By Her Side

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“Ahora que no puedes tenerme dices que me amas” pensé, mientras escuchaba a Julia declarar su amor por mí.

—Se que cometí un error —dijo— Pero tienes que creerme cuando digo que te amo, siempre lo he hecho y siempre lo hare.

—Curiosamente me dices esto cuando ya tengo novia. Que irónica es la vida, ¿no crees? —comente, caminado al lado contrario del parque, donde debía encontrarme con mi novia.

Corrió a ponerse frente a mí, impidiendo que avanzara.

—Siempre te he amado —alego, haciendo que lagrimas falsas bañaran su rostro.

— ¿En serio? —Pregunte sarcástico— ¿También me amabas cuando me quedaba afuera de tu departamento, esperando sólo una oportunidad? —Dije molesto— Si es así, que linda manera de demostrarlo —comente resentido.

—Por favor, Kevin —rogo con tono lastimoso— Olvidemos el pasado y comencemos desde cero. Te amo y sé que tu también me amas—menciono, mirándome directamente a los ojos, acercándose.

He de admitirlo, Julia no era fea. Tenía una esbelta figura, una gran melena de cabello lacio color negro azabache que contrastaban notoriamente con sus ojos, tan azules como el cielo, que lograban hipnotizarte. Se fue acercando poco a poco, acariciando mis brazos, sin despegar su mirada de mis ojos. No fue hasta que su rostro estaba a milímetros del mío, que levante la vista para notar aquella delicada figura que estaba parada frente a nosotros, con los ojos vidriosos, producto de las lágrimas que se negaba a dejar salir. Rápido, separe a Julia de mí y me dirigí a grandes zancadas hacia Melody.

—Melody, amor. No es lo que piensas —quise explicarme, pero levanto su mano para callarme.

—No hace falta que expliques nada, Kevin —dijo con una torcida sonrisa en su rostro, dejando caer aquellas lágrimas que ya no pudo retener. — Sabía que la amabas desde el comienzo. —negué con la cabeza, abrí la boca para intentar explicarle las cosas, pero nuevamente no me dejo hablar. — Estoy de más aquí.

—Exacto, querida —dijo Julia detrás de nosotros.

Melody me dedico una última sonrisa, que parecía mueca de tristeza más que nada, para después dar media vuelta, alejándose de nosotros con la mirada en el suelo.

—Melody, espera —intente ir tras ella, pero Julia me lo impidió.

—Deja que se vaya. —Tomo mi brazo—. Cumpliste tu cometido, hiciste que me dieran celos, pero ya estamos juntos —menciono, con voz mimada. Voltee a verla sorprendido por su errada conclusión. Siempre todo se centraba en ella.

— ¡¿Qué?! —Grite, haciendo que se alejara sobresaltada— Oh Dios, lamento romper tu burbuja, pero no todo se enfoca en ti, Julia. Jamás pretendí darte celos con Melody, yo la quiero. —Mencione, intentando parecer calmado.

—Oh vamos, cariño. Ambos lo sabemos, ella misma lo sabía, me amas a mí. —dijo con aires de grandeza.

—Te equivocas —dije firme— Estoy enamorado de Melody —mencione sin pensar, para después procesar lo que había dicho. Era cierto, la dulzura de Melody me había hecho olvidar a Julia. La amaba. Sonreí, inconscientemente, ante mi descubrimiento.

Por unos segundos, Julia se mantuvo en silencio para después reír con ganas.

—Que buena broma, cariño —fingió quitarse una falsa lágrima del ojo.

—No es broma —dije en un tono tan serio, que logre borrarle se sonrisa— ¿Quién te crees para venir y decirme todo esto ahora? —Suspire— Tú no me quieres, solo te gusta saber que puedes tenerme cuando quieras —mencione— Lamento decirte que no es así. Ya no. —negué con la cabeza alejándome de ella.

—Kevin… —intentó detenerme.

—Gracias por mostrarme quien realmente eres, Julia —dije sinceramente—. Y espero que encuentres a alguien, así como yo lo he hecho —le dedique una última sonrisa, para después correr en dirección al hogar de Melody, sin prestar atención a las protestas de Julia.

Cerca del departamento de Mal, comencé a reducir la velocidad, y me dedique a pensar en lo que diría exactamente. Después de estar varios minutos frente a su puerta, suspire tocando el timbre y comenzar a jugar con mis dedos nerviosamente.

Escuche sus pasos acercarse a la puerta, aumentando mis nervios.

Abrió la puerta, dejando ver su hermoso rostro, rojo por el llanto.

— ¿Qué necesitas, Kevin? —pregunto sorprendida, sorbiéndose la nariz, para intentar regalarme una sonrisa.

—Tu amor —conteste, tomando su rostro entre mis manos y darle un dulce y delicado beso.

Al separarnos, una genuina sonrisa se dibujo en su rostro y sus ojos color miel comenzaron a brillar. Le devolví la sonrisa, al tiempo que me tomaba de la mano para guiarme al sofá.

— ¿Qué hay de Julia? —pregunto desconcertada.

— ¿Qué hay con ella? —Mencione, restándole importancia— Te quiero a ti. Eres la melodía que suena en mi corazón. Te amo —dije robándole una sonrisa y otro dulce beso. — Ahora soy todo tuyo —comente coqueto.

—Interesante —menciono con una picara sonrisa en el rostro.

Reí, mientras volvía a atacar sus labios, sintiéndome en paz, porque estaba en donde siempre debí estar, a su lado.

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