Ashkore se abalanzó sobre Leiftan el cual lo puso contra la pared agarrándolo del cuello de su chaqueta.
—Vaya, que agresivo. — Entonó mofándose.
—Dime que veneno usó tu esbirro. —
—¿Quieres salvar al elfo? O ¿quieres salvar a la elfa del fuego? —
—Si consigo que ese estúpido no muera ella vivirá. —
—Si, es una pena que si Ezarel muere la corten la cabeza a esa niña, pero, no te diré nada, he dado un paso, he movido ficha y no pienso retroceder, todos van a pagar por lo que nos hicieron a mí y a mi gente y tu deberías estar contento. — Sonrió sabiendo que tenía las de ganar.
—Maldito. — Soltó a Leiftan y se puso tenso.
—Vamos Lance ,en esta guerra siempre hay pequeños sacrificios. —
Justo cuando se marchaba, se volvió a girar y golpeó la cara del rubio lo que le dejó un pequeño corte en la mejilla.
—Estúpido dragoncito, no se que veneno usó Noah, pero si tanto te importa ve a pedírselo a él, seguro que aún anda por la ciudad. —
—Eso haré. —
Con el rostro de Leiftan aún dolorido chasqueó la lengua.
—¿Cómo se atreve? Esta me la pagará. — Leif miró hacia los lados. — Tanya, ven. —
—¿Qué ocurre? — Cuando la vampiresa miró a aquel hombre que quería se sorprendió y rápidamente fue hasta él. —Lo mataré. —
—No, necesito que hagas algo. — Leiftan sacó de su bolsillo un pequeño frasco. — Busca a Ashkore, dale esto y... ya sabes que no hacemos nada gratis. —
La joven sonrió y tomó entre sus manos lo que le había dado, marchándose de allí como si nada. Una hora después, misteriosamente alguien había dejado un frasco sospechoso en la puerta del cuarto de Viana, ella lo cogió dudosamente, con él había una nota diciendo que era el antídoto del veneno, no lo dudó y fue rápidamente a la enfermería, no podía empezar a dudar sobre si era realmente o no el antídoto ya que apenas le quedaba tiempo a Ezarel, al que le costaba cada vez más respirar con normalidad.
Miiko junto a Jamón y algunos miembros de la guardia fueron a la prisión.
—Libérenlos. — Dijo firmemente la kitsune. — Humano, ¿Cuál es tu nombre? —
—Erik... Señora. — Rápidamente se podían escuchar unas pequeñas risas que provenían de los guardias.
Miiko puso una cara molesta al escuchar ese "Señora" que parecía haberle atravesado de lleno en su orgullo.
—Soy Miiko, soy quien dirige el Cuartel General, sé que has tenido oportunidad de conocer a algunos jefes de la guardia, pero antes de explicarte quienes somos debemos hacerte el test para comprobar que eres realmente un humano. — Miiko miró a la elfa después de terminar su conversación con el joven. —Tú, quedas liberada de tu castigo por intento de homicidio, pero estarás vigilada durante un tiempo, tendrás toque de queda y un guarda vigilará que lo cumples en tu habitación. —
"Genial" suspiró la elfa esa misma noche en su habitación, tumbada en la cama y mirando al techo, su toque de queda empezaba mucho antes de lo normal, antes de que el sol se ocultara ya tenía que estar en su cuarto.
—Podría ser peor... — Dijo mientras dejaba caer un gran suspiro.
—Si, por ejemplo, que ahora mismo no tuvieras esa cabecita encima de tus hombros. —
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Del odio al amor... y viceversa
FantasíaLas aventuras de una elfa que sufre bastantes situaciones desastrosas en su vida diaria en el mundo de Eldarya. Sobre todo por culpa de Ezarel y de su mala suerte. + Actualizaciones casi diarias. + Posibles spoiler de la historia original de Eldarya...