°Taegi°

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¦The Coffee¦

Su pelo negro pegado a su frente, su nariz rosada a causa del final de aquel frío invierno y su piel blanquecina contrastando con su oscura ropa acompañado del suave ruido de la lluvia, creaban el más hermoso paisaje para los ojos de Kim Taehyung.

Sus manos agarrando una taza caliente de café, casi tan caliente como las mejillas del castaño al ver como el más pálido posaba la taza en sus delgados y rosados labios.

Las manos de Taehyung se aferraban al mostrador y juraría que se había creado un pequeño charco con sus babas junto a ellas.

Un pequeño toque en su espalda le hizo salir de su contemplamiento hacia el pelinegro, era su compañero de trabajo Kim Namjoon para avisarle que volviera al trabajo pronto si no quería que el jefe le atrapará mirando a uno de sus clientes como si quisiera comérselo.

Un pequeño asentimiento por su parte y Taehyung se puso en marcha otra vez, intentando ignorar al hermoso chico al fondo de la cafeteria.

Entró en la cocina para recoger uno de los pedidos y llevarlo a su correspondiente mesa, al dejarlos una mano levantada llamó su atención. La mano del pálido era la que reclamaba la atención del personal de aquel acogedor lugar.

Miró a sus compañeros buscando a alguno disponible para atenderlo, pero al ver que ninguno podía supo que tendría que acercarse él.

Sus manos temblaban y sus pasos eran lentos, tenía miedo. Cada día lo observaba detrás de aquel mostrador pero nunca se había atrevido a decirle nada.

El peli negro hizo contacto visual con el más alto, acto que le hizo bajar la mano al darse cuenta de que alguien ya le iba a atender.

"¿Que desea?"

La voz grave de Taehyung salió más débil de lo que hubiera querido.

"La cuenta por favor"

La voz del pálido era más áspera de lo que el castaño se hubiera imaginado dejándolo totalmente sorprendido.

Después de una pequeña reverencia el alto se fue aún temblando como una gelatina, aún no podía creer que aquel apuesto chico se hubiera dirigido hacia él.

Le llevó la cuenta a la mesa lavándose su dinero de vuelta. Volvió a su puesto en el mostrador viendo como el pelinegro se levantaba y se dirigía hacia la puerta del local.

Aún seguía lloviendo, más que antes incluso. Algo muy a dentro de Taehyung le empujó a coger su paraguas ir corriendo hacia el desconocido y ofrecerselo.

Quizá fue su bondad y generosidad, las cuales eran lo que caracterizaban al joven. Todo el mundo que conocía a Kim Taehyung sabía del enorme corazón que poseía este.

O quizá sólo era que está coladito hasta los huesos de aquel chico misterioso que leía libros pacíficamente en la cafetería mientras se tomaba un café.

"No te molestes, solo es un poco de lluvia"

Contestó el pálido. Taehyung no lo sabía en aquel entonces pero el pelinegro poseía un gran orgullo y no le gustaba la caridad de los demás.

House Of FluffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora