Mr. Pervert |BTS| •Vhope• [EN EDICIÓN]

CUATRO

–Hy... hyung... aah– los jadeos roncos del alfa inundaban las cuatro paredes de aquella clase vacía y abandonada.

La más alejada del edificio y perfecta para gozar de aquel indefenso, caliente y necesitado alfa. Su alfa.

–Ya mi vida. Pronto te sentirás mejor– susurro el mayor pasando su ansiosa lengua por sobre sus labios.

El lobo de Kim gruñó y el humano gimoteo sintiendo que en cualquier momento se lanzaría encima del omega descarado frente a él, quien le provocaba con tan solo una mirada y una palabra o de esos piropos de albañil que siempre le dedicaba.

–Bueno papi, creo que es hora de que empecemos a jugar. Yo seré la basurita y tú me recoges ¿si?– la voz juguetona y seductora de Jung estremecieron al de piel bronceada.

Tae tenía las mejillas rojas, una capa de sudor perlaba su frente, de sus rojos labios salían jadeos necesitados y gruñidos contenidos. El menor no quería dejarse llevar por su lobo...
Hoseok merecía a un alfa mejor.

–¡Hyung!... mgh... n-no– quiso protestar y decirle que se alejara pero la hábil y traviesa boca del peli-rojo se apoderó de su sensible cuello.

Los besos eran húmedos, las mordidas juguetonas y los chupetones dejaban en claro que ese chico era suyo y de nadie más. Las inquietas manos de Hoseok se paseaban por el caliente y sudado alfa; él estaba sobre Tae, moviendo su culo de adelante hacía atrás sobre su miembro erecto, provocando que los ojos de Kim cambiarán de color, dorados orbes que hicieron al desvergonzado omega aullar en sumisión, mostró su cuello y se pegó más al fornido cuerpo debajo suyo.

-Alfa... mío- reclamo Jung enterrando su nariz en el cuello del chico menor. Canela y manzana. Demasiado exquisito para su bien.

El lobo de Kim sonrió de lado y satisfecho por saber que ahora tenía el control del cuerpo, introdujo sus manos en la camisa del mayor, pasando suavemente las yemas de sus dedos sobre la cálida tez del omega, este se estremeció y jadeo ante aquel tacto. Ronroneo y siguió restregandose sobre el menor; la situación ciertamente estaba saliendose de control, las hormonas que ambos expelian se podían oler hasta el patio cerca del edificio. Se deseaban, querían saciar aquel lívido que bañaba cada partícula de sus cuerpos.

Sin embargo, en otro lugar, exactamente cerca de ahí se encontraban cinco chicos. Eran dos en especial los que estaban tratando de arruinar aquel momento y disolver la peste del lugar.

–¿Estás listo bebé?– pregunto travieso Jimin, Jungkook le devolvió el gesto y asintió.

Kook lanzó una pelota llena de supresores para alfas -siendo antes pastillas y ahora polvo dentro de la bola- hacía donde estaba Jimin quien tenía un bate de baseball listo para hacer un homerone hacia la ventana frente a ellos. Golpeó la pelota con la fuerza que un alfa poseía, que hasta el palo de madera astillo, sonrió e hizo una burbuja con el chicle que mascaba mientras llevaba una de sus regordetas manos hacia su frente y veía como la bola se elevaba más y más lejos de ellos.

–¡Se va! ¡Se va! ¡¡Yyyy se fue!!– exclamó el otro alfa de cabello negro.

Mientras que los otros tres se encontraban en mejores asuntos que prestarles atención a sus menores.

–Vamos Jin– el nombrado suspiró y su frente se baño de sudor– o lo haces o me quedo sin Daddy por dos semanas–

El omega de cabello morado sonrió al ver la cara de espanto de su pareja, pero fue reemplazada por una expresión totalmente decidida. Yoongi solo veía divertido como el alfa mayor sufría.

Seokjin movió la pieza de Jenga del medio y la torre se balanceo un poco. El alfa emitió un chillido como el macho pecho sin pelo que es y continuo.

–Uuh... espero que manuela sea mejor baby que Nam, Jin– y el pálido no espero a deshacer en carcajadas. La torre se había derrumbado, como sus sueños.

El alfa con complejo de diva volteó en dirección de un serio omega de brazos cruzados y agachó la cabeza. Ni manuela podía remplazar a su morenito.

–Y yo que me iba a dejar romper el culo si ganabas mi princesa– dijo en burla el de cabello morado.

Jin soltó un gruñido molesto, pero fue interrumpido por el estruendoso ruido de una ventana rompiéndose, seguidamente la clase se llenó de una capa de polvo blanco y la voz de un omega enfurecido exclamó el nombre de cierto chico pálido.

–¡¡Min Yoongi!! ¡¡Te quedas sin alfas!!– los tres mayores voltearon a ver al par que chocó los puños.

Ahora era momento de ir a preparar las metas y pasaportes falsos para salir tirando mierda del país antes de que Hoseok los atrapará.

Los otros suspirando y negaron.

¿Qué harían con esos dos?

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