está de un color Carmesí muy vivo. Me atrevo a decir que sería hermoso, de no ser por lo que anuncia. Estoy parado en mi puesto de vigilancia, verdaderamente asustado. El templo está a las afueras del pueblo. Escucho gritos y órdenes por parte de los habitantes y los monjes. La mayoría de las personas están escondidas en sus casas, mientras que los soldados y guerreros (incluyendo los monjes) toman posiciones defensivas. La luz lunar alumbra, dando un color un tanto espeluznante a las caras de mis compañeros. De un momento a otro, veo una sombra materializarse a lo lejos, sobre la cascada sagrada que comunica este pueblo con otros del norte. Doy la señal y al momento todos mis compañeros apuntan a aquello, lo que quiera que sea, que viene a paso lento, iluminado por el fulgor rojo. Después de una espera insufrible el sujeto en cuestión queda lo suficientemente cerca para poder observarlo un poco mejor: Es alto y delgado, tiene una especie de traje ritual de color rojo, como un atuendo de algún culto, trae una máscara de color blanco, y sus ojos brillan con un macabro color rojo. En el hombro derecho tiene un enorme bulto, cubierto de lo que parecieran mechas de un pincel enorme. Tiemblo, no puedo ocultar más mi miedo. 

El Sacerdote Hong Lyu,líder del templo, levantando un arco curvo, con un proyectil de plata pura, exclama "Demonios Rojos, en el nombre de los Vigilantes Dorados, les ordeno alejarse, o habrá que exterminarlos a todos..." No pudo terminar sus palabras, un destello rojo lo atraviesa. Silencio, todos presenciamos el momento. Lentamente su cabeza resbala, cayendo en el suelo, como una pelota de arena. Antes de que nos demos cuenta los demonios están sobre nosotros. Mis compañeros lanzan golpes al viento, e instantes después los veo partirse a la mitad. Incluso, los monjes antiguos y los más fuertes son asesinados. Esto no es un enfrentamiento, es solo una masacre. Las filas de arqueros, distribuidas en los bordes de los arcos, han sido reducidas a simples montones de carne sanguinolenta. Los monjes (algunos ni tiempo tuvieron de desenvainar sus armas) yacen en el suelo. No se escucha mas que el viento. Salgo de mi rigidez  y empuño mi espada con tal fuerza que pienso que podría romper el mango. Pero no veo a aquellos demonios de ojos rojos. Entonces lo escucho. Un breve murmullo, el sonido metálico de algún artefacto, una fuerte detonación, y una explosión. Caigo al suelo, a las afueras del templo, y lo veo. El demonio, el que había sido avistado, ha transformado aquél bulto en su hombro, en un cañón. Pareciera como si todo el hubiesen sufrido una metamorfosis para convertirse en una torreta pequeña. Lo veo apuntar, y disparar. Otra enorme detonación, otra explosión, dirigida hacia el templo, el cual empieza a arder. Pareciera que los proyectiles al impactar sueltan una especie de líquido negro, de destellos rojizos, que se incendia al contacto con la madera del templo. Lo veo disparar otra vez. El sonido es horroroso e hipnotizante. Me tapo los oídos con fuerza. Se escucha un último estruendo, mas fuerte que los anteriores, el cual me deja sin sentido.

Despierto. La gente me rodea. Los servicios médicos me levantan. Sigo desconcertado. Siento la luz del día muy fuerte y  cegadora. Las personas lloran, y algunos se aproximan al templo, el cual ha sido reducido a escombros y cenizas. Ya incorporado, pero no menos aturdido, escucho a la gente preguntarme cosas, ofrecerme lo que parecen medicinas y llorar . Más, escucho a alguien gritar. De un momento a otro todos me observan horrorizados, e incluso algunos me apuntan con sus armas. Sigo aturdido, los ruidos son confusos, todo es confuso. Al fin, logro entender "Miren su mano".

En el revés de la mano izquierda tengo una marca, una especie de tatuaje, pintada de color rojo y negro por un pincel . Una media luna, con un pequeño circulo en el borde.

La Luna Sangrienta ha reclamado una nueva alma.

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⏰ Last updated: Jul 30, 2018 ⏰

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