Lily y Mati

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—¿Tu primer beso? —preguntó Luis dirigiéndose a Lily.

—Pues sí, tenía 12 en ese entonces...fue algo extraño. —La joven sonrió y siguió caminando.

—¿Cómo fue? —Fernanda estaba tan sorprendida como todos los demás.

—No sé si deba contarles je, je, es algo personal. —Lily sonrió hablando con sarcasmo.

—Debo admitir que también me interesa. —Roberto se sumaba al interrogatorio.

Mientras todos insistían en saber la historia de Lily con Mateo, Ariana se limitaba a caminar y tratar de digerir la confesión de Lily.

—No creo que sea momento para que les cuente eso. —Lily se dio cuenta del efecto que sus palabras habían tenido en Ariana y se sentía satisfecha por ello.

—Por favor, queremos saber —dijo Ariana con total seguridad, sorprendiendo a Lily.

—En ese caso...déjenme les cuento...

***Hace tres años***

Cómo siempre, Mateo y su familia llegaban a la posada, siendo recibidos por Lily al estar podando los pequeños arbustos que adornaban la entrada.

La sonrisa de la niña era increíble y sus ojos brillaron al ver al chico que era su mejor amigo desde que podía recordar.

—Bienvenidos, ¿Vienen por una semana como siempre? —dijo Lily acercándose a la camioneta de sus huéspedes.

—No hija, este año sólo pasaremos un fin de semana. —El padre de Mateo bajaba las maletas de la camioneta mientras explicaba su tiempo de visita.

—¿Sólo un fin de semana? Que mal. —Lily intentaba a ver a Mateo bajar de la camioneta para saludarlo.

Cuando Mateo bajó, la chica se acercó de inmediato para saludarlo y darle un abrazo felicitándolo por su cumpleaños que ya había tenido lugar.

—Mati, este año si te ganaré nadando. —La chica no dejaba de sonreír.

—Je, je, je, eso lo veremos. —Mateo no se sentía para nada incómodo con el comportamiento de su amiga.

Los dos caminaron hasta el interior de la posada donde la chica exigió ponerse l día con la vida de su amigo, y así pasaron aproximadamente dos horas platicando.

—Por cierto, estás más alta y te ves...muy guapa —dijo Mateo haciendo que las mejillas de la niña se pusieran rojas.

—Gracias...ojalá los demás pensaran igual. —La niña agachó la cabeza.

—¿Estás bien? —preguntó Mateo mientras intentaba ver a su amiga a los ojos.

—Sí, no pasa nada.

Era evidente que algo pasaba con Lily, normalmente era muy empalagosa y risueña pero ese cambio repentino de actitud hacía que Mateo sospechara algo.

—Hija, recuerda ir al muelle por los nuevos señuelos. —La voz del padre de la chica interrumpió el momento entre ellos.

—Sí papá, ya voy. —Lily se levantó de su silla y se despidió de Mateo —. Nos vemos en un rato.

Mateo sólo asintió con la cabeza antes de también levantarse y dirigirse a su habitación.

Mateo se encontró con Damián en el pasillo. Saludando a su amigo pensó que quizás el podía saber algo de lo que le ocurría a Lily.

—Oye Damián, hace rato me encontré con Lily pero luce algo rara.

—¿Rara? Ella siempre ha sido así.

A+B=LOVE [Vol.2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora