La luz que entra por la ventana rebota en mi cara.
Abro los ojos y la luz me ciega por un momento.
Cojo el móvil que está en la mesilla y miro la hora. Las once y media.
Por un momento me sobresalto, hasta que recuerdo que es sábado.
La cabeza me da latidos y los pies me duelen, seguramente por el gin tonic y los tacones.
Me incorporo en la cama buscando mis chanclas de estar por casa, me las pongo y me encamino a las escaleras. La cabeza me duele más aún que me he levantado, seguramente porque he sido muy brusca al incorporarme. O por lo que bebí. Prefiero tranquilizarme pensando que fue por la primera opción.
Me paro en seco antes de llegar a las escaleras para asomarme a la habitación de mi padre. No está. Estará en la cocina.
Bajo las escaleras agarrándome a la barandilla mientras pienso en sí debería desayunar algo o es preferible no comer nada…
Opto por comer algo ligero, un zumo de naranja, un vaso de leche…
Llego a la cocina y mi padre no está.
¿Dónde estará?.
-Papá.
Grito esperando una respuesta pero no obtengo más que un silencio mañanero.
Cojo el tetrabrik de leche junto a una tasa y me sirvo la leche. Necesito algo fresco, así que no la meto en el microondas.
Subo las escaleras con el vaso de leche en la mano en busca de mi móvil. Entro a mi habitación y me dirijo a la mesita de noche. Me siento en la cama mientras bebo un sorbo de leche y cojo mi móvil. Lo desbloqueo y marco el número de mi padre.
-Ha llamado a Peter, en estos momentos no le puedo atender, deje el mensaje después de oír la señal… Pi.
-Papá, ¿dónde estás?. Llámame.
Cuelgo.
¿Qué está pasando?.
Prefiero mantener la calma hasta que venga y me explique por qué no me ha contestado a la llamada.
Dejo el vaso y el móvil en la mesita y me quito el pijama.
Me pongo una blusa de tiros blanca con un pantalón de estar por casa corto azul.
Me peino para suavizar la imagen que veo en el espejo, algo así como una especie de palmera con muchas hojas por todos lados.
Cuando me peino me hago una coleta en alto y me pongo a recoger mi habitación.
Cuando todo está bien ordenado, bajo la maleta al salón y me pongo a terminar los deberes en la mesa del comedor. También aprovecho para repasar un poco para los exámenes, aunque aún quedan dos semanas.
Suena el timbre.
Me levanto y no me molesto en preguntar quién es, doy por sentado que es Peter y abro la puerta.
-Hola Andrea.
Es Cristian.
-Cristian, ¿qué haces aquí?.
-Venía a disculparme por lo de ayer.
No sé qué decir.
-¿Quieres pasar?.
Asiente con la cabeza y yo me hago a un lado para que pase.
-¿Quién te ha dicho donde vivo?.
-Lourdes. Le dije que te quería pedir perdón, nada de meterte en líos ni nada…
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Diario secreto de una adolescente.
Teen FictionAndrea, la chica que siempre pasa de sapercibida en todos lados se convierte en la más popular de su instituto gracias a una fuerte pelea que tuvo con la chica más deseada en una fiesta. Todo va sobre ruedas hasta que esa fiesta cambia su vida. La m...