Pacto.

660 60 17
                                    

Blas POV.

Blas se encontraba sentado en las gradas con su grupo de amigos. Ya habían perdido tantas clases que sabían que se habían llevado la materia así que ni se esforzaban por hacer algo durante la hora y el profesor ya se había dado por vencido, sabiendo que no lograría hacer ejercitar a estos chicos.

De repente, su compañera Romina, dejó de jugar al Volley con el resto de sus compañeras y se acercó a su grupo, o más específicamente se acercó a él.

— Ey, ¿Qué haces? — Blas decidió ignorarla a pesar de que claramente estaba tratando de tener una conversación con él por alguna extraña razón.

— Hoy voy a Inferno, ¿Te dejan entrar a ese boliche?
— Disculpa pero, ¿Qué querés? Somos compañeros hace tres años y nunca me venís a hablar.
— ¿Viste a Junior?
— Si, ¿Qué pasa con él? — Dijo Blas.

¿Cómo no ver a Junior? Era uno de los chicos más lindos que Blas había visto, definitivamente era el más hermoso del curso.  Además Junior era un chico de fuertes opiniones y no tenía miedo de expresarlas durante las clases así que era imposible no prestarle atención.

— Quiero que salgas con él.
— Jajá, sí, dale, de una. — Dijo sarcástico Blas, riéndose junto a sus amigos.

Claro, Junior le parecía atractivo, pero nunca había pensando seriamente en salir con él.

El chico parecía bastante arisco, y en todos los años en los habían compartido curso, jamás habían pasado de un casual "¿Tenés hoja?" o un "Corre la cabeza que no veo".

— Mira, yo no puedo salir con su hermano Dante hasta que él no empiece a salir. Su tío tiene esta regla loca en la que los chic-
— Conmovedora la historia che, pero no es mi problema.
— ¿Estarías dispuesto a hacerlo tu problema por una recompensa generosa?
— ¿Me vas a pagar para que salga con Junior? ¿Cuánto? — Preguntó por curiosidad Blas, riéndose, extrañado por la situación.

— $200. — Respondió Romina antes de que se escuchara un estruendoso golpe en la cancha y ambos volteen a ver a un chico en el piso, que había sido empujado por Junior mientras estos jugaban al fútbol. También observaron al jóven Guerrico puteando a todo pulmón mientras pateaba la pelota.

— Bueno, que sean $300. — Corrigió Romina.

Blas comenzó a analizar esto seriamente y llegó a la conclusión de que según el pacto que le estaba proponiendo su compañera podría no solo salir con un chico lindo sino que también le pagarían por ello.

La familia de Blas estaba teniendo bastantes problemas económicos este año así que pensó, ¿Qué tiene que perder? Entonces empezó a negociar.

— Pero pará, pensemos esto. Si vamos al cine las dos entradas nos van a salir unos $220, y si sumamos unos pochoclos o unos nachos son $100 más y si quiere comer algo después de la película son otros $100.
— Esto no es una negociación, querido.
— $500 y trato hecho, querida. — Dijo Blas sobrandola.

Romina se quedó mirándolo  indecisa por unos segundos antes de sacar un billete de $500 del interior de la funda de su celular para entregárselo a Blas.

*************

Cuando terminó la clase de educación física Blas aprovechó para acercarse a Junior.

— Hola bombón, ¿Cómo estás? — Dijo Blas, descarado y alejado de cualquier tipo de vergüenza, se suponía que tenía que salir con este chico, así que quería que quedaran claras sus intenciones desde el primer segundo.

— Estoy sudando como un cerdo. ¿Vos? — Respondió Junior, quien parecía no haberse impactado en lo absoluto ante las palabras de Blas.

En ese momento, el menor procedió a sacarse la remera para cambiarsela por otra menos sudada que tenía en la mochila. Blas estuvo unos segundos admirando el cuerpo del otro chico.

Diez cosas que odio de vos. [Blasnior]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora