Cinco

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Mis ojos vagaron por las olas de flashes hacia nosotros, pero me fijé en sus ojos cristalinos azules verdosos. Él me dio una media sonrisa y yo le devolví. Me ayudó a levantarme.

—¿Te encuentras bien?— me preguntó mientras me miraba con preocupación. Asentí avergonzada mientras mis mejillas se calentaban. Él me sonrió en respuesta y tomó mi mano. Abrí los ojos como plato y miré nuestras manos. Los flashes aumentaban cada vez más, los reporteros se volvían locos por una de nuestras frases pero la intención de él era llevarme de ese tumulto de personas. Mi pulso vuelve a ser normal.

Caminamos hacia su auto y detrás de su hombre pude ver a Justin y Jessica mirándonos atentamente. Tragué en seco. Esto sería otra pelea. Una vez adentro del lujoso auto sequé las palmas de mis manos en mis piernas, mientras acomodaba mi cabello, él miraba atentamente a cada movimiento que hacía. 

—Perdón por eso— logró decir mientras se avergonzaba notablemente— Digo… Por tomar tu mano y eso…—

Reí dulcemente mientras le daba una rápida mirada de costado.

—No hay problema Niall, es más te lo agradezco. Ya no podía ni respirar— reí al igual que él— Jamás viví algo igual a esto. Era la típica desconocida y ahora soy…— negué con la cabeza, no era ‘’famosa’’ sólo era alguien que era hermana de una famosa y ahora ‘’novia’’ de un famoso

—Te comprendo— dijo mientras abrí una de las ventanillas para que entrara aire.

La conversación fluyó notablemente y hablamos de temas banales, como música, comida y los deportes. Fuimos a comer unas hamburguesas en un lugar bastante alejado de la ciudad, había pocas personas. Lo cual agradecíamos, menos problemas. Dimos una vuelta y ahora me estaba llevando a mi casa. Me fijé en el reloj de mi muñeca y eran las tres de la mañana, abrí mis ojos como platos.

—Creo que se nos fue el tiempo de las manos— susurró él mientras miraba la carretera

—Eso creo Niall— dije tímidamente una vez que estábamos en mi casa. Apagó el motor y abrió mi puerta como todo un caballero. Mis mejillas se sonrojaron al instante y miré a sus ojos— Gracias por la increíble noche. Fue espectacular todo—

—Aunque te compre un castillo y millones de joyas. Nada será suficiente para ti _____— me regaló una media sonrisa. Y eso bastó para que me pusiera de color escarlata. Reí nerviosamente y mordí mi labio inferior—Espero volver a verte _____— le sonreí en respuesta como un ‘’si’’ y me acerqué para abrasarle y darle un beso en su mejilla. Sin decir más me dirigí hasta la puerta de casa y le dije adiós zarandeando levemente mi mano derecha y le di una sonrisa tímida. Y cuando cerré la puerta largué un gran suspiro seguido de una sonrisa tonta.

¿Le gustaré? ¿Estaría interesado por mi? <<No lo creo _____. Eres otra más del montón>> negué con la cabeza, para sacar mis pensamientos negativos de la cabeza. Y de puntillas fui caminando hacia mi habitación pero cuando iba a subir el primer escalón una voz me detenió. Era Jessica

—¿En donde estuviste?— preguntó con voz chillona a mis espaldas. Cuando me giré, estaba con Justin subida en su regazo. La bilis se me subió a la garganta y trague el amargo sabor. Con voz titubeante me acerqué a responderle

—No es de tu incumbencia— le respondí tratando de ser dura, pero fallé mi voz salió ahogada.

—Claro que lo es— respondió mientras ladeaba su cabeza y Justin me miraba fijamente—¡Respóndeme donde estuviste ______! 

—¡Que no lo haré joder!— mis ojos se llenaron de lágrimas—¡Déjame vivir Jessica! ¡No eres mi guardabosque! ¡Métete en tus propios problemas!— sentí el calor subir en mis mejillas de la rabia que tenía. Más tarde me arrepentiré de esto, de eso estoy segura

—No le grites _____— susurró Justin, mirándome fijamente. Genial, ahora él se quiere meter. 

—Esto es cuestión mía y de ella no tuya. Concéntrate en tus asuntos— Jessica al igual que Justin se levantaron y los vellos de mi cuello se erizaron. No es buena señal. 

—¡No le hables así!—chilló Jessica mientras se acercaba ferozmente. Me erguí, para conseguir más altura de la debida.

—Él no es nada mío— <<Pero es lo que más deseo>>— Y yo le hablo como se me pegue la gana— 

—¡No eres más que una zorra!—me gritó Jessica— ¡Con razón mis padres dicen todo el tiempo que eres una decepción! ¡Hasta maldijeron el día en el que naciste!— mi cara se encogió y sentí mi cuerpo temblar. Era verdad, en las navidades, me dejaban sola en casa y con Jessica salían a todas partes del mundo. Siempre se olvidaban de mi cumpleaños y no recibía ninguna llamada. Era una decepción un caso perdido. 

—No le hables así Jessica— le dijo Justin a su lado viéndome lo frágil que me encontraba ahora mismo. Quería explotar. Le puso un brazo en un hombro pero con un solo empujón fuerte lo apartó notablemente y vino hacia amí ferozmente. Abrí mis ojos y chillé. Pero me empujó haciendo que cayera. La esquina puntiaguda de la mesa de mármol se enterró en mi cabeza, haciendo que sienta un dolor agudo en mi cráneo y mi pecho. Sacudiendo todo mi cuerpo. Mi visión era nublosa y por intuición toqué la parte posterior de mi cabeza, con las manos temblorosas me di cuenta de que caía sangre sin control. Con lo poco que quedaba de mi vista Justin estaba con los ojos como platos y Jessica estaba furiosa. Estaba en el suelo sentada sin fuerzas. Y cuando Jessica logró apartar a Justin se acercó hacia amí y me dio una fuerte bofetada y seguido pateó mis costillas. Chillé de dolor y Justin la sostuvo fuertemente de los hombros haciendo que parase y le dio un fuerte beso en su boca. Se calmó como toda perra necesitada. La sangre lleno un poco el piso y la mayor parte de mis ropas. Arrastrándome me fui por las escaleras hasta mi habitación. Sollocé del dolor agudo y cuando llegué el alivio recorrió mi cuerpo.

Entré al baño y pude ver mi reflejo, la sangre recorría mi cuello y manchó mis ropas, las contusiones no se harían de esperar. Prendí la ducha y me lavé sentada en el suelo. No podía ponerme de pie aún, no resistiría esta noche en casa. Cuando terminé la sangre no cesa y agarré una toalla y la presioné con fuerza. Con ciudado con una sola mano me puse la ropa interior de algodón blanca y un vestido de flores común. Mi pelo seguía mojado y mi cabeza estallaba al igual que todo mi cuerpo. 

Agarré mi Iphone y revisé la lista de contactos rápidamente. Y paré cuando vi un nombre ‘’Niall Horan’’ él se agendó. Di un suspiro de alivio. ¡Gracias Dios! Apreté el botón de llamada y luego de dos tonos él atendió

—¡_____!— dijo con una risa al final. Pude oír las voces de los otros integrantes de la banda. Mis ojos se llenaron de lágrimas y escuché gritos de Jessica y Justin. Di un sollozo—¿Estás bien _____? ¡Contesta!

—Por favor Niall pasa por casa— sentí pisadas en los pasillos y me acerqué a dar con el cerrojo para que nadie pasara— Es urgente por favor— susurré. Le estaba implorando que me saque de mi propio infierno

—En cinco minutos estoy ahí ¿Qué está pasando?— su voz sonaba más que preocupada

—Sólo ven por favor—

Corté la llamada y traté de peinarme pero fue en vano. Tenía una raja larga en mi cabeza producida por el golpe ocasionado por Jessica, puse unas pequeñas botas marrones, que hacían juego con el vestido strapless de flores que me llegaba a la rodilla. Un poco de perfume y estaba lista. Por lo menos tenía que estar presentable. Cambié la toalla con la que sostenía en la cabeza y sentí una bocina ¡Joder! ¿Cómo hago para salir de aquí! 

<<Ya mismo bajo>> le mandé un mensaje y al instante me respondió:

<<Estoy afuera. No tocaré timbre no te preocupes>> agradecí internamente y con cuidado abrí a puerta sigilosamente y como pude bajé las escaleras sin hacer ningún ruido y cuando llegué a la puerta me lo encontré afuera

—¿Quién anda ahí?— logré escuchar a Jessica que estaba con Justin

—¡Corre!— le susurré gritando y el me ayudó a correr junto a él medio cojeando y cuando subimos a su auto salió Justin junto a Jessica.

—¡Arranca Niall!— le grité y así a toda velocidad nos alejamos.

Gritos SilenciososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora