A TU LADO

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-A TU LADO-

Ok... al parecer soy la única chica nueva del Tercer Año, todos los chicos de la clase me miran raro, y yo aquí sin hacer nada, ¡qué bien! * Irónico Pensar ESTO *.

Mi nombre es Elena, si piensan Que soy tímida, Pues... No se equivocan, lo soy y mucho. Me considero una chica NORMAL, aunque algunos no lo crean.

He estado todo el día en aquella universidad pensando en mi padre, aquel hombre maravilloso que deje al venir con mi madre para San Francisco ya que no pudo venir por cuestiones de trabajo, lo extraño demasiado, sentimiento que no tienen mis "queridos" compañeros aquí. Se la pasan charlando con sus amigos diciéndoles que habían dejado a sus padres para viajar hacia acá, y, que fue la mejor decisión. La verdad no sé porque piensan de esa manera, pero, no los juzgo, quien sabe porque tendrán esa mentalidad.

Cada segundo, cada minuto, cada hora, se me hacía una eternidad; me sentía sola, hasta que una chica interrumpió mis pensamientos, y aquella soledad que me carcomía por dentro, desapareció totalmente.

-Hola, me llamo Celina- dijo una chica de cabellos castaños, ojos mieles y una tez blanca.

- Hola Celina, soy Elena, un gusto conocerte- dije sonriéndole.

- El gusto es mío, al parecer soy la primera en charlar contigo, ¿verdad?

-Sí, no te equívocas.

-Que bueno... ¿qué te parece si al término de las clases, vamos a pasear?, hay un parque muy grande y hermoso cerca de aquí.

-Ok, acepto.

-Una pregunta... ¿eres de aquí, o vienes a otra ciudad como muchos chicos de la clase?

- No, no soy de aquí, vengo de California, ¿y tú?

-Yo soy de aquí- dijo amablemente, mostrando su sonrisa, ella era perfecta, lo contrario a mí; muchos me decían que era realmente hermosa, pero yo no me veo así. Soy de cabello oscuro, ojos cafés y tez blanca, no soy gorda, ni flaca, pero aun así no es lo mejor, y para terminar mi triste caso, soy... de baja estatura, simplemente no me gusta como soy, pero aun así, tengo confianza en mí misma.

Terminaron las horas de clase, y salí directo hacia aquel parque con Celina, ella me contó su vida por completo, al igual que yo; sin saber que un día, bueno, casi un día éramos de esas amigas inseparables. Una hora antes de que callera la tarde me despedí de Celina y fui a mi casa. Entre, cerré la puerta y a la vez inhalé un aroma delicioso a comida de hogar. Mi madre estaba cocinando y mientras lo hacía, yo la saludaba, fui directo a mi habitación. Hice mis tareas, y al término de estas, me dirigí hacia el balcón de mi dormitorio. Era ya de noche, y el viento que rozaba mi piel se sentía realmente agradable, me permitía despejar mi mente, irme hacia otro mundo, simplemente era un momento perfecto.

Baje mi mirada hacia las calles y observé a un chico, cabello rizado, buen cuerpo, no tenía músculos, pero si lucía bien: llevaba unos vaqueros, camiseta blanca y unas botas un poco raras, pero si le encajaban. Al parecer vivía al frente de mi casa, pero no lo conocía.

Después de un buen rato decidí por irme a recostar y así lo hice...

A la mañana siguiente desperté y me di un buen baño, al salir me coloqué un vestido color rosa pastel y unas sandalias, me maquillé un poco, cogí mis cosas y bajé al comedor.

- Hija ya vas tarde...tómate este jugo de naranja y la tostada que te preparé ¡rápido!

- Ok mamá.

Obedecí a mi madre, al terminar cepillé mis dientes y salí hacia el instituto. En el camino me encontré con ese chico que había visto ayer por la noche; solo seguí caminando, pero noté que aquel joven seguía su recorrido a mi lado....

A TU LADO | Harry Styles «One shot»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora