Natch «En Busca De Algo Más»

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‘En el bosque una rubia se perdió’

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Para nadie era un secreto de que el mayor de la casa Vongola era un idiota, caprichudo, con aires de diva y con cero sentido de la orientación, incluso sus padres y abuelo lo sabían, pero aquel rubio también tenia puntos a su favor, como el hecho de ser inteligente –raras veces– al igual que serio –muy raro– con madera para ser líder.

Ah, y no olvidemos su atractivo, era lo que mas llamaba la atención, nadie podía decir que era feo, porque eso seria una rotunda y gran mentira.

En fin, por azares –o estupideces– como quieran decirle, dicho rubio de nombre Giotto, huyo de su hogar dejando atrás sus responsabilidades y deberes como próximo líder del clan.

Su abuelo estaba que le daba un infarto.

Su padre lloraba mientras se preguntaba que había hecho mal.

Su madre, bueno ella solo trataba de verle el lado positivo.

Su primo –Xanxus–  maldecía como si no hubiera mañana, ya que él seria quien tendría que firmar las montañas de papeleo.

Y el menor de los hijos, bueno él estaba preocupado y sobre todo molesto, era obvio que Xanxus se iba a negar a ser el líder, y si Giotto no daba luces o señales de vida él seria el próximo líder ¡no quería eso!

Ambos, tanto el azabache de orbes rojizos, líder del clan secundario de lobos, y el castaño, ordenaron –y amenazaron– para que encontraran a la rubia diva.

Sobre sus cadáveres ellos firmaban papeleo, Xanxus ya estaba harto del que tenia para venir a firmar otro ¡que ni era suyo!

Habían pasado ya tres días, y todos no descansaban para encontrar a Giotto, Xanxus bebía alcohol para mantenerse despierto, aunque él bebía usando cualquier excusa.

Tsuna, un joven de cabellos castaños alborotados que desafiaban la gravedad, orbes color miel que reflejaban la inocencia misma –aunque engañosa– mismos que tomaban una tonalidad anaranjada, como un atardecer cuando se enojaba –lo cual rara vez pasaba– era el menor y el cuidado y protegido.

Tanto, que si un mosquito lo picaba, ellos mataban a todo mosquito para que ya no hiciera eso de nuevo, eso y cosas más exageradas que hacían que el castaño deseara desaparecer de la vergüenza.

— ¡Yo mismo iré por Giotto, ya que nadie lo encuentra! — vocifero saliendo de la mansión

— Buena suerte — le deseo Xanxus bebiendo su coñac mientras tenía una bolsa de hielo en la frente, tanto estrés lo estaba matando

— ¡Judaime espere! — grito el guardaespaldas y custodio de la mansión, al ver al castaño internarse en el bosque —. ¡TAKESHI!

— ¡Por el amor a toda la mierda y lo que es bueno, callénse! — ordeno el lobo tratando de no matar al que cuidaba de su primo menor —. La mini escoria no es tan inútil como Iemitsu.