Lab rat's love ✠ KOOKV

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Jungkook no podía apartar los ojos de la cara pálida de Taey y todas esas vendas. Había estado congelado al lado de esta cama de hospital durante tres días. Desde el accidente de su mejor amigo. Accidente de tráfico en la calle principal. Tres días y ningún cambio en su condición.

Le habían dicho a Jungkook que dejara de esperar buenas noticias. Como si hubiera alguna forma de que simplemente se diera por vencido.

Jungkook no sabía cómo darse por vencido. Pero Taey solo había recuperado la conciencia una vez desde el accidente, y solo por unos pocos segundos. Había preguntado por "TaeTae" entonces. Jungkook no tenía idea de quién diablos era TaeTae, pero lo encontró excavando a través de la libreta de direcciones de Taey.

Ahora TaeTae estaba aquí, y Jungkook lo miraba fijamente. Grosero, sí, pero el hombre parecía una copia de su inactivo amigo. TaeTae, como resultó, era el hermano gemelo de Taey. Oficialmente llamado Taehyung. Bien, Taey había mencionado una vez que sus padres tenían una cosa por los nombres exóticos. Nunca había mencionado un hermano, sin embargo, mucho menos un gemelo.

Taehyung no parecía darse cuenta de que lo miraba fijamente. Sus ojos estaban ocupados en su hermano. La mirada de Jungkook revoloteó entre los dos cuando Taehyung se sentó en el otro lado de la cama. Ellos tenían el mismo cabello marrón oscuro tan rico que casi parecía negro, pero donde Taey nunca se preocupó por su peinado, Taehyung llevaba el suyo en puntas. Lo hacía parecer más juvenil, aunque la mirada sombría en sus ojos verdes sugería que no quería ser tomado a la ligera.

―No va a despertar de nuevo, ¿verdad?―Taehyung preguntó, aún sin mirar a Jungkook.

El último toma una respiración profunda.

―No es probable.― No llegaría a tener a Taey en casa otra vez. No esta vez.

Incluso su único momento de consciencia había sido inesperado. Y entonces todo lo que Taey había hecho fue preguntar por su gemelo. Habían estado viviendo juntos durante años, pero Jungkook no había figurado en sus pensamientos entonces. No, Taey había querido que Jungkook encontrara a Taehyung.

Taehyung frunció los labios, levantó una mano y la llevó a la cara de su hermano, luego acarició la parte posterior de su dedo sobre el puente de la nariz de Taey, una vez, dos veces.

Jungkook levantó una ceja ante Taehyung, quien se encontró con sus ojos brevemente antes de mirar lejos.

―Algo que hacíamos de niños― explicó.

―Ya veo.

A Taey nunca le había gustado hablar de ese tiempo, por lo que Jungkook casi no sabía nada de ello. Los padres de Taey habían sido drogadictos. Una noche su padre le había disparado a su madre en la cabeza. Eso era todo lo que había compartido.

―¿Te quedarás con él, verdad?― Taehyung preguntó, sacando a Jungkook de sus pensamientos.

―Sí, lo haré.― Jungkook miró a la cara pálida de su mejor amigo. No había manera de que fuera a dejar esta habitación antes de que se terminara.

Taehyung se puso de pie.

―Me iré― dijo. ―Gracias por...― Agitó su mano hacia Taey, apagándose. ―Es bueno que te tenga.― Un calor entró en la voz del hombre que no había estado allí antes, pero había una grieta en ella también. La voz de Taehyung revelaba la emoción que se escondía de su rostro.

―Taehyung...

Taehyung se detuvo en seco, con la mano en el picaporte.

―Es Tae.