tres.

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[POV Miriam]

Me desperté al oír el ruido de un coche en la calle. Refunfuñando salí de la cama y me adentré en el salón pasando por el desorden de mi habitación.

Llegué a la ventana y me asomé.
Vi como un taxi aparcaba justo en la casa de al lado. Seguí mirando.

Una chica morena bajó de del taxi.
Iba con un jersey negro, unos vaqueros rotoa y unas zapatillas Adidas negras.

Miró un poco a su alrededor cuando el taxista bajó a ayudarla y le dijo algo. Después de pagarle miró como el taxi se iba.

Echó otro vistazo hasta que sus ojosse cruzaron con los míos.

A decir verdad esta chica era muy guapa...
Pero no tanto como Amaia.

Ahora no sabía donde se había metido esta chiquilla.

Se metió dentro de casa y bueno yo empecé un poco a recoger la casa mientras pensaba.

¿Acaso el mocoso engreído será au hermano? Ese chico siempre me miraba mal cada vez que me veía.
Seguramente le habrán llegado los rumores de que estoy loca como le llegarán a mi nuava vecina ahora.

— Vaya, veo que has empezado bien el día. – Una dulce voz irrumpió en el salón. Era Amaia, traía su pijamita rosa puesto.

— Si. Buenos días cariño. – Ella me sonrió. – ¿tú sabías que el vecino tenía una hija aparte del chiquillo ese?

— No, no lo sabía.

— Bueno, no importa. – Se sentó en un sillón y encendí la tele. – hacemos maratón de esas películas tan raras que te gustan? ¿Como se llamaban? ¿Javi Pompeta?

— Harry Potter. – Contestó fastidiosa. – Me senté en el sofá y puse la primera película.

De lo que no me di cuenta es que me acabé quedando dormida en la segunda película.

* * *

Al abrir mis ojos Amaia ya no estaba en el sillón y la tele seguía encendida haciendo que el salón tuviera solo esa única luz.

Me levanté y fui al interruptor. Al encenderla mis ojos perdieron la vista por la luz un momento pero al acostumbrarme la recobré.

No había ruidos en casa así que empecé a hacerme la cena puesto que Amaia no estaba en casa. Al terminar subí a mi habitación. Vi mi antigua guitarra, la cogí y empecé al principio a tocar unos acordes.

Empecé a recordar como se tocaba una de las canciones que más le gustan a Amaia.

Vuelve de Andrés Suarez.

Vuelve, que te están confundiendo con las flores que adornan los defectos de las casas, donde aún hablo de ti, vuelve, y vuélvete a reír mientras bailamos y riégame el jardín que ya no llueve, mañana hay una fiesta y me ha invitado el ron a hacerme daño, a hablarle a otras mujeres del cielo de tus labios... – Me equivoqué de al poner  un acorde. – Mierda... – Pero de nuevo volví a tocar. – Ahora que vivo solo me crecen tus enanos, me dan miedo las noches, te quiero pero es raro, te conozco de siempre, llegaste hace un rato... Nieve, te cambio por tu ausencia en los lavabos, me cuido menos, debería dejarlo... pero tu me dejaste, puedes....quedarte con la playa y los abrazos. Te lo llevaste todo, yo hago barcos...y miro a la ventana... – suspiré. – Puede ser que vuelvas otra vez y hagamos Navidad y te roce la piel una estrella fugaz ayer te pude ver. Creo que eres más feliz
Me dio por recordar tu manera de arder. – Dí tres toquecitos en el cuerpo de la guitarra y seguí tocando. – Una puesta de sol en Galicia, el flamenco y tu ropa en el coche, tu cadera sudando sin prisa, otra estrella fugada en la noche, cuidate, nos debemos la vida, vuelve pronto, y se fue con las flores...Vuelve, que te estoy confundiendo entre la noche...

the reason [wariam]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora